Una mujer en las
escaleras del metro de Moscú. AFP
Rusia se dispone a
despenalizar los malos tratos. El Parlamento ruso aprobó el miércoles en
primera lectura una propuesta para que la violencia de género deje de juzgarse por el
código penal y se considere sólo un "delito civil", que se pagaría con una multa de 500
euros, un arresto de 10 o 15 días o hasta 120 horas de trabajo social. De esta
manera, los maridos que peguen a sus mujeres sólo irán a prisión si lo hacen
"más de una vez al año". También recibirán penas mayores si se
considera que la agresión física en el seno de la familia ha sido un acto de
"vandalismo".
Lo más sorprendente es que
detrás de esta iniciativa está una mujer: la conocida diputada Elena Mizulina,
que puso la ley encima de la mesa el pasado mes de julio. Mizulina no quiere que haya
"personas encarceladas durante dos años y etiquetadas como criminales
simplemente por dar una torta". Por eso cree que las agresiones en el entorno familiar, incluidas
las del marido a la mujer, deberían ser sólo una falta administrativa. Mizulina
-que es presidenta del Comité sobre Familia, Mujer y Asuntos infantiles-
es
también impulsora de la normativa que penaliza la "propaganda gay".
La propuesta de rebajar las penas
para el maltrato es una reacción de los diputados más conservadores a la decisión adoptada en junio por el Gobierno ruso de
considerar la violencia doméstica como equivalente a los "delitos de
odio". Para Mizulina, diputada del partido Rusia Justa, que
un hombre vaya a la cárcel por haber agredido a su esposa durante una discusión
es algo que "va contra la familia".
La primera votación ha
logrado -como suele suceder en el Parlamento ruso- una mayoría aplastante: 368 votos a favor, un voto
en contra y una abstención. Ahora la cámara debe votar de
nuevo. Si el
texto se aprueba, la ley recogerá el derecho a pegar dentro de la familia:
a la mujer, al marido y también a los hijos.
Rusia es un país con un grave
problema de violencia doméstica: el 40% de los crímenes violentos se producen
dentro de la familia.
La
Iglesia ortodoxa rusa, cada día con más influencia, apoya esta iniciativa y
cree que es
disculpable "el castigo corporal" si es "razonable y se hace con amor" porque
"es un derecho esencial dado por Dios a los padres".
500 euros de multa por pegar a tu esposa por primera vez
Rusia quiere reducir a una mínima sanción administrativa la violencia doméstica
Una
importante batalla han perdido esta semana los defensores de los derechos
humanos, y en concreto de los derechos de la mujer en Rusia, después de que el
Parlamento ruso haya aprobado en primera lectura la despenalización de la
violencia doméstica. Los legisladores han dado luz verde a un proyecto de ley
que iguala el castigo de las agresiones que se dan dentro de la familia, cuyas
víctimas son principalmente las mujeres —son el 74% de quienes la sufren y el
91% a manos de sus parejas, según datos del Gobierno— y los niños, con los
ataques que se producen en la calle. Así, si la ley se aprueba definitivamente,
una agresión en el ámbito de la familia será una infracción administrativa
castigada con una multa de unos 500 euros, como máximo, si es la primera vez
que ocurre, 15 días de arresto administrativo o trabajos comunitarios.
Si se consagra el cambio
legal, Rusia será el país con la legislación más laxa de Europa en la materia.
Y toma esta deriva pese al toque de atención de la ONU, que en varias ocasiones
ha urgido a las autoridades que corrijan los "insuficientes
esfuerzos" por poner fin a la lacra de la violencia contra la mujer.
Los autores de la ley
—analizada en el Parlamento este miércoles— se escudan en que sólo si produce
“moratones y rozaduras”, la agresión estará libre de responsabilidad, como
apostilló la senadora ultraconservadora y la principal valedora del proyecto de
ley, Yelena Mizúlina. Si las lesiones son más graves, aseguró la diputada Olga
Batálina, una de las autoras del polémico texto, la paliza será considerada
como una ofensa penal. “En la tradición cultural de la familia rusa, las
relaciones entre padres e hijos están construidas sobre la autoridad de los
padres”, ha apuntado Mizúlina, que añadió: “Las leyes deben apoyar esta
tradición familiar”. La senadora, conocida por impulsar la conocida como ley contra la propaganda homosexual, que
discrimina a las minorías sexuales, defendió el proyecto de ley: “Si usted pega
a su hijo, que se ha portado mal, puede ser condenado hasta a dos años de
cárcel, mientras que si su vecino golpea a vuestro hijo, todo termina en un
castigo administrativo”.
Manifestación por el
Día de la Mujer,
en marzo, en San Petersburgo. Ruslan Shamukov (Getty Images)
La violencia en el seno de la
familia es un problema gravísimo en Rusia. Sobre todo la violencia contra la
mujer, una lacra que no está castigada con una ley específica y que suma magnitudes
descomunales: unas 36.000 mujeres son golpeadas diariamente por sus maridos en
este país, según un estudio de Amnistía Internacional. Y las muertes como
consecuencia de estas palizas son también frecuentes, como muestran datos de
2008, según los cuales 14.000 mujeres murieron ese año a manos de familiares.
Datos confirmados en un estudio realizado en 2012 por el Ministerio de Interior
y el Consejo Presidencial del Desarrollo de la Sociedad Civil y
los Derechos Humanos, que concluyó que anualmente entre 12.000 y 14.000 eran
asesinadas por sus parejas o familiares. Además, el 74% de las mujeres que
pidieron asistencia a una línea de ayuda por sufrir malos tratos nunca
reportaron los hechos a la policía, por considerarlo inútil.
El 44% de los rusos rechazan
el cambio legal que saca la violencia doméstica del Código Penal y lo reduce a
una infracción administrativa, según una encuesta realizada por el Fondo de
Opinión Pública. Los que apoyan la nueva ley alcanzan el 23%, según el sondeo
realizado a propósito de la iniciativa presentada en noviembre pasado por un
grupo de diputados.
Los activistas de derechos
humanos todavía guardan esperanzas de poder introducir modificaciones en las
dos instancias siguientes, antes de que el documento pase al Consejo de la Federación o Senado
ruso, aunque las posibilidades son escasas a juzgar por la votación en la Duma Estatal
(Parlamento), que aprobó por amplia mayoría. Además, aunque el Gobierno criticó
en octubre pasado el proyecto de ley, las posibilidades de que los defensores
de derechos humanos logren imponer sus criterios en las siguientes instancias
del proyecto de ley son sumamente escasas.
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