HELENA
CORTÉS
Un tono, dos, tres… Pronto
salta el contestador automático de la tienda de Pepita Vilallonga en Barcelona,
que nos recomienda que nos mantengamos a la espera. Tras un par de minutos, nuestra
interlocutora se zafa de las preguntas. «La verdad es que no sé si van a seguir
en televisión, no puedo decir ni que sí ni que no». La tarotista y cuatro de
sus colaboradores fueron detenidos por la Policía Nacional
la semana pasada, acusados de estafar 300.000 euros a una anciana de 77 años.
Ahora, están en libertad a la espera de que el juez investigue el caso.
Vilallonga, con su tarot en
la cadena catalana 8tv, no ha querido hacer comentarios sobre el caso. Es casi
la única superviviente televisiva de una larga saga de adivinos. Octavio Aceves, Aramís
Fuster, Sandro Rey e incluso el propio Rappel -los dos últimos
también concursantes de «GH VIP»- son algunos de los magos más famosos de la
pequeña pantalla. «Los programas actuales de videncia son para echarse a
llorar. Algunos te tienen esperando un rato y más que adivinar se dedican a un
negocio algo más oscuro», apunta Esperanza Gracia, experta en horóscopo en
Telecinco.
«Hay muchos canales
autonómicos o locales dedicados al tarot que son ilegales independientemente de
su contenido porque operan sin licencia» explica Alejandro Perales,
presidente de la AUC (Asociación de Usuarios de la Comunicación). De
hecho, el Consejo Audiovisual Andaluz ya advirtió el año pasado de que la
mayoría de estas televisiones incluían contenidos de videncia (74%) seguidos de
canales religiosos y, en menor medida, contenidos eróticos (5%) y publicidad de
productos milagro (2%). «Sería necesaria una colaboración real entre las
administraciones para acabar con estas ocupaciones irregulares del espectro
radioeléctrico», apunta el experto, ya que la competencia sobre estas cadenas
se la reparten el Ministerio de Industria, las autoridades locales y la Comisión Nacional
de los Mercados y la
Competencia (CNMC), máxima autoridad audiovisual.
Responsabilidad subsidiaria
Foto Internet
«Sin embargo, también cadenas
privadas y públicas legales incluyen en sus franjas de madrugada programas de
videncia, espacios de juego o teletienda, ya que es una forma de compensar el
escaso retorno publicitario de estas franjas», añade Perales, que explica que
estas empresas externas «pagan a los operadores por ocupar esos espacios». Más
allá de las creencias de cada espectador, lo cierto es que los escasos formatos
de tarot que aún se aferran a la parrilla de nuestras cadenas no tienen audiencias tan
desdeñables. El programa de Pepita Vilallonga acumula una
audiencia media de 2.000 personas (0,8% de cuota de pantalla), con picos de
25.000 espectadores. «La línea de la vida», en FDF, acumula una media de 44.000
seguidores (5,1%).
De hecho, lo cierto es que la
ley es permisiva con estos espacios calificados como «entretenimiento». Al
contrario que la normativa anterior, que prohibía «cualquier comunicación
comercial que incitara a la superstición», la Ley General
Audiovisual aclara: «Los programas dedicados a juegos de azar y apuestas solo
pueden emitirse entre la 1 y las 5 de la mañana. Aquellos con contenido
relacionado con el esoterismo y las paraciencias, solo podrán emitirse entre
las 22 horas y las 7 de la mañana. En todo caso, los prestadores del servicio
de comunicación audiovisual tendrán responsabilidad subsidiaria sobre los fraudes que se
puedan producir a través de estos programas».
La CNMC, máxima autoridad audiovisual, explica que en los
últimos tiempos solo han recibido una queja relacionada con el tarot por
Internet, que está actualmente en estudio. Sin embargo, el organismo sí
advirtió de que algunos operadores ofrecen servicios de tarot directamente
desde números 118AB, camuflando los números de tarificación adicional que
normalmente emplean (806, 902…). «Además, en ocasiones este tipo de programas
incurren en malas prácticas asociadas a estos números de
tarificación adicional: piden a la gente que permanezca a la espera, que vuelva
a llamar…», insiste Alejandro Perales.
El horóscopo
Foto Internet
Sin embargo, no todos los
espacios esotéricos recurren a llamadas ni están relacionados con las cartas.
«El horóscopo de Esperanza Gracia» en Telecinco reúne cada madrugada a 184.000 espectadores de
media (9,8% de cuota de pantalla en enero), con máximos de
640.000. Triunfa en Murcia, Galicia y Madrid, principalmente entre los niños
entre 4 y 14 años y entre los mayores de 65, según datos de Barlovento. Además,
lo ven tres veces más mujeres que hombres, especialmente en las grandes
ciudades.
«Mi programa no tiene nada
que ver eso, de hecho tradicionalmente el horóscopo se ha emitido también en
distintas franjas. Llevo casi 30 años de carrera: empecé en “Diario 16”, después pasé por TVE y ahora
estoy en Telecinco. Mis predicciones siempre han sido muy esperanzadoras, con
mucha energía. También hay que tener en cuenta que en los horóscopos
comerciales se habla de tendencias, no puede ser para todo el mundo lo mismo»,
apunta la pitonisa Esperanza Gracia, que subraya la falta de cultura esotérica
que hay en España, a diferencia de lo que ocurre en países como
Inglaterra o Argentina. «Sin embargo, se sigue creyendo. Ahora tengo un
programa en Mtmad de rituales para millenials muy divertido, que no daña a
nadie», concluye. Internet se ha convertido en el nuevo territorio a conquistar
por los futurólogos, con menos regulación y unos costes de emisión mínimos
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