· Imagínate miles de ronroneos y movimientos de colas al son de las olas del mar. Si eres un amante de los gatos, éste es tu lugar: Su Pallosu, una playa donde los felinos son los reyes.
· Este pequeño pueblo costero pertenece a la provincia de Oristán (Cerdeña) y es considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Los gatos que habitan
en la playa de Su Pallosu @amicisupallosu |INSTAGRAM
El rincón ha ido cogiendo
fuerza en estos últimos años, convirtiéndose en un destino de moda.
Sin embargo, los gatos residen allí desde hace muchos años. Al menos hace 100
años que los mininos habitaban la zona, aunque si es cierto que la colonia, como tal,
comenzó a desarrollarse durante la
II Guerra Mundial.
Su origen fue posible gracias
a los pescadores de la zona, quienes preocupados por la inmensa plaga de ratas
que existía, decidieron acabar con ella. ¿Cómo? Jugando a Tom & Jerry.
Fue en ese momento cuando asentaron a los gatos y éstos se convirtieron en los
jefes del lugar.
Y es que, esta playa cuenta con más
felinos que habitantes humanos. Su Pallosu es como ese París nocturno de Los Aristogatos,
pero con mininos en la playa en lugar de en las azoteas. De ahí se entiende que
los italianos lo hayan bautizado como La playa de los gatos.
Los gatos de Su Pallosu no
son los típicos callejeros, son bastante especiales. Miles de turistas van a
visitar el pueblo exclusivamente para jugar con estos adorables felinos a la
orilla del mar. Pero la cosa va a más, y es que los gatos cuentan con su
propia asociación. La Asociación Cultural
sin ánimo de lucro Amici di Gatti, que cuida tanto del
territorio como de los animales sin ninguna ayuda pública. Gracias a los
voluntarios de esta asociación, los gatos cuentan con vacunas, microchips,
comida y muchos, muchos mimos.
La playa de los gatos.
Una medida imprescindible
dentro del voluntariado es la esterilización de todas las hembras sin excepción,
alcanzando una cifra total de 100 gatos esterilizados en el tiempo que lleva la
asociación cuidando de ellos. ¿El motivo? Denunciar por completo el abandono
animal. Para ello cuentan con "patrullas anti-abandono", que salen a
vigilar por la noche para evitar más casos.
Las playas en Italia son privadas y tienen dueño. En este caso, fue en el año 1961 cuando el maestro
Atzori compró esta playa. Se trataba de un profesor especializado en minerales
que trabajaba el coral y otras piedras. Una de las tardes, el maestro salió a
bucear en búsqueda de material de trabajo y, durante la inmersión, tuvo un
trombo que le impidió caminar durante muchos años. El día que decidió comenzar
una rehabilitación, el maestro consiguió
caminar y dar largos paseos en los que era seguido por los gatos,
sus gatos. En el año 2002 el maestro falleció.
Actualmente, la playa pertenece a
Andrea Atzori (hijo del maestro) y su mujer Irinna Albu,
quienes cuidan de este lugar en el que conviven los 12 meses del año junto con
pescadores, turistas y, por supuesto, los felinos.
Para acceder al oasis es imprescindible hacer
una reserva gratuita con antelación, ya que, por respeto a los
animales, así como por razones de seguridad, sólo se pueden hacer visitas de 10
personas como máximo a la vez y está totalmente prohibido entrar con mascotas.
Si ponemos todo en una foto,
Su Pallosu se queda en un paraíso de arena blanca, agua cristalina y muchos gatos, en medio del Mediterráneo. Como veis,
todo un Edén gatuno digno de visitar.
SANDRA GONZÁLEZ
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