El Parque Finca Liana de
Móstoles estrenará el próximo 26 de mayo el primer hamacódromo popular de
España, con cuarenta hamacas tejidas por un centenar de vecinos de esta
población madrileña, para reivindicar
el derecho a la pereza. La creación de un parque de hamacas fue
una de las ideas de la exposición «Será una vez... Móstoles 2030», promovida
por el Instituto de Transición Rompe el Círculo, para pensar en el futuro de la
ciudad e imaginar nuevas maneras de vivir en ella, partiendo de la premisa de
que el cambio climático y la crisis del petróleo acabarán con el crecimiento
económico.
Mujer sobre hamaca.
Foto Internet
El proyecto ha sido impulsado
por el Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M), ha contado con la colaboración del
colectivo Tejiendo Móstoles y ha recibido el apoyo del Ayuntamiento de
Móstoles, que cedió el espacio en el parque público. El director del Centro de
Arte Dos de Mayo, Manuel Segade, explica a Efe que el hamacódromo es un ejemplo
del trabajo que se realiza dentro del programa
educativo del centro con la participación de la población
local.
A partir de las reuniones de
un grupo de mujeres que acudía a la cafetería del museo a tejer, el equipo de
educación del CA2M decidió comprar una mesa para el colectivo Tejiendo
Móstoles, un nombre que «no solo habla de la actividad que desarrollan, sino
también del tejido social». De esta forma, el equipo de educación del Centro de
Arte Dos de Mayo generó una línea de trabajo sobre el significado de los
saberes artesanos y de los trabajos que la gente hace con sus manos, siguiendo
las técnicas tradicionales.
Construcción del
hamacódromo
Antonia González es una ama
de casa, de 49 años, que acude todos los miércoles a las reuniones de Tejiendo
Móstoles en el vestíbulo del museo. Este colectivo, compuesto por una veintena de personas, en su
mayoría amas de casa, ha colaborado en la construcción del hamacódromo, entre
otros proyectos sociales.
«Frente al estrés en el que
vivimos, queremos enseñar a los jóvenes que hay momentos en que tenemos derecho
a la pereza, sin tener nada más que la naturaleza al lado», asegura González.
Taller de hamacas-
La idea del hamacódromo
surgió de una niña pequeña que dijo que le gustaría que hubiese hamacas por la
ciudad para «poder tumbarse cuando estuviese cansada», indica a Efe Xisela
Moure, miembro del Instituto de Transición Rompe el Círculo. El objetivo era
que «una idea que ha nacido del pueblo y que va a ser para el disfrute del
pueblo contara con la participación de la gente», subraya.
Alrededor de un centenar de
personas ha asistido a los talleres, que se han organizado en el CA2M, en
centros culturales municipales e institutos de secundaria en los últimos nueve meses para construir hamacas
desde los saberes tradicionales, de manera lenta. El 26 de mayo se colgarán las
hamacas en un pinar ubicado dentro del Parque Finca Liana, donde se celebrará
una verbena, con música y comida, y se podrán descansar en compañía en una
siesta popular.
Hamacas a cubierto.
Foto Internet
«Las hamacas se van a quedar
ahí el tiempo que duren, que esperamos que sea mucho», afirma Moure, quien
considera que «si duran poco, es bonito que la gente vea el hamacódromo por lo
menos una vez, que se dé cuenta de lo que tiene a su alcance y que el
Ayuntamiento ponga todo de su parte para que la gente pueda participar».
Hechas con cuerda de
tendedero, de cinco milímetros de
grosor, un material que puede resistir bien a la intemperie,
hay dos tipos de hamacas, «unas que se hacen como tejiendo calceta con los
brazos y otras que quedan más bonitas, con puntos de macramé», precisa Moure.
Son de distintos colores y tamaños, unas pequeñas para niños, otras más grandes
para adultos y otras colectivas.
Estos vecinos de Móstoles
recuerdan que Paul Lafargue hablaba en el siglo XIX del derecho a la pereza y
reivindican su papel en el siglo XXI, aunque sugieren un nuevo enunciado: «Todo
hombre o mujer tiene derecho a soñar que se enamora tumbado en una hamaca».
(Información de Ximena Hessling)
No hay comentarios:
Publicar un comentario