Aunque también es posible emplear los términos «sexteo» o «sextear», el término «sexting» se ha colado entre las prácticas más habituales de usuarios de nuevas tecnologías y, en especial, de dispositivos móviles. WhatsApp, Messenger, Snapchat son algunos de los servicios de comunicación digitales más extendidos en España. Pero a veces se producen casos, sobre todo, como consecuencia de la excesiva confianza o inmadurez de los usuarios,en donde se comparten ciertas imágenes comprometedoras.
Pese a lo inocente que
parezca, existen ciertos comportamientos incontrolados en los servicios
digitales que pueden derivar, no solo en robos de identidad, acoso o humillación, sino en algo
más grave y tipificado como delito. Proviene de la palabra inglesa sexting,
acrónimo de los términos «sex» (sexo) y «texting» (envío de mensajes de texto).
Desde la Agencia Española de
Protección de Datos (AEPD) lo describen como el hecho de «hacerse fotografías, grabarse en un vídeo o audio, o
dejar que lo hagan otros» en una situación comprometida o
íntima. Por ejemplo, desnudo, o parcialmente desnudo, o en posición insinuante.
Pero el principal detonante es que en su contenido «que no te gustaría que
conociera todo el mundo y se las envías voluntariamente a alguien que puede que
luego las reenvíe o difunda sin tu
consentimiento».
Es cierto que las pasiones y
las hormonas, sobre todo, en edades jóvenes en las que se empieza a descubrir
el sexo provoca que determinados usuarios compartan, alegremente,
ciertos encuentros o imágenes comprometidas sin reparar en que
puede que se desconozca a las personas receptoras del contenido. Esta práctica
puede causar graves daños psicológicos a los jóvenes que en la mayoría de los
casos desconocen el destino final de sus fotografías íntimas, según expertos en psicología,
quienes advierten que se trata de una «práctica de alto riesgo».
¿Es malo?
Los expertos lo tienen claro.
Enviar fotos, videos o audio, de esta forma es una práctica muy arriesgada,
dado que cuando se envía una fotografía o un vídeo a otra persona puede ser reenviada sin ningún
límite. Y más en caso
de no conocerla personalmente. «Puede terminar publicada en
Internet y no podrás controlar quién accede a ella», sostienen desde el
regulador español, al tiempo que dejan claro que realizando este tipo de
actividades los usuarios pierden el control de las imágenes.
¿Qué consecuencias, por
tanto, puede llevar el «sexting»? «Desde sentirse mal y avergonzarse delante de
la familia, amigos, compañeros… al
saber que te han visto y oído en esa foto, vídeo o audio, hasta que otra
persona te acose, te humille, te amenace o te coaccione.
Incluso si no te importa que ahora te puedan
ver u oír en esa foto, vídeo o audio, tal vez llegue un día en
que sí te moleste que los demás tengan esas grabaciones tuyas», subrayan desde
la AEPD.
Consejos para evitar el «sexting»
1. No intercambies
fotografías íntimas. Tampoco con extraños, aunque te insistan a
hacerlo. Si no, es posible que esas imágenes se compartan en numerosas
ocasiones, aunque solo sea porque el receptor quiera presumir.
2. Cuidado con los
privados. No envíes contenidos
privados para atraer la atención de otra persona. También es probable que
comparta esas imágenes o vídeos solo por diversión. No bromees con este tipo de
imágenes o vídeos. Te traerá problemas.
4. No publiques fotos
íntimas en las redes sociales. Siempre habrá alguien que las pueda
usar en tu contra. Además, es necesario tener en cuenta la privacidad de los
perfiles.
5.- Tampoco reenviar. Nunca reenvíes las imágenes o grabaciones que
recibas. La imagen y la voz de una persona es un dato personal y no puedes decidir
sobre los datos personales de otra persona sin su permiso. Además, el reenvío
de grabaciones de «sexting» sin la autorización del afectado es un delito,
aunque se hayan realizado con el consentimiento de la persona.
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