Lourdes León protagoniza la
performance ofrecida por la marca catalana Desigual en Art Basel de Miami
La performance-orgía (arriba) en la que participón Lourdes León - AFP
Dicen que de tal palo tal astilla. La hija de Madonna, Lourdes León
(23 años), no solo se parece físicamente a su célebre madre, sino que a su manera le gusta provocar tanto como ella.
Los desafíos de Madonna (61) a las mentes biempensantes a lo largo de su
carrera artística han sido múltiples e inolvidables: besó en la boca a Britney Spears (38) durante una entrega de
premios, fue arrestada en Toronto por pretender masturbarse en el mismo
escenario y su constante uso de imágenes religiosas en vídeos y conciertos
siempre fue planificado para atizar la polémica.
Siguiendo el camino abierto por su progenitora, el
pasado fin de semana Lourdes participó, en
el marco de Art Basel de Miami, en una tórrida
performance-orgía, organizada
por la marca de moda española Desigual.
Lola –como la llama su madre y fruto de la relación de la cantante con el
preparador físico de origen cubano Carlos León– lució un vestido de gasa
transparente del que pronto se desprendió para quedarse en tanga y pezoneras,
uniéndose a la masa de cuerpos dirigida
por la fotógrafa barcelonesa Carlota Guerrero. La obra en su conjunto
muestra piezas de la colección de Desigual para la próxima temporada
primavera-verano 2020. Una representación que Guerrero ideó a partir de los efectos de un beso. En la pagina de
Instagram de la marca se explica que esta obra efímera es un mensaje de amor, multiculturalismo y diversidad.
En éxtasis
Peter Davis, editor
de la revista «L’Officiel», subió un vídeo de la performance, donde
hombre y mujeres pretenden entregarse al éxtasis durante cinco largos minutos.
«Al principio eran solo parejas (...), pero al poco tiempo todos estaban
besándose indistintamente entre ellos. Era una fiesta inclusiva donde había
diferentes tipos de cuerpos», ha explicado Davis al «New York Post». Para Desigual, firma fundada por Thomas Meyer, la performance-orgía comandada por
Lourdes León ha sido todo un éxito
publicitario –ayer, todos los medios norteamericanos daban buena cuenta
de ello–, en un contexto complicado para la compañía: finalizó el ejercicio
2018 con una caída de las ventas del
14% y un hundimiento del beneficio de un 93%, hasta los 3,4 millones de
euros, frente a los 47 millones de 2017.
Pero esta primera «orgía» pública de la hija de
Madonna está siendo un trampolín para esta joven artista con una trayectoria asociada a elecciones arriesgadas, como
su participación como modelo para la web «Pornhub», su aparición en 2017 con un
vestido transparente durante la semana
de la moda de Nueva York o su topless en 2018, cuando desfiló
para Gypsy Sport.
El pasado verano, Madonna confesó que envidiaba el talento de su hija, pero admitió
que Lourdes carece del hambre que a ella le impulsó hasta la cima del éxito.
Según dijo en una entrevista para «Vogue América», la diferencia entre ambas es
que ella creció sin dinero y a Lourdes no le falta de nada. «Es increíble en
todo lo que hace: es una bailarina
fabulosa, una gran actriz –estudió Artes Escénicas en la Universidad de
Michigan–, toca el piano maravillosamente, es mucho mejor que yo en cuanto a
talento. Pero no tiene el mismo impulso
y, además, siento que las redes sociales la atacan demasiado, la
atormentan y la hacen sentir mal solo por ser mi hija. Yo intento darle
ejemplos de otros hijos de celebridades, como Zoë Kravitz, por ejemplo, que trabajan y triunfan. Espero que
pronto la tomen en serio por su talento».
María EstévezLos Ángeles
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