EFE
Es uno de los mitos eróticos de la antigua Grecia que
ha inspirado durante siglos a los artistas. En Pompeya, durante las últimas
excavaciones en via del Vesubio en la Regio V, uno de
los grandes descubrimientos –abierto desde ayer al público- ha sido la casa de
Leda, donde en una de las habitaciones se descubrió por casualidad un refinado
fresco, bien conservado, que representa a Leda y el cisne, un motivo destacado
de la mitología griega.
De inmediato, los arqueólogos y otros especialistas
que trabajan en las excavaciones quedaron estupefactos ante el nuevo tesoro de
Pompeya. El propio director del Parque Arqueológico, Massimo Osanna, cuenta que
«al ser avisado del inesperado descubrimiento, efectué la obligada inspección
del lugar y me quedé sobrecogido por la emoción». El mito y el erotismo
aparecían en una escena llena de sensualidad, con espléndidos colores,
decorando el dormitorio de la casa de una familia rica. No es insólito
encontrar este tipo de representaciones eróticas en las habitaciones de los
pompeyanos, que a menudo adaptan el mensaje de la pintura a la función de la
habitación.
Amor y procreación
Según la mitología griega, Zeus descendió del Olimpo
en forma de cisne y sedujo a Leda, hija del rey de Etolia Testio y esposa del
rey Tíndaro de Esparta. Esa noche Leda también mantuvo relaciones sexuales con
su marido el rey Tíndaro. De ambos encuentros amorosos, nacerían dos parejas de
hijos: Helena y Pólux, que serían hijos de Zeus y, en consecuencia, inmortales,
y, por otra parte, Clitennestra y Cástor, considerados hijos de Tíndaro y, por
tanto, mortales.
Leda es protagonista de diversas tradiciones que,
teniendo en cuenta la estructura abierta del mito, proporciona una serie de
variadas narraciones centradas en el nacimiento de Elena, Pólux, Clitennestra y
Cástor. En algunas versiones se destaca a la diosa Némesis que depuso uno de
los dos huevos del que nace una de las parejas de gemelos. Una constante en la
narración del mito es la metamorfosis de Zeus en cisne, el dios que ama en
continuación y desciende a la tierra para llenar el mundo de hijos cuyos
destinos serán gloriosos. Aparece así en el mito el tema amoroso y la
procreación, elementos que son especialmente apreciados en las casas
pompeyanas.
«Obra maestra del erotismo»
AFP Este fresco es particularmente singular.
En la escena representada aparece Leda, la reina de
Esparta, que alza el vestido para acoger al cisne. Se realiza en la habitación
de dormir, seguramente la del propietario de la casa, en la que se consuma el
amor conyugal. El tema erótico aparece acentuado por el artista que hace mirar
a Leda directamente al espectador haciéndole cómplice. Según el profesor
Massimo Osanna, este fresco es «una obra maestra del erotismo», muy diverso de
otras representaciones pompeyanas, donde la reina sujeta al cisne por el
cuello, lo que supone una definitiva negación de la sensualidad.
El profesor Osanna afirma que «Leda y el cisne es uno
de los frescos mitológicos más bellos que Pompeya ha restituido».
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