Un hombre fuma un cigarrillo electrónico en la entrada
de la Cumbre del Clima que se celebra en Madrid. CRISTINA QUICLER (AFP)
“Hay una brecha enorme entre lo que sucede fuera de
aquí y lo que sucede dentro”, ha reprochado este miércoles Jennifer Morgan, directora
ejecutiva de Greenpeace internacional, a los representantes de los casi 200
países que se reúnen en Madrid hasta el viernes en la Cumbre del Clima, conocida por las siglas COP25. Morgan les ha contado que lleva 25 años asistiendo a estas reuniones
internacionales y que nunca había visto una distancia tan grande entre lo que
ocurre en la calle —con las protestas multitudinarias por medio planeta lideradas por los
jóvenes activistas climáticos— y lo que pasa
en una COP —con unas negociaciones que se estancan y sin liderazgos claros contra la
crisis climática entre los países—. La falta de
ambición de los principales emisores se refleja en la lentitud con la que
avanzan las conversaciones para cerrar el desarrollo de los mercados de carbono
o la declaración final de esta cumbre. Pero, fundamentalmente, en la ausencia
de ambición de las grandes potencias emisoras de gases de efecto invernadero,
que no dan señal alguna de estar dispuestas a endurecer sus planes de recortes
de CO2, como se pide desde la ciencia y desde las principales agencias de la ONU.
El secretario
general de la ONU, Antònio Guterres, organizó en septiembre otra cumbre climática en Nueva York para intentar relanzar la ambición. Y se formó una coalición de 68 países que se comprometían a incrementar sus metas de reducción de emisiones para la
próxima década. Tres meses después, esa coalición ha sumado 16
Estados más, según la actualización presentada este miércoles en la COP25.
Entre los nuevos países figuran Reino Unido, Suecia o
Pakistán. Pero, de nuevo, faltan cuatro de los cinco grandes emisores, que
acumulan más del 60% de todos los gases de efecto invernadero del planeta: EE
UU —que ha iniciado ya los trámites para dejar el Acuerdo de París—, China,
India y Rusia. El quinto actor de ese bloque de los grandes emisores es la
Unión Europea, que tampoco figura como tal en esa coalición al estar todavía
negociando Bruselas y los Veintiocho cómo y cuánto se debe endurecer el plan de
recorte de emisiones que van a presentar ante la ONU en el marco del Acuerdo de
París en 2020. Sí están dentro del compromiso lanzado en septiembre en Nueva
York Alemania, Francia y España.
Que los esfuerzos que tienen previsto hacer los países
contra el cambio climático no son suficientes lo admiten todos los que
participan en la Cumbre del Clima. “No llevamos la velocidad adecuada”, ha
reiterado la ministra chilena de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, que ejerce
la presidencia de esta COP25. “El mundo se está calentando y volviendo más
peligroso más rápido de lo que creíamos”, ha insistido Guterres, que ha vuelto
a esgrimir los informes científicos para urgir a los países, entre otras cosas,
a endurecer sus objetivos de reducción de gases de efecto invernadero.
Todos los firmantes del Acuerdo de París deben
presentar planes de recorte de emisiones que, juntos, deben conseguir que el
calentamiento global se quede dentro de unos límites manejables, Pero la suma
de esos planes no es suficiente. La ONU advirtió hace un par de semanas de que se deben multiplicar por cinco los esfuerzos globales previstos si se quiere que el incremento de la temperatura se quede por debajo de
1,5 grados respecto a los niveles preindustriales. Y por tres si se aspira a
que ese incremento esté por debajo de los dos grados (la otra meta que se
establece en el Acuerdo de París). Los planes (que se conocen por las siglas en
inglés NDC) que tienen ahora los países llevarán al menos a 3,2 grados de
incremento, calcula la ONU.
Por eso se necesitan compromisos como los de los 84
países que endurecerán sus planes durante 2020, como fija el Acuerdo de París.
Pero, sobre todo, se necesita que se involucren los grandes emisores, algo que
no está ocurriendo. Mientras EE UU se despide de París, China —a través de su
viceministro de Ecología y Medio Ambiente, Yingmin Zhao— no ha dado ninguna
señal este miércoles de que su intención sea endurecer su programa nacional de
reducción de emisiones para la próxima década. Lo mismo ocurre con Rusia, que
aún no ha presentado su plan, o India, que tampoco se ha sumado a ese listado
de 84 países más ambiciosos.
La alianza de estos 84 Estados busca elevar los
recortes a medio plazo, es decir, para la próxima década. Paralelamente, desde
la presidencia chilena de la COP25 se ha impulsado también que los Estados se
comprometan a buscar la neutralidad de carbono —que el CO2 expulsado
sea igual al que se capture, por ejemplo, a través de bosques— en 2050. A este
segundo objetivo se han comprometido ya 73 países, con las mismas grandes
ausencias. También 14 regiones, 398 ciudades, 786 empresas y 16 grupos
inversores. “Ya no basta con los países, necesitamos a otros actores”, ha
resumido Schmidt.
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