Aunque nuestro mejor
afrodisíaco sea el cerebro, nuestra sociedad se empeña en buscar soluciones
milagrosas fuera de éste. Estamos acostumbrados a la típica pastilla creyendo
que lo soluciona todo, sin tener que hacer esfuerzos. No queremos complicarnos
descubriendo las causas de nuestra falta de deseo. A veces
preferimos sustancias asociadas a creencias mágicas y mitos tradicionales que
sustituyen la terapia sexual y el, puede que agotador, trabajo emocional,
resolviendo bloqueos, enfrentándonos a nuestras sombras y cambiando
comportamientos instaurados que no nos sirven ya. Es mucho más cómodo tomar
algo que pensemos que activa la magia y nos permita seguir con nuestra
'ceguera'.
Muchas sustancias
funcionan, pero gran parte de este éxito se debe al 'efecto placebo' y la
predisposición
¿Funcionan?
Efectivamente, muchas de
estas sustancias funcionan. Pero gran parte de este éxito se debe al conocido
como 'efecto
placebo' que reza lo siguiente: si creo que funciona,
funcionará.
Sin embargo, existen pocas
evidencias que apoyen la efectividad de la mayor parte de los denominados
afrodisíacos naturales. Muchos no sólo no aportan los efectos positivos a los
que están asociados sino que, además, pueden resultar tóxicos o hacer que ciertos animales
se encuentren en peligro de extinción, como sería el caso del
cuerno de rinoceronte.
Es cierto que determinadas
sustancias generan efectos asociados a la activación del deseo. Este el caso del
cardamomo,
planta originaria de la India
que, al ser picante, genera calor corporal, como ocurre con el jengibre,
teniendo un efecto vasodilatador. Esto hace que se confunda este calor con el
generado por la activación sexual, pero únicamente tendría efecto afrodisíaco
si la persona presenta una predisposición erótica y las circunstancias le son
de su agrado. Por ejemplo, si se encuentra con una persona que le atrae le facilitará la activación
y potenciará las sensaciones de deseo. Por el contrario, si está
con alguien que no es de su agrado, es posible que se levante a abrir una
ventana para que entre el fresco y en ningún momento sentirá que su deseo
sexual se activó. Si se encuentra en una época de estrés, quizá lo asocie a la
activación de la ansiedad. Por lo tanto, el factor cerebral vuelve ser el que
ofrecería la connotación sexual o no.
Algunos alimentos contienen
principios activos facilitadores sexuales, como sería el caso de las ostras, que nos proporcionan grandes
cantidades de zinc. La insuficiencia de este metal en nuestro organismo no
permitiría producir la suficiente testosterona y esperma. Pero, una vez más,
aunque les inunde la testosterona, si no existe predisposición sexual, no hay
nada que hacer.
Muchos nos ofrecen vitaminas
o nutrientes que nos dan energía, nos hacen sentir bien y facilitan las
funciones de nuestro organismo, incluidas las sexuales. En otros casos, la
similitud del alimento con los genitales, asociada a la energía que nos
ofrecen, es suficiente para que nos active sexualmente, como es el caso de los
plátanos, con forma de pene, las fresas asociadas al glande masculino, la
papaya a la vulva y los aguacates a los testículos.
Complementos para alcanzar el
clímax
¿Qué cantidades hay que
ingerir para que funcionen estos principios activos de los alimentos? Muchas
sustancias denominadas afrodisíacas, aunque contengan sustancias activadoras
sexuales, tendrían
que tomarse en enormes cantidades para que hicieran realmente efecto.
Pero parece que esta cuestión está solucionada con mi último descubrimiento,
los chicles funcionales.
Aunque ya había probado los
clásicos chicles para el mareo, nunca imaginé ponerme a mil tras masticar el
delicioso WUG Clímax o Passion, con sabor a menta y edulcorado con glucósidos
de esteviol. Sus principios activos naturales, que se asimilan de manera
instantánea mediante la mucosa bucal, se deben a su potente composición: Miura
puama, Damiana, Maca andina, Ginseng y Rhodiola Rosea. Vigorizantes algunos,
otros generadores de buen estado anímico y todos facilitadores de la activación
del deseo y del rendimiento y potenciación sexual.
En este caso, también es
necesaria una buena predisposición. El cerebro siempre está presente.
Por lo pronto, me voy a tomar
un chicle, que esto promete.
Los afrodisíacos más extraños
Comer carne de cobra, de lobo, pene de tigre o pez
globo, están asociados a la
creencia de aumentar su libido. Pero cuidado, este último, si no está bien
cocinado podría matarle. Pepinos de mar, hormigas reina cortadoras o sopa de
nido, sí, nidos construidos con saliva de pajaritos y ramitas, son considerados
potenciadores sexuales.
La mosca española o viagra
natural, como también se conoce, irrita la uretra, produciendo comezón, y esta
se confunde con la activación sexual. Una locura. El Balut, es un huevo de
pato con un embrión de unas 20 semanas de gestación, más
efectivo para purgarse, creo yo, porque solo pensar en comer eso, me ha bajado
la libido por un año, al menos. Y para curar males sexuales, en Zimbabue se
utiliza la orina de babuino, ya puede funcionar para que justifique el mal
trago.
No sé cómo lo verá, pero yo me quedo con la canela
y el chocolate de toda la vida que, aparte de estar deliciosos,
dan calorcito y la suficiente energía como para acabar haciendo el salto del
tigre, si se tercia. En definitiva, si desea activarse sexualmente y le
estimula más asociar el término 'afrodisíaco' a determinados alimentos y
sustancias, adelante. El cerebro manda y quizá esté de su parte.
ANA SIERRA
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