Dos ranas de plástico en 'su boda' en Varanasi, India.
YouTube
Ante la canícula que sacude el norte de India, donde
el termómetro alcanza los 47 grados, las autoridades combinan campañas de salud
públicas con medidas de emergencia para evitar los golpes de calor que el año
pasado provocaron más de 200 muertes. Mientras tanto, la población local y
algunos políticos recurren a la superstición para conjurar a la lluvia y hacer
frente a la inclemencia del tiempo, causante de graves sequías.
Si en aldeas de España se
sigue cantando a 'la virgen de la cueva' para abrevar el campo yermo en
época estival, en India se organizan ofrendas a
Indra Dev, el dios hindú de rayos, truenos y lluvias, para regar sus tierras.
El pasado sábado, vecinos de la sagrada y turística ciudad de Varanasi, en el
estado de Uttar Pradesh, decidieron celebrar una boda especial para honrar a su
deidad. No muy lejos de los ghats (estructuras con una escalinata junto
a un río) que sirven de crematorios a las orillas del místico Ganges, un grupo de mujeres celebraba la unión al son electrizante de los
tambores. Tras el baraat (la procesión que lleva al novio al altar), el
sacerdote bendijo el enlace recitando mantras en sánscrito frente a los
asistentes; maquillados con el kum-kum (polvo bermellón) sobre su frente
como símbolo de unión en la religión hindú.
"Queremos que
llueva en la ciudad. Es una vieja creencia que el casamiento de ranas hace
feliz a Indra Dev. Así que celebramos esta boda para pedirle que nos traiga el
monzón", declaró uno de los organizadores a la agencia de noticias ANI. Para finalizar, los
boquiabiertos contrayentes fueron adornados con las tradicionales guirnaldas de
flores mientras se grababa la ceremonia. Pese al esfuerzo de los allí presentes, los cónyuges ni croaron. Los
batracios eran de plástico, para más inri. Como las inanimadas imágenes de
madera de los pasos de las procesiones católicas, las dos ranas sintéticas
también serán veneradas hasta el comienzo de las lluvias en una de las regiones
de gigante asiático más afectadas por la sequía.
De no ser por la naturaleza inerte de las partes, esta
celebración nada tiene de extraño entre algunos de los creyentes hindúes,
incluidas personalidades públicas. El mismo día y a pocos kilómetros de
Varanasi, la ministra para la mujer y el desarrollo infantil del vecino estado
de Madya Pradesh, Lalita Yadav, atendió otra celebración similar en el
municipio de Chhattarpur, con batracios vivos esta vez. El matrimonio fue
oficiado por el sacerdote del templo local, Acharya Brijnandan, y atendido por
cientos de invitados y habitantes de Bundelkhand, región gravemente afectada
por años de sequías.
La ilustre presencia
política en 'la boda de las ranas' no pasó desapercibida en las redes sociales ni en el partido de la oposición. “Es un intento de desviar la atención de
la gente en nombre de la religión y de las tradiciones arcaicas. Habría sido
mucho mejor si ella [Lalita Yadav] hubiese invertido su tiempo y energía en
solucionar los problemas ciudadanos”, dijo Alok Chaturvedi, líder del Partido
del Congreso en la región.
Ante las críticas, la responsable estatal del
departamento de mujer y el desarrollo infantil, replicó: “No es superstición,
sino una tradición lógica y necesaria para equilibrar la naturaleza. La sequía
es el resultado de un trastorno del entorno. Como el medio ambiente no es feliz
con Bundelkhand, estamos tratando de complacer al dios para crear equilibrio. Tiempo
atrás, nuestros ancestros solían organizar rituales religiosos en el templo”,
explicó Lalita Yadav, según recoge el medio local Hindustan Times.
No parece que estas tradiciones hayan desaparecido. En 2009, vecinos de un distrito del estado de Jharkhand
afectado por continuas sequías también organizaron un matrimonio batracio, con
un banquete final al que invitaron a más de 500 personas y para el que incluso
alquilaron un coche en el que trasladar 'novio'.
Mientras el sur y el litoral central del subcontinente
llevan semanas sumergidos en el monzón, las poblaciones de varios estados
centrales –y sus políticos– se ven afectados por los golpes de calor. Se espera
que las lluvias lleguen al centro de India hacia finales junio; dioses y ranas
mediante.
Ángel L. Martínez Cantera Bombay
No hay comentarios:
Publicar un comentario