Un matrimonio vecino se quejó de que los cacareos
Corinne Fesseau posa con su gallo Mauriice en el jardín de su casa - Xavier
Leoty/AFP
Maurice, un gallo de la isla francesa de Oleron, en el
suroeste del país, deberá comparecer ante la justicia el próximo 4 de julio por
cantar «demasiado temprano».
Corinne Fesseau, la dueña del animal, fue denunciada
por una pareja de ancianos jubilados que tienen una propiedad vacacional
próxima a la suya. El juicio, previsto para el pasado 5 de junio, ha sido
aplazado por una cuestión legal, según ha informado la prensa local.
En la denuncia se quejan de que el gallo canta
demasiado temprano y piden tranquilidad. Quieren que la propietaria encierre a
Maurice durante la noche porque las viviendas se encuentran en «una
urbanización» y no «en medio del campo».
Fesseau aseguró a los medios franceses que los
demandantes solo acuden «dos veces al año a la isla», un tiempo escaso para que
el animal pueda perjudicarlos. Aunque dijo estar dispuesta a dialogar, sus
vecinos se negaron a formar parte del encuentro.
El gallo demandado, Maurice - Xavier Leoty/AFP
Christophe Sueur, el alcalde de Saint-Pierre-d'Oleron,
se ha mostrado indignado ante las protestas: «Hoy denuncian el cacareo, ¿y
mañana qué será? ¿Las gaviotas? ¿El ruido del viento? ¿Nuestros acentos?».
Este caso ha desatado el debate en Francia sobre qué
es el mundo rural y ha acrecentado los temores de que desaparezca. Por ahora
toca que esperar hasta el 4 de julio para conocer el desenlace de este
anecdótico conflicto.
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