Prueba de VIH en un centro de Love Yourself en Manila. Leafhopper project
"El VIH tardó tanto tiempo en llegar a Filipinas
que llegamos a creernos inmunes", dice medio en broma uno de los mayores
especialistas en el virus en el país asiático, el doctor Edsel Salvaña. Los datos confirman que la invulnerabilidad fue una
quimera: entre 2010 y 2017 la incidencia del VIH aumentó un 174% en este
país y las muertes relacionadas con la enfermedad, un 299%. Más de 40 personas
dan positivo en el test cada día. Los expertos lo califican de "epidemia
explosiva".
El motivo de estos abultados porcentajes, explican los
expertos consultados, es una mezcla de falta de educación sexual, escasez de
medicinas y desarrollo de una variante ultrarresistente del virus. El doctor
Salvaña dirige la investigación desde el Hospital General de Filipinas, en
Manila, sobre esta variante. "En Europa y Estados Unidos se da el subtipo
b mayoritariamente, eso representa el 12% de los casos en todo el mundo. Ese
12% recibe el 90% de la investigación a nivel global. Si no estudiamos aquí
nuestro tipo, nadie lo hará". Solo en enero, el Gobierno reportó 1.200 nuevos casos.
Lo más preocupante es que el 90% de las nuevas
infecciones se han producido por transmisión sexual en un país en el que este
tema es un tabú. La organización Love Yourself trata de eliminar este estigma
desde sus clínicas/cafeterías. Son lugares con el aspecto de un coworking
en el que puedes tomar algo y hacerte un test rápido para saber si tienes el
virus, al mismo tiempo que recibes nociones básicas de educación sexual y
puedes obtener preservativos gratis.
El doctor Salvaña en su laboratorio. Leafhopper project
"En Filipinas no se habla de este tema, así que
la gente descubre cosas practicando. Los profesores incluso se niegan a enseñar
educación sexual en los colegios", explica Danvic Rosadiño, director de un
centro de Love Yourself en Manila. Filipinas es un país tan conservador que no
permite ni el divorcio ni el aborto bajo pena de cárcel. El 85% de la población
se considera católica y basta acercarse a cualquier iglesia el domingo para
encontrarla hasta los topes. "El sexo aquí es un tema incómodo, esto es
así. La Iglesia se opone al uso del condón, por eso no podemos tenerlos gratis,
y no todo el mundo puede permitirse comprarlo. ¿Cómo vamos a evitar que se
expanda el VIH si no hablamos de sexo?", se pregunta Saldaña.
Una de las clínicas de Love Yourself. A la derecha, el café, a la
izquierda, las consultas para tener más privacidad. Leafhopper project
"Nosotros concienciamos sobre este asunto aquí,
en los colegios y en las empresas. La gente tiene miedo, siguen pensando que
tener sida es el fin del mundo, y por otro lado no saben cómo protegerse",
apunta. La organización tiene incluso un servicio premium: si alguien tiene un
especial recelo por su privacidad, acuden ellos mismos a su casa a realizar la
prueba: "Sobre todo, nos lo piden altos ejecutivos".
El 84% de nuevos casos se registra en homosexuales,
pero los datos pueden ser engañosos: "Los gais están más concienciados y
por eso se hacen más pruebas. Así que tenemos una alta representación en las
estadísticas de esta comunidad y muy poca, por ejemplo, de las mujeres",
detalla Salvaña.
En Filipinas no
se habla de sexo, así que la gente descubre cosas practicando. Los profesores
incluso se niegan a enseñar educación sexual en los colegios
Para el 5% que se ha contagiado por el uso de
jeringuillas al consumir drogas, la situación no es mucho mejor. Desde que en
2016 el presidente Rodrigo Duterte accediera al cargo ha desarrollado una guerra sin cuartel a los narcotraficantes y consumidores que incluye ejecuciones sumarias en plena calle.
La tensa espera
John (nombre ficticio) espera en el hospital de
Bacólod, en la isla de Negros en el sur del país, su turno para hacerse el test
del VIH. "Desde hace un tiempo noto que he perdido peso, busqué por
internet, vi que tenía la posibilidad de hacerme las pruebas aquí...",
acierta a decir tras una mascarilla. Trabaja en un restaurante de comida
rápida, tiene 24 años y explica que ha tenido relaciones sexuales sin
protección.
Carina Frayco coordina la oficina del hospital
dedicada a luchar contra este virus. "Existen comités como este en todo el
país dedicados a informar, realizar test, concienciar y acompañar a los
pacientes", apunta. Los enfermeros del servicio van más allá y acompañan
al portador a hablar con su familia o sus parejas y fortalecer así la red de
apoyo para asegurar que sigue el tratamiento. El apoyo con personal, dotación
económica y material médico forma parte de la estrategia gubernamental para
contener la emergencia. Duterte aprobó a finales del año pasado una ley para facilitar el acceso a los test de los más jóvenes y favorecer la gratuidad
de los medicamentos. El Gobierno ha planteado una estrategia para un plazo de
seis años.
El problema se agranda más y más por la inefectividad
de los tratamientos. Por un lado, los antirretrovirales llegan solo al 36% de
los afectados, pero lo peor es que los medicamentos disponibles en Filipinas no
suelen ser efectivos contra el tipo de VIH que se ha desarrollado aquí. Muchos
dejan de tomarlos y una gran mayoría no se realiza las pruebas de seguimiento
cada tres meses, con lo cual es imposible determinar cómo está funcionando el
tratamiento y poder corregirlo en caso de que sea necesario.
Los medicamentos
que recomienda la OMS dejaron de usarse en Occidente en 2015. Tenemos
disponible solo seis antirretrovirales y en Europa y Estados Unidos, 30. ¿Somos
ciudadanos de segunda?
"El tipo de VIH que se da en Filipinas es más
agresivo y resistente. Los medicamentos que recomienda la OMS dejaron de usarse
en Occidente en 2015. Tenemos disponible solo seis antirretrovirales y en
Europa y Estados Unidos, 30. ¿Somos ciudadanos de segunda? Yo digo no".
Salvaña ha
obtenido 800.000 dólares (unos 713.500 euros) del Fondo Global para formar a
médicos locales con equipos portátiles para extender al máximo las pruebas de
seguimientos trimestrales, fundamentales para eliminar la transmisión del
virus. "Si no hacemos este esfuerzo económico ahora, habrá que hacerlo aún
mayor más adelante para diseñar medicamentos más caros", indica.
El investigador Louie Mar A. Gangcuangco publicó en marzo de este año en The Lancet una lista de las acciones necesarias para frenar esta epidemia. Para el
científico, es fundamental mejorar la preparación del personal sanitario:
"Sigue existiendo mucho desconocimiento incluso entre los médicos y esto
hace que los pacientes tengan vergüenza hasta de ir a hacerse las pruebas por
si piensan de ellos que son sucios y promiscuos". Gangcuangco se queja de
que el currículum en Medicina no incluye estudios específicos sobre el virus y
apunta a que las prácticas en clínicas de VIH deberían ser obligatorias.
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