sábado, 3 de agosto de 2019

«Mi vida con 300 kilos»

·       El escabroso caso de una pareja obesa que no podía salir de su propia casa: «La comida es todo lo que tenemos» 
·       En «Mi vida con 300 kilos» muestra el proceso de personas que han intentado perder peso y recuperar su salud durante un año
Vainey y Allen, la pareja protagonista de «Mi vida con 300 kilos» - DKISS
«La comida es lo que nos mantiene unidos a Allen y a mí y es lo que me ayuda a sobrevivir». Así de contundente es el testimonio de Vainey, una joven de 35 años que pesa casi 300 kilos. Como en cada capítulo, «Mi vida con 300 kilos» (DKiss) sigue durante un año la vida de una persona con obesidad mórbida mientras trata de reducir su peso a niveles saludables. Esta vez los protagonistas han sido una joven pareja, Vainey y Allen, que pesan 270 y 294 kilos respectivamente.
Su problema con la comida es especialmente grave porque se excusan mutuamente acerca de sus hábitos. «Allen es la única persona con la que puedo comer lo que quiera porque no me juzga. Nos damos la libertad de comer lo que nos plazca», asegura Vainey. Sin embargo, los protagonistas de «Mi vida con 300 kilos» son conscientes de las consecuencias que pueden acarrearle estos hábitos: «Empiezo a sentir que mi cuerpo se deteriora cada vez más. Sé que más pronto que tarde el corazón o los pulmones me dejarán de funcionar. Lo único que me asusta más que morir es perder a Allen».
La pareja ha llegado a un punto en el que les «me cuesta hacer cualquier cosa». Ni siquiera pueden dormir juntos. «Mi mujer y yo no cabemos en la misma cama porque hemos engordado demasiado», confiesa Allen. «Me da mucho apuro que Allen tenga que ayudarme. Estoy prácticamente atada a la cama y ahora mismo me quedo en el salón, que se ha convertido en mi dormitorio. Todo lo hago aquí. No puedo ir a la parte trasera de la casa que es donde está el baño por lo que Allen tiene que traerme un cubo con agua y jabón y con eso me lava aquí en la cama», responde Vainey.
Su primer pensamiento en el día tiene que ver con comida. «En cuanto termino de ayudar a Vianey, empiezo a cocinar porque estamos deseando comer desde que nos despertamos y cuando comemos nos sentimos como en un refugio donde estamos a salvo y sin nada que nos haga daño. Pero hemos llegado a un punto en el que la comida no nos sacia, no sé ni siquiera cuánto peso. Tenemos que hacer algo, pero renunciar a la comida parece imposible», reflexiona Allen.
No se trata solamente de ver si han seguido adelgazando, sino también animarles a que cambien de hábitos y su misma actitud hacia la vida. No todos han cambiado a mejor, pues no son pocos los que han vuelto a comer mal y a ganar peso. Vainey y Allen quieren formar una familia. «Los dos tenemos esperanzas y sueños y queremos una vida normal donde podamos tener hijos, pero nos será imposible sin ningún tipo de ayuda», asegura el joven en «Mi vida con 300 kilos».
Dada la extrema obesidad de los afectados muchas veces «Mi vida con 300 kilos» recurre a procedimientos quirúrgicos, generalmente a un bypass gástrico. «Nuestra única esperanza es el doctor Younan Nowzaradan», rezaba Vainey. Por eso, la pareja hizo sus maletas y se mudó a Houston durante un año para poder recibir el tratamiento.

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