Un grupo de musulmanes, durante la oración en una
mezquita de Alemania - EFE
Como forma de castigo. Lo que un marido musulmán ha de
hacer ante la desobediencia de su esposa es, en primer lugar, amonestarla. En
segundo lugar no acudir al lecho matrimonial y, como tercer recurso, la paliza.
Así describe el Centro Islámico de Múnich (IZM) en su página web el punto de vista musulmán sobre «esposa y familia en el Islam», resumido
en 25 preguntas. La pregunta número diez dice: «¿Puede un hombre musulmán
golpear a su esposa?». Y la respuesta es que sí, en tercera instancia.
Las restantes 24 preguntas contienen también otros
consejos incompatibles con la ley alemana y justificaciones de la
discriminación de la mujer. Este centro musulmán, en el que predica el imán
Ahmad al-Khalifa, recuerda por ejemplo que, puesto que una mujer vale la mitad
que un hombre, a la hora de repartir una herencia le debe corresponder
solamente la mitad que a los varones, para así «hacer justicia a la naturaleza
del hombre y de la mujer». También el testimonio de una mujer debe contar la
mitad que el de un hombre en un juicio, como dicta la ley islámica y defiende
abiertamente esta página web en Alemania.
Al menos así lo ha contado Radio Baviera Broadcasting
24, que ha dado lugar a una gran polémica al informar de que los visitantes del
sitio web han estado siendo informados y aconsejados bajo estas mismas premisas
durante los últimos 15 años. Desde que los reporteros Sabina Wolf y Joseph
denunciaron el contenido de la página web, advirtiendo que ignora leyes de
igualdad que rigen en Alemania desde 1958 y 1977, la página ha sido hackeada,
y, al intentar entrar en algunos de sus contenidos, el internauta accede a sin
desearlo en páginas de venta de anticonceptivos.
Fuentes de la mezquita han aclarado que «la paliza es
más bien simbólica» y las autoridades de Múnich han especificado que, si bien
pegar a una mujer sí es un delito, aconsejar de esta manera a través de una
página web no lo es, aumentando así la controversia.
El IZM pertenece a la «Comunidad Musulmana Alemana»
(DGM) y permanece bajo observación de la Oficina de Protección de la
Constitución, los servicios de inteligencia interior de Alemania. El presidente
del DGM, Khallad Swaid, ha anunciado que en breve estará lista una nueva página
web cuyo contenido no atente contra las leyes de igualdad alemanas y en la que
«definitivamente dirá que a los buenos musulmanes no se les permite golpear a sus
esposas».
En Alemania solo existen estadísticas policiales sobre
violencia machista en el ámbito doméstico desde el 2015 bajo el nombre
«violencia de pareja». La socióloga Monika Schröttle explica que es «un asunto
que se instrumentaliza a menudo contra los extranjeros, como un problema
importado por inmigrantes que, sin embargo, no es ajeno a la cultura
autóctona». En 2017, hubo unos 140.000 casos de violencia de género según datos
oficiales.
La ministra de Familia, Franziska Giffey, reconoció en
la presentación del informe que la cifra de violencia en el ámbito familiar
sería en realidad mucho mayor porque solo se denuncian las agresiones más
graves. En alrededor de un 70% de los casos los agresores poseen la
nacionalidad alemana. En 147 casos las mujeres fueron asesinadas por sus
parejas actuales o por sus exparejas.
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