sábado, 3 de octubre de 2015

2050: la revolución de los robots sexuales

El sexo con robots será el pan nuestro de cada día en 2050, incluso más común que el sexo entre humanos.
La curiosa predicción la hace el futurólogo y matemático británico Ian Pearson, fundador de la firma Futurizon, con un 85% de exactitud en sus predicciones. Un escenario parecido es que el que predice también estos días David Levy, el experto en inteligencia artificial y autor de Amor y sexo con robot, que asegura que en pocos años veremos evolucionar las versiones "crudas" que ya existen en "robots sofisticados que serán de uso común".
En Japón, y sin esperar a 2050, la cuestión del sexo con robots ha saltado a primer plano estos días por cuenta de Pepper, el popular humanoide doméstico que se vende desde hace tres meses y que es capaz de "leer" las emociones humanas. El fabricante, SoftBank, hace firmar a sus usuarios un acuerdo por el se comprometen a "no realizar un acto sexual o una conducta indecente con el robot".
 Fotograma de la película 'Ex machina'. EL MUNDO
La realidad, en cualquier caso, está cada vez más cerca de la ficción... En la serie Humanos, del Canal 4, la interacción física hombre-máquina es algo bastante habitual. En Ex Machina, el robot Ava seducía a un humano para poder escapar. Y en Her, Joaquín Phoenix se enamoraba del sistema operativo de su teléfono (con la insinuante voz de Scarlett Johansson).
Según Ian Person, el futurista británico, la evolución hacia el sexo con robots seguirá un proceso más o menos natural. En 2030 el sexo virtual en 3-D será tan ubicuo como lo es hoy por hoy el porno on line. En 2035, la mayoría tendremos juguetes sexuales para interactuar con la realidad virtual. Una minoría podrá permitirse entonces el lujo de contar con robots sexuales en sus casas, hasta que se popularicen sus precios y su uso.
'Conexión emocional'
En 2050, de acuerdo con Pearson, el mercado de todo lo relacionado con el sexo será hasta siete veces mayor que hoy en día. Y el sexo con robots será posiblemente más frecuente que el sexo entre humanos.
El estudio de Futurizon, todo hay que decirlo, ha sido sufragado en parte por Bondara, una de las firmar punteras de vibradores y juguetes sexuales en el Reino Unido. Ian Pearson, con su bagaje de matemático y teórico de la física, al frente del departamento de futurología de la compañía comunicaciones BT, ha decidido romper el último tabú tecnológico.
"Mucha gente tendrá al principio reservas a mantener relaciones sexuales con un robot", admite Pearons. "Pero conforme vaya mejorando el comportamiento mecánico, la inteligencia artificial y la apariencia de las máquinas, los prejuicios se irán evaporando y la gente acabará conectando emocionalmente con los robots".
David Levy, el autor de Amor y sexo con robots, vaticina que la insospechada fusión hombre-máquina será en el fondo "una cosa positiva para millones de humanos que no tienen relaciones satisfactorias". Los robots sexuales, asegura, pueden ser "una bendición" que podría ayudar a aliviar problemas desde la soledad a la pedofilia.
Para la antropóloga Kathleen Richardson, de la Universidad de De Montfort en Leicester, estamos sin embargo en los albores de "una terrible pesadilla". Richardson y otros expertos en ética robótica han lanzado la Campaña contra los Robots Sexuales y han reclamado a sus potenciales usuarios que "examinen sus conciencias", antes de contribuir al desarrollo de una tecnología con imprevisibles consecuencias en la vida real.
La campaña va dirigida expresamente contra el lanzamiento a finales de año de True Companion, anunciada como la primera "muñeca-robot sexual", siempre excitada y siempre con ganas de hablar o jugar, dispuesta a ayudar a la gente a llenar un vacío y a encontrar la felicidad, "sin necesidad de interacción humana"...
CARLOS FRESNEDA

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