A partir de ahora, todo aquel
funcionario chino que juegue al golf, sucumba a la gula o
entable relaciones
sexuales "impropias" podrá ser sancionado por infringir las nuevas
normas del código moral ético del Partido Comunista, que ha
pasado a considerar estos quehaceres como prácticas corruptas para sus
88 millones de miembros.
Dos policías chinos hacen guardia ante el tribunal que juzgó al ex dirigente chino Bo Xilai por corrupción. JASON LEEREUTERS
Las nuevas medidas, aprobadas el pasado día 12
pero dadas a conocer hoy por la agencia Xinhua, se enmarcan
dentro de la amplia campaña anticorrupción emprendida por el presidente Xi
Jinping desde que asumió el poder en 2012, una operación que se ha saldado con miles de oficiales
investigados y decenas de encarcelados por todo el
país.
Por el momento, los anuncios
de este estilo hechos con anterioridad han contado con el beneplácito de una
población harta de ver cómo sus burócratas se enriquecían a base de sobornos y
llevaban un tren de vida mucho más alto del que por ingresos se les suponía,
aunque también hay críticos que opinan que estas medidas están siendo utilizadas por Xi
y sus acólitos para acabar con sus oponentes dentro del partido
y afianzar su poder.
Como detalla el comunicado,
estas nuevas normas no son sino una actualización de las regulaciones ya existentes
para guiar a los funcionarios a la hora de llevar una vida ejemplar en
el aspecto moral, y están diseñadas para señalar con mayor exactitud qué constituye una
violación de esa virtuosa disciplina.
Según Xinhua, "los
miembros del partido deben separar los intereses públicos de los privados,
poner el bien público en primer lugar y trabajar desinteresadamente",
además de "abogar por la simplicidad y guardarse contra la
extravagancia".
En esa línea, la nueva
regulación explicita como violación de la buena conducta "las comidas y
bebidas extravagantes" y "jugar al golf", un
deporte popular entre los oficiales pero que es visto como un vicio a combatir,
ya que la
mayor parte de la sociedad lo asocia con la riqueza y el cierre
de negocios turbios por parte de las autoridades.
El Partido Comunista también
ha reformulado una cláusula anterior que prohibía "tener amantes y
cometer adulterio", un artículo que ahora se amplía y
extrema al señalar que los miembros no pueden "tener relaciones sexuales
impropias con otras personas" so pena de ser expulsados.
Otras de las novedades son la
prohibición
de formar "camarillas" que busquen dividir el
partido,
crear "artículos, discursos o anuncios que apoyen la liberalización
burguesa", ocultar temas personales que deberían ser
conocidos y
abusar de la posición de poder para obtener beneficios para
familiares y empleados.
El documento no detalla los castigos
a los que se enfrentarán los infractores, pero el partido mantiene su propio y
temido régimen de disciplina interna para estos casos, que se aplica sin
supervisión judicial.
Desde que inició su mandato, Xi considera que la
corrupción ampliamente extendida y la percepción que de la
misma tenía la sociedad constituían un peligro para la estabilidad del país
ya que generaba malestar social, motivo por el cual proclamó que actuaría
contra "tigres y moscas", refiriéndose tanto a los altos mandos
como a los
funcionarios base que transgredían las normas.
Desde entonces, además de los
arrestos y despidos, muchos sectores económicos se han visto afectados por
esta operación. Aunque es difícil dilucidar qué porcentaje se debe a la lucha
anticorrupción y cuál a los problemas económicos que atraviesa el país,
sectores como el juego, las joyas, los coches de alta gama
o los restaurantes
viven sus días más oscuros desde hace muchos años, y aún queda
por ver cómo evolucionarán ante las nuevas medidas aprobadas.
ISMAEL ARANA
Hong Kong
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