Sobre la
pasarela ya se ha visto de todo. Más aún en esta última remesa de desfiles
internacionales, los de la primavera 2016, en los que la tónica de romper los
cánones establecidos parece haber marcado el latido de cada propuesta.
De Londres a Nueva York,
pasando por París, Madrid o Milán, los desfiles se han convertido en shows que
luchan por destacar entre una maraña de cortes y tejidos. Porque ya no basta
con presentar una colección exquisita, ahora la magnificencia de cada casa de
costura ha de trasladarse al espacio 'expositivo'. Porque si el maestro
Lagerfeld fue capaz de transformar para Chanel el Gran Palais en una terminal
de aeropuerto, ¿cómo iban a quedarse atrás el resto?
Y es que esta fiebre por la
extravagancia y por crear ruido en las redes sociales, da igual si de versados
en la materia o de auténticos profanos, ha 'inseminado' al 'fashion system'. El
último caso se ha vivido en la pasarela de Sao Paulo. Allí, desfilarán hasta el
25 de octubre cerca de 25 firmas de las que, lo más probable, no se oirá hablar
en el viejo continente. Sin embargo, ya hay un diseñador que sí ha conseguido
romper esa barrera y colarse en los medios internacionales gracias, no a sus
creaciones, sino a una puesta en escena en la que se juega con la sexualidad,
el amor, el desnudo y toda una filosofía oculta, a su entender, entre las
puntadas. Y es así como Ronaldo Fraga ha colocado las piezas de su desfile en la
'pole position' informativa de esta fashion week.
NATALIA G. HERMOSÍN
No hay comentarios:
Publicar un comentario