Uno de los tópicos más
rancios señala que tan sólo los
hombres ven pornografía, mientras que las mujeres prefieren excitarse
con su propia imaginación. Aunque tiene parte de lógica, puesto que gran parte
de las producciones eróticas están pensadas para el público masculino, cada vez
son más los datos que recuerdan que ellas también ven y disfrutan del porno.
Por ejemplo, portales como PornHub, la segunda página de contenido adulto más
visitada del mundo, aseguran que las mujeres representan el 24% del total de
visitas.
Con el objetivo de averiguar
cuáles son de verdad los hábitos de consumo pornográfico femeninos, la célebre
fotógrafa y actriz inglesa Amanda de
Cadenet (algunos la recordarán por su breve papel en el episodio de
'Four Rooms' dirigido por Quentin
Tarantino) se ha embarcado en un proyecto documental sobre el impacto de
la pornografía en la sociedad. Para ello, ha realizado en colaboración con la
revista 'Marie Claire' una encuesta a más
de 3.000 mujeres para descubrir sus opiniones y costumbres respecto a
las películas eróticas.
Muchas chicas tienen sus primeras experiencias cuando sus novios les
piden que imiten las imágenes pornográficas que guardan en sus móviles
“Mis amigas a menudo se encontraban
en un brete después de descubrir que sus maridos y parejas lo veían
furtivamente”, explica la presentadora de 43 años en el artículo.
“Entonces empecé a oír de chicas más jóvenes que sus primeras experiencias
sexuales se producían a menudo cuando los chicos les pedían copiar actos
sexuales de las imágenes que tenían almacenadas en sus iPhones”. En definitiva,
ni el consumo ni nuestra comprensión del porno es la misma que hace tan sólo un
par de décadas, como demuestra la encuesta, una de las más reveladoras sobre
el tema jamás publicadas.
Mi porno y yo
Basta con echar un simple
vistazo a las estadísticas para darse cuenta de que los hábitos entre las
mujeres no son demasiado diferentes de aquellos que identificamos con el sexo
masculino. Frente al mito que asegura que ellas tan sólo ven porno cuando su
pareja se lo pide, los datos dicen todo lo contrario: el 66% de las consultadas
afirma que nunca han visto una película
erótica con sus parejas, mientras que el 31% desvela que lo hace de vez
en cuando y tan sólo un 3% frecuentemente. Incluso aquellas que ven porno con
sus parejas suelen hacerlo también solas. Únicamente el 12% sólo consume porno
con sus novios.
Como muestra el anterior
gráfico, no sólo la situación en que se consumen estos contenidos es de
soledad, sino que la frecuencia es mucho mayor de la que podríamos sospechar,
hasta el punto de que el 10% de las consultadas ven porno a diario. Ello
probablemente se deba a la facilidad de acceso al porno y el anonimato que ha propiciado Internet, algo
aún más decisivo en el caso de las mujeres, para las cuales el consumo de
pornografía era un tabú. El 90% de este contenido se consume a través de la red
y un 33% a través de la búsqueda de fotos en aplicaciones como Tumblr,
generalmente, a través del teléfono móvil (un 62%). Sólo un 40% recurre a las
historias eróticas, y decimos 'sólo' puesto que el auge de la novela erótica
haría sospechar que esta cifra es mucho mayor.
Hay una gran diversificación
en el contenido que las mujeres buscan en la red. Tan sólo el 63% de ellas
buscan relaciones heterosexuales, y hasta un 44% se decanta por el sexo lésbico; incluso un 13% siente
predilección por el sexo gay entre hombres. Ello ha llevado a la fotógrafa a
afirmar que el porno para las mujeres no es tanto una herramienta de conexión
con la pareja como una búsqueda individual: “Usar el porno para cultivar la
acción sexual es muy diferente a lo que oímos normalmente: que las mujeres se
sienten amenazadas por él o lo ven con recelo para satisfacer a sus parejas, y
que las vidas sexuales de los 'millenials' serán arruinadas en la infancia por
el bombardeo de imágenes sexuales”.
Contenidos para hombres vistos por mujeres
No hay ninguna duda de que
tanto para ellos como para ellas el porno es el camino más fácil para la
satisfacción rápida. Si la encuesta ofrecida por Pornhub a El Confidencial
aseguraba que la duración media de la visita a la página es de unos ocho
minutos (el tiempo ideal para masturbarse), el 73% de las participantes
asegura que recurren a la pornografía porque es “un camino rápido para el orgasmo”. Al mismo tiempo, también sirve
para explorar la propia sexualidad. Un 39% saca ideas del porno para su
vida amorosa, un 36% afirma que le ayuda a sentir mayor control y el 32%
considera que es parte natural de cualquier vida sexual sana.
El 76% se muestra de acuerdo con que el porno no ha afectado
negativamente ni a su vida ni a sus relaciones sentimentales
Los datos de la encuesta
muestran, no obstante, que las mujeres mantienen una relación ambivalente con
los contenidos pornográficos. Si bien, como hemos visto, muchas de ellas lo
consumen, también es verdad que un gran porcentaje considera que la
representación femenina no es lo suficientemente justa. Un 59% muestra su
preocupación por el trato de la industria hacia las mujeres y la manera en que perpetúa estereotipos y un 46% por el
hecho de que muchos hombres confundan el porno con la vida real.
A pesar de ello, la
conclusión es muy positiva. El 51% de las mujeres considera que ha aprendido muchas cosas sobre las
diferentes clases de sexo, mientras que un 76% manifiesta que el porno no ha
afectado negativamente ni a su vida ni a sus relaciones. Entre las quejas más
habituales se encuentran que debido al porno sus parejas esperan que tengan
determinada apariencia (15%) o que les pidan cosas en la cama que no desean
hacer (15%). Por lo demás, el porno, si bien aún muy estereotipado, parece
haberse convertido en la mejor forma de explorar la propia sexualidad para las
mujeres, que hasta hace poco debían ocultar sus hábitos si no querían ser
juzgadas dura e injustamente.
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