J.M.S. Foto articulo
Nadie está exento de los
ciberdelincuentes. Los jóvenes y personas en plena adolescencia son los
principales objetivos, no obstante, de ciertas prácticas en las que está
encerrada la intimidad. Por desconocimiento, ignorancia o cualquier otro motivo, muchos de
ellos mantienen ciertas relaciones virtuales. Y como sucede en
muchos casos, el intercambio de imágenes sexuales y subiditas de tono comienzan
como un divertido juego pero, al final, puede traer terribles consecuencias.
Es el caldo de cultivo de una
situación que definen, según los expertos en seguridad informática, como
«sextorsión», un juego de palabras que representa la extorsión sexual. Porque,
a pesar que el chantaje en alguna de sus formas ha existido siempre, con la
aparición y popularización de las nuevas tecnologías este tipo de delitos se
han incrementado. El problema: los ciberdelincuentes roban dinero e información
a sus víctimas a través de distintos métodos, pero también
«hackean» mensajes de texto y cámaras Web haciendo uso de un tipo de
ciberdelincuencia muy personal.
Los padres no saben lo que hacen sus hijos
Mensajes de texto con
contenido sexual, fotos comprometidas e, incluso, vídeos («sexting») son
algunos de los materiales interceptados por los que los ciberdelincuentes
suelen pedir dinero, aunque en algunas ocasiones obligan a la víctima a enviar
más para evitar que los secretos más íntimos sean divulgados. Se estima -según
diversos estudios- que un 70% de las víctimas de esta práctica delictiva son
adolescentes.
«No es de extrañar, pues este
colectivo almacena gran cantidad de información personal y sensible, además de
ser un grupo emocionalmente vulnerable, característica de la que se aprovechan
los extorsionistas», aseguran fuentes de la empresa Kaspersky
Lab, que han elaborado un estudio, titulado Consumer Security Risks Survey
2015, en el que se calcula que cerca de la mitad de los progenitores españoles
cree que las amenazas online hacia los más pequeños «siguen en aumento» y cerca
de un 35% piensa que «no tiene control sobre lo que sus hijos hacen en Internet».
Foto Internet
«Es importante que los
jóvenes extremen las precauciones en cuanto a la información que publican o
comparten con desconocidos»
«Los adolescentes perciben
las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea como
plataformas seguras e inofensivas, y no son conscientes de los peligros que
existen en la red. Es importante que los jóvenes extremen las precauciones en
cuanto a la información que publican o comparten con desconocidos, pues en
muchas ocasiones pueden llegar a manos de cibercriminales y extorsionistas»,
asegura en un comunicado Alfonso Ramírez, director general de Kaspersky Lab
Iberia.
Pero, ¿cómo lo hacen? ¿De qué
manera una imagen inocente puede caer en manos de un extraño? Los
ciberdelincuentes pueden «hackear» las cuentas o utilizar gusanos para
conseguir que sean las mismas víctimas las que les envíen el material
comprometido. Tras recibirlo, los ciberextorsionistas amenazan con hacer
pública la información que tienen en su poder. «En la mayoría de los casos, los
adolescentes envían ese material exigido debido al temor a ser juzgados y
evitan pedir ayuda a su entorno. La ‘sextorsión’ puede desencadenar en un trauma psicológico
serio e, incluso, en intentos de suicidio», insisten las
mismas fuentes.
Cómo protegerse de la «sextorsión»
Los expertos de Kaspersky Lab
recomiendan seguir una serie de consejos para protegerse de los
ciberextorsionistas:
1. Cuidado
con lo que se cuenta. Los expertos lo tienen claro: todo lo que se comparte
en Internet puede hacerse público. Por ello, insisten, «es importante saber que
esa información puede ser usada por ciberdelincuente o compartido por alguien
de confianza». Por ejemplo, chatear con extraños aumenta el riesgo, pues todo
lo que se comparte en Internet es accesible a todos.
2. La
insistencia de claves robustas.
Es conveniente, dicen los expertos, utilizar contraseñas seguras y el doble
factor de autentificación para proteger las cuentas de tus redes sociales, los
programas de mensajería y el correo electrónico. Además, es importante mantener
el software siempre actualizado.
3.
Informarse. Aunque uno no sea ingeniero ni informático, es
aconsejable aprender o estar al tanto sobre nuevas ciberamenazas. Los delitos
como el de «sextorsión» son problemas de todos. «Informarse es una ventaja, así
que comparte la información que tengas», reconocen.
4. Buena
comunicación entre los padres e hijos. Los
menores, sobre todo, son los principales perjudicados y Si tienes hijos, habla
con ellos sobre las estafas en Internet y sobre la extorsión sexual.
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