La fisiosexología engloba un conjunto de disfunciones que se pueden tratar:
dispareunia, vaginismo, anorgasmia, eyaculación precoz y disfunción eréctil
Aunque cada vez se oye más hablar acerca de la fisiosexología
sigue siendo, aún, una gran desconocida. Lo primero a tener en cuenta es que,
aunque hay más incidencia en disfunciones de suelo pélvico en mujeres, debido a
nuestra fisiología, también los hombres
las sufren.
Debido a que las causas pueden ser diferentes, es
importante que consideremos que el tratamiento debe ser multidisciplinar: ginecólogos, psicólogos-sexólogos y
fisioterapeutas, han de trabajar en conexión. El fisioterapeuta
es quien se va a encargar de los problemas que tienen que ver más con la
fisiología.
Pero, ¿Qué hace un fisiosexólogo o fisioterapeuta de
suelo pélvico? ¿Para qué vale? ¿Realmente
necesitamos su ayuda en el ámbito sexual? Y, ¿Cómo va a
tratarnos?
Qué es la fisiosexología
Es la rama de la fisioterapia que aborda la
rehabilitación del suelo pélvico y la disfunción sexual. Se conoce también como fisioterapia de suelo
pélvico y engloba un conjunto muy amplio de disfunciones, que se pueden
tratar con éxito a partir de ejercicios musculares y terapia manual. Entre
ellas, las más habituales serían la
dispareunia, el vaginismo, la anorgasmia, la eyaculación precoz y la disfunción
eréctil.
Como indica Arantxa
F.Peinado, fisioterapeuta especializada en mujer, obstetricia,
uroginecología, y suelo pélvico, existen cuatro ámbitos en la rehabilitación
del suelo pélvico:
Urología. Tratando
incontinencia urinaria, patología prostática o prolapsos, entre otros.
Ginecología y obstetricia. Donde se suelen tratar trastornos de la menstruación, menopausia,
preparación al parto o recuperación postparto
Coloproctología.
Ocupándose del estreñimiento, incontinencia de heces y temas relacionados.
Fisiosexología. Es la
gran desconocida y ayuda mucho a solucionar disfunciones de tipo sexual.
Según las cifras que nos ofrece la experta en mujer, la disfunción sexual es el trastorno más
común en mujeres con patología de suelo pélvico. Cuatro de cada cinco
mujeres con disfunción de suelo pélvico, presentan anorgasmia, dolor o sequedad
vaginal, incontinencia de esfínteres o prolapsos, debido a la falta de tono en
la musculatura de suelo pélvico.
"Los casos más
habituales en consulta son de dispareunia o dolor durante las relaciones
genitales de coito", afirma experta, "pero las mujeres no llegan por
esa disfunción, sino por incontinencia, prolapso o en procesos postparto, y a
nadie le cuentan que presentan dolor en las relaciones. Sólo cuando ya tienen
confianza te dicen que tienen dolor, pero también piensan que es normal". "Muchas mujeres viven con dolor las
relaciones o presentan disfunciones, pero no lo cuentan ni piden ayuda.
Principalmente por desconocimiento, pero también, porque aún hay mucho tabú en
ello", asegura la especialista.
Además de desconocimiento, aún existen muchos mitos
que nos hacen creer que las disfunciones sexuales son normales y hay que
convivir con ellas. Sin embargo, no es así. Para la experta, "Una cosa es
que sean habituales por diferentes situaciones o etapas de la vida de la mujer
y del hombre, y otra que sea normal".
Por ejemplo, es
habitual tener dolor en las relaciones tras un parto, cirugía ginecológica o
urinaria pero no es normal. "Con un plan de tratamiento adecuado,
cuidados y conocimiento de tu cuerpo, puedes mejorar y volver a disfrutar
plenamente de tus relaciones sexuales como lo hacías antes. Mejorando así tu
salud y calidad de vida", concluye la fisioterapeuta.
Qué ocurre en una consulta de fisiosexología
Según la fisioterapeuta especializada en
uroginecología y fisiosexología de 'En forma por
dentro', Laura Pastor, siempre es necesaria una entrevista clínica y una valoración musculoesquelética
exhaustiva para establecer las bases de diagnóstico y tratamiento.
Esto incluye una valoración de la zona genital, de carácter ginecológico o
urológico, y de todo el área abdominal, pélvica y lumbar.
El suelo pélvico es clave en
las disfunciones sexuales. Reequilibrar la fuerza, el tono y la flexibilidad
del suelo pélvico es fundamental para poder
disfrutar de las relaciones sexuales y esto lo conseguimos a través de técnicas
específicas de recuperación funcional.
"Las algias coitales, como son la dispareunia o
el vaginismo, están habitualmente asociadas a hipertonías o exceso de tensión
de la musculatura del suelo pélvico.", explica la experta. En estos casos,
"un trabajo de elastificación
muscular y masaje perineal, ayudarán a restablecer la flexibilidad del tejido".
La dispareunia, además, puede estar relacionada con la
presencia de cicatrices o antiguas lesiones en el área perineal, por ejemplo,
una episiotomía secundaria a un parto vaginal. "También con la presencia
de prolapsos pélvicos o descensos de vísceras pélvicas, que impiden una
penetración placentera", añade .
Por lo tanto, "tratar
las cicatrices y el tejido adherido también es fundamental para recuperar
calidad en las relaciones sexuales", asevera la fisiosexóloga.
En vaginismos y dispareunias
se enseña a las pacientes a trabajar con dilatadores y masaje perineal para que, a nivel domiciliario, lleven también una rutina de ejercicios.
Por tanto, el tratamiento no se llevaría a cabo sólo en la consulta. Las
pacientes han de implicarse y dedicar unos minutos diarios a su suelo pélvico.
Pero también encontramos
disfunciones sexuales asociadas a la debilidad del suelo pélvico, como son la
anorgasmia o la disfunción eréctil.
"Durante el orgasmo se desencadenan de manera
automática unas contracciones muy potentes e intensas del suelo pélvico. Ésas
contracciones son importantes a la hora de aumentar las sensaciones
placenteras. "Si el suelo pélvico
no puede contraerse con la intensidad necesaria, puede conllevar dificultad
para alcanzar el orgasmo o una disminución de las sensaciones
eróticas", apunta.
En la disfunción eréctil, "además de un sistema
cardiovascular sano, un suelo pélvico fuerte es necesario para mantener la
erección", afirma la fisiosexóloga. Siendo habitual que, después de
prostatectomías e intervenciones de carácter urológico, la función sexual del
pene se vea afectada.
Tanto anorgasmia como
disfunción eréctil, se tratan gracias a la fisioterapia con técnicas de
tonificación muscular y propiocepción, aclara Pastor.
Es fundamental, por tanto, "que los pacientes conozcan cómo es su cuerpo o
su zona genital, qué aspecto tiene y qué hay debajo de la piel, más allá de los
labios externos, la vulva o el pubis", aclara. Sin duda, invertir algo de
tiempo en educación sexual y pedagogía perineal ayuda a los pacientes a tomar
conciencia de su zona pélvica y a implicarse en el tratamiento.
Para finalizar, la experta fisiosexóloga afirma que
para acompañar al tratamiento local del suelo pélvico, también se utilizan
técnicas globales en las que entra en juego todo el cuerpo. Una de las más utilizadas sería la gimnasia
abdominopélvica o la gimnasia abdominal hipopresiva. "Estas
técnicas ayudan a englobar la pelvis y el suelo pélvico dentro de nuestro esquema
corporal y, por tanto, nos ayudan a ser más conscientes del área pélvica. Así,
se aumenta la irrigación sanguínea a la zona genital, cuestión básica para la
erección del clítoris o el pene, y se normalizan las tensiones musculares del
suelo pélvico", concluye Laura Pastor.
En el caso de la rehabilitadora de suelo pélvico
Arantxa F.Peinado, además de esto, afirma que "también reeducamos la respiración, y se usan
técnicas de relajación, visualización y aparatos de
electroestimulación o 'biofeedback'".
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