En 2018 se registraron 273
accidentes con lesiones en los que han estado involucrados patinetes, de los
que algo más de 200 han sido atropellos a peatones
El pasado mes de diciembre, un hombre de 33 años murió
en Córdoba tras impactar con un turismo mientras viajaba de noche en un
patinete eléctrico. Este fue el primer
accidente mortal en España con este tipo de vehículo alternativo
en un tramo interurbano, no obstante, fue el quinto fallecido de 2018 al verse
involucrado en un accidente por culpa de los nuevos vehículos de movilidad
personal (VMP) eléctricos: segways, patinetes eléctricos y hoverboards. Así lo
afirma el director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación
Mapfre, Jesús
Monclús, en el estudio «Nuevos sistemas de movilidad personal en ciudad
y sus problemas asociados a la seguridad vial».
El primero fue un niño de tan solo 5 años que, en el
mes de enero, y tras perder el control e irrumpir en la calzada, fue
atropellado por un autobús en Badajoz. Ocho meses después, en agosto, una mujer
de 92 años perdia la vida en Barcelona tras ser atropellada por un patinete
eléctrico en el que viajaban dos jóvenes. Ni una treintena después, un
asturiano de 60 años también fallecía tras resbalar cuando viajaba en un
vehículo de este tipo y recibir un fuerte golpe en la cabeza. Finalmente, en
octubre, una mujer de 40 años fue atropellada en Gerona por un camión después
de caerse en la carretera.
Percances que revelan que los vehículos de movilidad
individual no están, ni mucho menos, exentos
de un cierto riesgo. Y ya se cuantifican, en la actualidad, más de
20.000 VMP circulando por ciudades españolas, de los cuales cerca de 5.000
vehículos se encuentran en Madrid.
273 accidentes
Con la eclosión en el uso de los nuevos sistemas de
movilidad personal urbana ha aparecido una nueva siniestralidad: al menos cinco
fallecidos y numerosos heridos en 2018. En 2018 se registraron 273 accidentes
con lesiones en los que han estado involucrados patinetes, de los que algo más de 200 han sido atropellos a peatones,
tal y como informó Efe en su balance anual. Por ello, la Fiscalía ha ordenado a las policías
locales que se esmeren en la investigación de estos siniestros.
La Dirección
General de Tráfico (DGT) limitará la velocidad de los patinetes que se
mueven a propulsión eléctrica a 25 kilómetros por hora. Ello significa que los
expulsará de las aceras para que no invadan el espacio natural del peatón
(donde se están produciendo decenas de incidentes con personas con discapacidad
visual y transeúntes) y tendrán que
identificarse, con ficha técnica y matrícula. También se someterá a
quienes los manejen a controles de drogas y alcoholemia e impedirá que lleven
auriculares.
Asimismo, desde Fundación Mapfre recuerdan la
necesidad de asegurar estos medios de transporte, regular las características
técnicas de los patinetes –en las bicicletas ya hay un decreto que las regula–
y revisar las demás cuestiones relacionadas con las infracciones a las normas
viales.
Principales soluciones
En el informe de Jesús Monclús, se detalla la necesidad de «volver a
peatonalizar las aceras» ya que «por ellas solo deben circular personas,
incluidas aquellas usuarias de sillas de ruedas, y siempre a velocidad de
personas. Como excepciones muy limitadas, podrán circular, y siempre al paso de
una persona, otros elementos o vehículos que no supongan ningún incremento de
relevante de energía cinética (riesgo, en definitiva): bicis usadas por menores
de 12 años y un adulto acompañante, patinetes, etc».
Asimismo, se determina que los nuevos sistemas de
movilidad no deben aparcarse en las
aceras de modo indiscriminado, excepto si comparten espacios por ejemplo
con estaciones de aparcamiento de bicicletas. Un actuación especialmente
importante desde la perspectiva de los usuarios de sillas de ruedas, personas
con problemas de visión, movilidad reducida, etc.
El casco es
un elemento altamente recomendable siempre que la movilidad
se realice con ayuda de medios mecánicos, estén impulsados o no por energía
exterior: también en el caso de los nuevos sistemas de movilidad individual
urbana. Otros elementos de protección y de alta visibilidad también pueden
ayudar a proteger a los usuarios de estos emergentes modos de transportes.
Finalmente, los vehículos de movilidad urbana personal
sólo deberían desplazarse por calles o zonas con tráfico calmado (por ejemplo
por calles con límites 30 km/h), o por carriles bici separados del resto de
vehículos a motor o por zonas especialmente habilitadas para ellos. Deberán en
todo caso atenerse a todas las normas de circulación básicas (por ejemplo, no
podrán circular en dirección contraria en dichas calles calmadas)...
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