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Análisis de la Conferencia
de Katowice, Polonia
Una mujer recoge envases usados en un centro para su posterior reciclaje en
una fábrica en Nairobi (Kenia), coincidiendo con la cumbre sobre el Cambio
Climático de Polonia.
La Cumbre del Clima de 2018 cerró la noche del sábado
15 de diciembre un acuerdo parcial que recoge las decisiones de 197 países. El
nuevo pacto, pensado para poner en marcha el Acuerdo de París en 2020, ha
pospuesto para nuevos encuentros algunos temas de discordancia y que
retrasaron, hasta 24 horas, la resolución final de esta conferencia celebrada
en Katowice, Polonia.
Las negociaciones, que arrancaron el 3 de diciembre,
han estado marcadas por la oposición de los países productores de petróleo
(EEUU, Rusia, Arabia Saudí y Kuwait) a admitir el informe científico elaborado
por el panel de expertos IPCC, el que se ha usado de base para establecer los
cuerdos. El estudio alerta de las graves consecuencias que sufrirá la Tierra de
no reducir los gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global a
1,5 ºC por encima de la temperatura que el planeta tenía antes de la era
industrial. El texto recoge la recomendación de tomar medidas de urgencia para
paliar los fenómenos climáticos extremos que ya afectan a la población, a los
ecosistemas y a la biodiversidad mundial.
Desatendida la urgencia que piden los expertos científicos
En este último acuerdo de Katowice (la Conferencia de
las Partes, COP24) no todos los países han aceptado las indicaciones de los
científicos. Queda en el aire el compromiso urgente de cumplirlas. El convenio
"invita" a los estados, no "obliga", a revisar y aumentar
la ambición que quieran lograr para cumplir lo que advierten los científicos.
Este ha sido uno de los grandes escollos de las discusiones, con un bloque
exigente que quería medidas ambiciosas (liderado por Europa) y otro que pedía
flexibilidad.
En un comunicado enviado a EL MUNDO, Johan Rockström,
científico que codirige el Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto
Climático (institución miembro del IPCC) ha afirmado: "mi mayor
preocupación es que la Cumbre de las Naciones Unidas no logró alinear las
ambiciones con la ciencia, en particular, la necesidad de dejar en claro que
las emisiones globales de los combustibles fósiles deben reducirse a la mitad
en 2030 para mantenerse en línea con el informe del IPCC ". Este aspecto
va a ser difícil que se cumpla ya que no ha habido un consenso global y se
necesitarán más reuniones para resolverlo.
Contaminación atmosférica por CO2
La opinión de Rockström concuerda con la de Ottmar
Edenhofer, economista climático, codirector del mismo centro y director del
Instituto Mercator para la Investigación de los Bienes Comunes Globales y el
Cambio Climático. "El mundo necesita algo más que objetivos de política
climática y procesos, necesita medidas concretas que deben tomarse ahora. El
cambio climático ya no puede considerarse simplemente como el mayor fracaso del
mercado de todos los tiempos, con el continuo aumento de las emisiones globales
de gases de efecto invernadero después de años de negociación, también se ha
convertido en un fracaso gubernamental sin precedentes", ha remitido a
este medio. Edenhofer también ha comentado que, a través de las medidas
políticas adecuadas, como la fijación efectiva de precios del CO2, "los
gobiernos tienen que construir una nueva relación de confianza con los ciudadanos.
Los precios del carbono no pueden resolverlo todo".
Ambos han resaltado, no obstante, que el acuerdo de
Katowice es un "alivio" pues "los países reconocen la necesidad
de una colaboración global para hacer frente a la crisis climática
mundial".
Un libro de reglas flexible
En la COP24, por el contrario, sí se ha avanzado en un
libro de reglas estándar que determina las pautas comunes que deben seguir los
países "invitados" a cumplirlas. Este es uno de los aspectos
positivos del nuevo convenio, la conclusión de un complicado y técnico manual
que servirá a cada país de protocolo de actuación. Ahora depende de ellos en
qué proporción aplicarlo y en ese sentido se ha fundado una nueva coalición que
apuesta por seguir de manera íntegra lo que recomiendan los científicos y por
los objetivos más ambiciosos contra el cambio climático.
Se trata de la recién bautizada Coalición de Ambición
Elevada y la conforman la Unión Europea, Argentina, Canadá, Costa Rica,
Etiopía, Fiyi, Granada, Jamaica, Macedonia, Islas Marshall, México, Mónaco,
Nueva Zelanda, Noruega y Santa Lucía. La coalición ha sido impulsada por el
presidente de las Islas Marshall y el comisario europeo de energía, Miguel
Arias Cañete.
Brasil ha solicitado una compensación por la Amazonia
Otro tema polémico tratado en Katowice es el modo en
que se calculan las emisiones de gases. Brasil se mostró disconforme con ello y
bloqueó el final de la cumbre, según fuentes que han participado en las
negociaciones.
Deforestación amazónica
Brasil posee una inmensa extensión de bosque tropical
y subtropical, lo que contribuye a la reducción del CO2 en la atmósfera del
planeta. Y a pesar de lo vulnerable que es a la acción del hombre la región
amazónica, pues se deforesta a gran velocidad, la delegación brasileña ha
solicitado una compensación por ella y ha presentado discrepancias en cuanto al
cómputo neto que determina sus emisiones, los llamados créditos de dióxido de
carbono.
Indonesia, ejemplo de lo que se le escapa a la COP24
Indonesia, uno de los países más contaminantes del
mundo, es una república insular rica en selva tropical y biodiversidad. Al
igual que Brasil, sus selvas ayudan a la reducción del CO2 atmosférico y, del
mismo modo que le ocurre al país suramericano, la deforestación amenaza su ya
pobre equilibrio ecológico. Es además una de las partes para las que no se ha
concretado un compromiso que contribuya a reducir las emisiones.
Detener la deforestación es una solución natural para
contribuir al 37 por ciento del objetivo climático mundial. Sin embargo,
"el acuerdo de Indonesia (NDC) todavía le permite deforestar un área del
tamaño de Bélgica hasta 2030. Por lo tanto, el gobierno indonesio necesita
revisar su NDC de inmediato para abordar este grave error", ha alertado a este
diario Hans Nicholas Jong, periodista ambiental del medio de divulgación
científica Mongabay en Yakarta (Indonesia).
Contabilidad no resuelta para el carbono
Los bonos de carbono (el derecho a emitir una tonelada
de CO2) es un bien canjeable que cotiza en el mercado y pueden ser
intercambiados entre quienes emiten de más (que pagan por ello) y los que lo
hacen de menos. El mecanismo encierra diversas trampas en su conteo y se dan
casos en los que un mismo bono se cuenta más de una vez en registros distintos
o diferentes entidades lo cuentan como suyo. El balance final no es el real y
esto se ha intentado regular con un estándar que evite duplicidades.
La Asociación Internacional de Comercio de Emisiones
(IETA) y el Fondo de Defensa Ambiental (EDF) han aprobado el desarrollo de este
estándar de contabilidad internacional. No obstante, aunque se intenta evitar
la doble contabilidad que se venía practicando hasta ahora en los mercados de
carbono, el acuerdo da un margen de tiempo que da pie a ambigüedades
Financiación y países vulnerables
Contaminación marina por plásticos
Los mecanismos de financiación han sido otro de los
puntos sensibles del acuerdo. En esta cumbre se ha aprobado que aumenten las
aportaciones. La COP24 ha prometido un Fondo de Adaptación de 129 millones de
dólares, mientras que el Fondo para los Países Menos Adelantados contará con
28,2 millones de dólares más. Por otro lado, el Fondo Verde para el Clima
acumula ya 10.300 millones de dólares.
No obstante, los países más vulnerables solicitaron
una partida de ayudas exclusiva para cubrir los daños provocados por el cambio
climático. El Acuerdo de París sí especifica una categoría concreta a este
respecto, cosa que no hace de forma específica el nuevo texto aprobado en
Katowice.
Bangladesh, uno de los países en riesgo por la subida
del nivel del mar, ha desarrollado un proyecto piloto nacional de pérdidas y
daños e invita al resto del mundo a participar en él.
Chile albergará la COP25 tras la polémica de Polonia
Brasil, que en principio se postuló para albergar la
próxima edición de la cumbre, retiró su candidatura antes de empezar la COP24 y
tras la nueva presidencia de Jair Bolsonaro. La COP25 se celebrará el año que
viene en Santiago de Chile, precedida de una reunión previa que tendrá lugar en
Costa Rica.
Costa Rica. Tormenta Tropical Nate
Polonia, el país anfitrión de la cumbre que recién
acaba, ha dejado una amarga huella en las negociaciones de este año. Muy
dependiente del carbón, por lo que necesita hacer un gran esfuerzo para renovar
su modelo energético, ha mantenido una postura contraria a la del resto de la
Unión Europea de aumentar la ambición de los acuerdos y es uno de los
responsables de que algunas decisiones se hallan postergado para la edición de
2019.
Así valoran las ONGs la resolución final de la cumbre
Numerosas organizaciones no gubernamentales han estado
presentes en Katowice y han informado a este medio, en tiempo real, del
progreso de las negociaciones. Estas son sus impresiones sobre el acuerdo:
"La COP24 no ha recogido la ambición necesaria ni
los compromisos de los países para que aumenten la acción climática. Ahora es
clave que los países asistan a la cumbre de la ONU en Septiembre con unos
objetivos más ambiciosos. A nivel nacional el gobierno de Pedro Sánchez debe
aprobar una ley y unos planes de energía y cambio climático para acelerar la
transición energética empezando por marcar el cierre de las térmicas de carbón
en 2025 como muy tarde". Tatiana Nuño, responsable de energía y cambio
climático de Greenpeace en España.
"La falta de herramientas, de compromiso, de
ambición y la eterna búsqueda de un consenso, no responde a la urgencia del
cambio climático y pone en duda la capacidad de las Naciones Unidas de
responder a tiempo al mayor reto que afrontaremos como humanidad. Los textos
presentados no establecen con claridad el proceso necesario para incrementar la
ambición. Se pierde otro año más". Javier Andaluz, responsable de la
campaña de clima de Ecologistas en Acción.
"Marca un avance necesario a la hora de concretar
el Acuerdo de Paris en forma de un reglamento común. Las partes tienen ahora
unas indicaciones más claras de cómo aplicar el acuerdo. Pero hay un problema
muy importante: la ausencia de un llamamiento claro en el texto a la ambición y
la urgencia de la emergencia climática. Algunos países del Pacífico están
literalmente desapareciendo. El informe del IPCC dice que tenemos que reducir las
emisiones globales en un 45% para 2030 para limitar la temperatura en 1,5 ºC.
Pero la decisión final no llama directamente a todos los países a aumentar la
ambición y el compromiso en la reducción de las emisiones. Eso depende de cada
uno". David Howell, responsable de Gobernanza Ambiental de SEO/BirdLife.
"La sensación nuestra es agridulce. La cumbre ha
hecho avances pero ha fallado la voluntad política para avanzar con la urgencia
y la ambición que se necesita ante la gravedad del problema. Falta la urgencia
de emprender acciones de lucha contra el cambio climático mucho más ambiciosas
que las que tenemos, que nos llevan a un incremento de temperatura por encima
de 1,5ºC según el IPCC. En cuanto a España, nos parece bien el cambio de
política en la lucha contra el cambio climático. Urgimos a que se empiece a
tramitar ya la Ley de Cambio Climático y Transición Energética y se abra un
proceso de participación pública tanto para la ley como para el Plan Nacional
de Energía y Clima". Mar Asunción, responsable de Clima y Energía de del
Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, España).
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