viernes, 15 de noviembre de 2019

Juzgan en León a una pareja que grabó y distribuyó material pornográfico de compañeras de su equipo de fútbol, el ovetense Grisú

La mujer, jugadora del equipo de fútbol femenino, les hacía fotografías en los vestuarios y se las pasaba a su pareja, que ejercía de segundo entrenador, y que guardaba gran cantidad de material pedófilo en su vivienda
La Audiencia Provincia de León juzgará el 18 de noviembre en un juicio de sesión doble a una pareja por corrupción de menores por la grabación y distribución de material pornografía con menores. La Fiscalía solicita penas que oscilan entre los 29 años y tres meses para el hombre, y los 7,5 años que solicita para la mujer, vecina de Villablino.
Según el escrito de la acusación pública, los hechos se remontan a octubre de 2016 cuando los dos acusados iniciaron una relación amorosa que surgió fruto de la relación profesional que mantenían en el Grisú, club de fútbol femenino de Oviedo, en la que ella jugaba y él era segundo entrenador y delegado.
Sin que ni equipo ni directiva tuvieran conocimiento de la relación, el acusado solicitó a la joven fotos de sus compañeras de equipo en el vestuario, bien desnudas o con ropa interior, entre las que se encontraba una menor, tal y como declaró la acusada ante la Guardia Civil.
Un año después la joven accedía y enviaba al acusado imágenes comprometidas de sus hermanas menores, una de ellas con una discapacidad, que grababa mientras las cuidaba en su residencia en Villablino. Paralelamente, la pareja contactó con una menor de Guipúzcoa haciéndose pasar por promotores musicales que, con la excusa de grabar un videoclip, la engañan para lograr imágenes con contenido sexual explícito.
No conforme con ello, el acusado incluso intentó mantener relaciones sexuales con la menor, que denunció los hechos ante la Policía Nacional. Fruto de esta denuncia, se abre una investigación que permite localizar al acusado, hallando en el registro de su domicilio numeroso material pedófilo destinado para el uso personal, sin que se tengan constancia de que fuese compartido o tuviese como fin el envío a terceros.
Por su parte, el 10 de agosto de 2018 la acusada se persona en el cuartel de la Guardia Civil de Villablino, para confesar los hechos y entregar diversas pruebas que son claves para la investigación.
El Ministerio Fiscal entiende que los hechos son un delito de captación de menores, posesión de pornografía infantil y vulneración de la intimidad de los que son autores los dos acusados a lo que se suma un delito de distribución de pornografía infantil que atribuye exclusivamente al varón, que se enfrenta a 29 años y tres meses de cárcel.

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