La hermana del fallecido, con las notificaciones - El
Correo
Cuando Ana
Gálvez recibió leyó una carta que había recibido su difunto hermano indignación fue
máxima. Y es que el Instituto Nacional de la Seguridad Social resolvía que su
hermano, fallecido tres semanas antes,
debía reincorporarse a su puesto de trabajo en Miranda de Ebro (Burgos) por «la
mejoría efectuada» y pasaba a considerarle apto, finalizando así con su
incapacidad permanente total derivada de unos graves problemas pulmonares años
atrás, según informa «El Correo».
La incapacidad le había llegado a Francisco Javier
Gálvez debido a las secuelas de una «neumonía atípica» que sufrió hace tres
años. «Estuvo muy grave, pero salió adelante; aunque no sabían casi ni cómo»,
recuerda su hermana para el diario vasco.
En diciembre de 2015 se le reconoció
como pensionista por la imposibilidad de reincorporarse a su puesto de trabajo
como operario en una industria de aerogeneradores, por supuesto bajo la
supervisión médica periódica para constatarlo. «Le tomaban la tensión, le preguntaban
cómo se encontraba... pero nadie le miró por dentro para ver cómo evolucionaba
de ese cuadro pulmonar», cuenta Ana Gálvez.
Por eso el enfado fue descomunal cuando recibieron la
notificación de la Seguridad Social, con fecha de salida del 28 de febrero, en
el que se explicaba que se había producido una revisión «de oficio» y que había mejorado su salud por lo que
tenía que reincorporarse al trabajo. «Le pasaron de tener reconocida una
enfermedad muy grave a una leve, sin más. Sin mirar sus pulmones», lamenta la
hermana.
El escrito del que se hace eco «El Correo» decía que
«estudiado de nuevo su expediente por el equipo de valoración de incapacidades
de esta dirección provincial con fecha 04/05/2016, y a la vista de las
alegaciones presentadas, se estima correcta la revisión por mejoría efectuada».
En el momento de recibir la carta, Francisco Javier llevaba ya tres semanas
fallecido, algo que sus hermanas
habían comunicado a la Seguridad Social el 17 de abril. «Tenían
constancia de ese fallecimiento. Es vergonzoso, ni siquiera lo han mirado. Esta
última respuesta me ha matado. ¿Para qué mandas escritos, informes médicos...
si no los miran? No lo ha leído nadie, no se han molestado en analizar su
caso».
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