Chana Boteach propetaria de Kosher sex en su espacio de venta temporal en
Jerusalén
“Mi abuela me dijo que no iba a vender porque no soy
practicante”, se sincera Chana Boteach, soltera, ortodoxa y embajadora del sexo
kosher.
El término, proveniente
de la raíz hebrea kashér, significa
puro, o adecuado para el consumo de acuerdo con la normativa judía tradicional.
Con una mirada intensa del color de la mariposa tigre,
esta mujer de 26 años habla sin tapujos para describir con suma profesionalidad
un negocio que, de acuerdo con sus creencias, cumple estos preceptos.
Kosher sex, nombre que
recibe su coqueta boutique, tiene el objetivo de volver a darle al sexo
su supuesto significado original, que según Boteach es el de crear un vínculo
de pasión entre dos personas y ayudarlas a encontrar la sensualidad perdida en
las relaciones. En un momento
en el que se incrementan los divorcios, aspira a traer
la sabiduría judía tradicional al siglo XXI, y modernizarla en clave de
calentura para todos aquellos que buscan una vida amorosa más profunda.
“Creemos que solo puedes alcanzar intimidad verdadera con una persona en
exclusiva”, explica acerca de su negocio, orientado fundamentalmente a parejas
casadas, “que son las que necesitan más ayuda”.
Hasta finales de octubre, esta empresaria
israelí-americana compartirá su fascinación por la sexualidad humana en su pop
up (espacio de venta temporal) que está abierto en el café Nocturno de la
calle Bezalel de Jerusalén. El establecimiento surgió inicialmente en Tel Aviv
a finales de junio y su gran éxito de acogida desencadenó este tour
sexual a la Ciudad Santa.
“Son sutiles, misteriosos, la gente incluso trae aquí
a sus hijos, que no se enteran de qué tienen entre manos”, así describe esta
joven, algunos de sus juguetes. En el pequeño rincón del que dispone en el café
se exhiben artilugios picantes entre los que priman los consoladores y
vibradores de silicona, elegantemente combinados con pétalos, plumas, velas,
borlas para pezones, aceites y seductores perfumes. En otro lado, camisetas con
mensajes mesiánicos y fogosos confeccionadas en exquisito algodón. Todo
expuesto con máximo gusto en un claro intento por evitar la vulgaridad. Tras
mostrar el primer vibrador formato manos libres se desplaza al escaparate donde
los productos están pensados para disminuir el dolor durante las relaciones.
“Mis artículos dañan lo menos posible al medioambiente”, y hace una mueca
similar a un gruñido al escuchar la palabra plástico referida a un
establecimiento porno común. La modalidad online de kosher sex
incluye kits astrológicos con un bálsamo de clítoris para permitir un
viaje personalizado de placer de acuerdo con cada signo del zodiaco, o un juego
de mesa para tórridas contiendas de pareja que responde al nombre de Monogamia.
“Mi sueño es crear el vibrador apto para Shabat (sic)”, explica esta empresaria
de la libido en referencia al día sagrado de la semana judía en el que los
aparatos eléctricos están prohibidos para aquellos que
siguen la corriente ultra ortodoxa, a no ser que
permanezcan encendidos desde el atardecer del viernes hasta la noche del
sábado. Para estos clientes dispone de dildos de cristal. Aunque estos
artículos encienden una luz que no es precisamente como la que luce en el candelabro
de una sinagoga, la joven hace un guiño místico y semita a los asiduos que
cruzan la puerta antes del fin de semana, ofreciendo velas para encender el
viernes antes de la puesta de sol.
En estos tres meses de andadura, la joven comenta que
ha recibido a todo tipo de clientes, desde un hombre de 79 años que compra un
vibrador a su mujer por su 50 aniversario, hasta una chica con la libido baja
por consumo de antidepresivos. “Al día siguiente volvió a mí como una fan,
entre lágrimas”. Subraya también la experiencia con una veinteañera que buscaba
aumentar el placer de su novio a la par que le confesaba a esta gurú no
practicante del sexo que nunca había tenido un orgasmo. “Le di un discurso”,
reconoce.
En cuanto a turistas o residentes seculares de cualquier
orientación sexual interesados en comprar, informa de que todos son
bienvenidos, “Kosher habla un mensaje universal que significa permisible
para cualquiera”, declara, y concede que “el mensaje fue más criticado por la
comunidad judía”, pero no le alteran las críticas pues es consciente de que
amplio espectro de significados que refleja la religión da para mucho.
Chana Boteach considera el sexo kosher
empoderador y defiende la creencia de que promueve el feminismo “En la ketubah
(contrato matrimonial judío) está escrito que la mujer tiene derecho a tener
sexo”, informa, explicando además que es motivo de divorcio que el varón se
niegue a otorgarlo. De acuerdo con su interpretación de la religión, lejos
quedan los tiempos en los que la mujer tiene que tener una posición subordinada
al hombre y mucho menos, en la cama.
Franca y sin tabúes, se muestra imperturbable mientras
diserta sobre los poderes ocultos del sexo. No se ofende por las preguntas
obvias, ni le intimidan las carnales porque ella está segura de su producto.
Chana Boteach no vende
porno, ni lascivia ni obscenidades. Ella despacha la
promesa del gran regocijo.
La particular
batalla a la concupiscencia de esta licenciada en ciencias políticas le viene
de familia. Su padre, Schmuley Boteach, es el célebre rabino ortodoxo americano
que escribió en 1999 Sexo kosher: Una receta para la pasión y la intimidad.
Vendió 65.000 ejemplares en una semana, y en sus enseñanzas se basa su heredera
para enfocar el negocio. Aunque ambos comparten un enfoque revolucionario del
sexo, las opiniones de la discípula se distancian de las de su maestro, cuyas
afirmaciones acerca de lo que una mujer busca en las relaciones sexuales han
generado no poca controversia. “Discurso estereotipado”, y “análisis
defectuoso”, son algunos atributos que recibió en 2014 por un ensayo publicado
en la edición americana del Huffington Post. Fundador de la Sociedad judía
L'Chaim de la Universidad de Oxford, debatió con Mijaíl Gorbachov, Stephen
Hawking, Benjamín Netanyahu, o Michael Jackson entre otros. También fue coautor
el año pasado con la actriz Pamela Anderson del libro Lujuria en lugar de
amor que Uri Geller (ilusionista israelí) describe en Amazon (portal de
compras de internet) como electrizante.
Schmuley Boteach, padre, asesor espiritual y el rabino más famoso de
América
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