Pintada
en la carretera que une los municipios de Valderrobres (Teruel) y Arnes
(Tarragona) - ABC
A un lado, Aragón. Al otro,
Cataluña. Para los de un lado, todo es España. Para los del otro, de mayoría
independentista, el puente marca la línea divisoria entre España y
Cataluña. Entre Valderrobres (Teruel) y Arnes (Tarragona) apenas hay doce
kilómetros, una carretera regional y un río, el Algars, que también sirve para
delimitar la frontera entre ambas comunidades autónomas. Ahora, en una época en
que la tensión separatista está disparada, Puigdemont hace campaña desde
Bélgica y varios consejeros del Govern cesado están en la cárcel, el debate
secesionista se ha avivado en la zona, y el puente adquiere un significado
especial.
Allí, hace menos de un mes y
sin previo aviso, apareció una pintada. «Se veía que estaba bien
hecha, que utilizaron una plantillica y todo», ironiza Carlos Luís Bone Amela,
alcalde de Valderrobres, quien no puede disimular su marcado acento aragonés. A
él, como a todos sus vecinos, le pilló por sorpresa que, de un día para otro,
aparecieran dos tijeras blancas serigrafiadas sobre el asfalto del puente,
invitando a los que por allí pasaban a cortarlo por la mitad en un claro guiño
secesionista.
«Es un puente simbólico,
sobre todo porque separa la comunidad de Cataluña con Aragón, o con España»,
destaca Joaquim Miralles Pegueroles, alcalde de Arnes, también con un acento
característico, pero en esta ocasión catalán. Como él mismo comenta, el suyo es
«el último pueblo de Cataluña antes de llegar al Matarraña», la comarca
turolense donde el primer pueblo con el que se topan los que salen de Cataluña
es Valderrobres. En dicho municipio, la autoría de la pintada no estuvo clara
hasta que el pasado viernes comenzó a despejarse.
Entonces, los vecinos de
Arnes, con ayuda de otros de municipios cercanos, cortaron durante casi una
hora la carretera que une su pueblo con Valderrobres y, por ende, Cataluña y
Aragón. «Fue para manifestar la indignación por el tema de los presos políticos»,
justifica el regidor catalán, quien confiesa que allí la mayoría de la
población es independentista. «Aunque los que no lo son también aportan su
opinión y se respeta», puntualiza.
«Por lo que me contaron,
estuvieron unos 40 minutos sobre las cuatro de la tarde y también me dijeron
que cuando llegaron los Mossos identificaron a varias personas», recuerda Bone,
a quien completa su colega catalán. «Son protestas que se realizan siempre de
forma pacífica y dándolas a conocer a las fuerzas de
seguridad», subraya el alcalde catalán, quien desvincula a su corporación de
orquestar estos actos a favor del independentismo: «Yo no tenía constancia de
que harían estas cosas. Los organizadores suelen avisar de un día para otro».
Buenas relaciones
Pese a estos últimos actos,
las relaciones entre ambas localidades, acostumbradas a ayudarse más allá de
banderas, no han variado sustancialmente por el momento. «Las relaciones son
excelentes», confirma el alcalde de Arnes, quien ahonda en este
planteamiento: «El problema no es con ellos, va mucho más allá».
Desde el otro lado del puente
también se le intenta restar importancia a estas manifestaciones. «Al hablar
procuramos no ofender a ninguna de las partes por si algo de lo que puedas
decir sirve para generar un conflicto entre los pueblos»,
revela Bone, consciente de que hay muchos lazos entre ambas localidades. «Hay
muchos valderrobrenses con familia en Cataluña y mucha gente de Arnes que
trabaja en nuestro municipio», manifiesta el alcalde, quien también pone sobre
la mesa que las relaciones van más allá del tema familiar y llegan hasta el
deporte. «Dejamos que su equipo de fútbol de chavales juegue con el nombre de
nuestro pueblo», indica Miralles, a quien Bone refrenda. «Con este convenio,
los desplazamientos son mucho más cómodos para los niños».
El pulso secesionista puede,
aun así, complicar más la relación entre estas dos localidades. De hecho,
ya ha
generado discusiones entre familias cuando el tema de la
independencia, que suele ser esquivado, sale en la conversación. «No es
agradable que te quieras desplazar por trabajo y que te tengan parado en la
carretera», expresa el alcalde de Valderrobres en alusión al último acto de
protesta secesionista. Además, añade que estas acciones «aumentan la tensión y
la crispación» en el pueblo. «No creo que estas cosas ayuden»,
insiste el alcalde, que no quiere, aunque sea de manera simbólica, que sus
vecinos de al lado dibujen una frontera donde siempre ha habido
Enrique Delgado Sanz
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