El 23 de junio de 1993,
Lorena Bobbit cortó con un cuchillo el pene de su marido, John Bobbit. La mujer
denunció entonces que había soportado años de maltrato y que por eso una noche
decidió abalanzarse sobre su esposo mientras este dormía. John sobrevivió. El
dinero de la fama repentina le permitió reimplantarse el pene y hasta se dedicó
por un tiempo al cine porno. Lorena creó una fundación para atender a mujeres
víctimas de violencia de género. 24 años después, otro hecho similar ha
sacudido a la sociedad argentina: una mujer de 26 años ha cortado el pene y los
testículos de un hombre de 40 en un piso de Córdoba, la segunda ciudad más
importante del país. Los hechos no están tan claros, pero la prensa cordobesa
da por hecha una pelea entre los amantes y el abogado de la agresora ha denunciado
que su clienta solo se defendió como pudo de un ataque sexual.
La
mujer se llama Brenda Barattini, es arquitecta, está detenida y aún no ha
declarado. El hombre, identificado como S.F., sobrevivió al corte de sus
genitales y desde el sábado se recupera en una clínica cordobesa. En la
habitación donde ocurrió el ataque han quedado las tijeras y las mantas de la
cama con grandes manchas de sangre. Si S.F. no murió desangrado fue gracias a
los vecinos, que alertados por los gritos llamaron a una ambulancia. La mujer,
en tanto, se entregó.
El abogado de Barattini,
Carlos Nayi, ha dicho a la
Cadena 3 de Córdoba que el hombre forma parte de una banda de
rock y es amigo del hermano de la mujer. Según él, el sábado por la noche el
agresor "le dijo que entraba al departamento a buscar un instrumento y, ya
en su interior, la atacó sexualmente". Para Nayi no hay dudas: su clienta
actuó en defensa propia ante un intento de violación y denuncia un "ataque
sexual".
Para la fiscal de Violencia
de Género, Bettina Croppi, no todo es tan evidente. La letrada ha dicho que, al
menos por el momento, la mujer es la agresora y el hombre la víctima. Croppi ha
dicho que S.F. sufrió "lesiones gravísimas" y que "es muy
probable que haya perdido la capacidad de concebir". Sobre una presunta
relación amorosa entre ambos, apenas ha podido dar precisiones. "Hasta el
momento no hemos podido determinar si tenían una relación o desde hacía cuánto
se conocían. Pero sí se conocían, eso está probado". Barattini no ha
declarado todavía, pero la fiscalía ha ordenado que le realicen pericias
psiquiátricas para ver si comprende la gravedad de lo que ha hecho.
El caso no será investigado
como violencia de género, pero Croppi ha dicho que Barattini puede enfrentarse
a una "pena altísima". La investigación debe determinar ahora si la
mujer tiene en su cuerpo signos de un intento de violación. Y un punto aún más
importante y que puede ser determinante: por qué Barattini tenía en un piso y
dentro de su habitación una tijera utilizada para la poda de plantas y arbustos
de jardín.
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