Tener un bebé es uno de los
acontecimientos más importantes para muchas parejas, a pesar de no estar exento
de múltiples atenciones, sobre todo durante sus primeros meses de vida. Son tan intensos estos
cuidados que es habitual que las madres sientan que no tienen
tiempo para
ellas y aparquen temporalmente sus relaciones sociales o aficiones.
Familia
Al menos así lo percibió
durante sus años de profesión como enfermera de pediatría Carmen Maderuelo.
Cansada de escuchar cómo estas madres no tenían posibilidad ni de ir a ver la
última película de estreno, se le ocurrió la idea de dirigirse a los cines más cercanos
a su centro de salud y proponerles que programaran una sesión
para que pudieran asistir con sus bebés. Carmen Maderuelo no salía de su
asombro. «¡Es
una gran idea!», le
dijeron. Y así se estrenó la «Sesión teta» en los cines de La Vaguada en Madrid.
Llegados a este punto, muchas
personas piensan: «pues que dejen a sus hijos con alguien y se vayan mejor
solas o con amigas». Sin embargo, «la mayoría de madres no tienen posibilidades de
dejarles con nadie y, por desgracia, –apunta Maderuelo – hay
todavía quienes no se dan cuenta de que los bebés maman muy poquito en
cada toma y hay que darles el pecho a demanda, no con horarios
fijos, lo que imposibilitaría estar lejos de ellos mientras el tiempo que dura
la película».
Lactancia
Lo cierto —confiesa— es que
todas las opiniones sobre la «sesión teta» han sido muy positivas. Tanto es así
que esta
iniciativa se extendió por diversos cines de Madrid y ha
llegado hasta ciudades como Gerona, Valladolid, Valencia, Barcelona, Alicante,
Bilbao..., y en otras tantas están en vías de inaugurarla.
Para que la «sesión teta» no
suponga ningún riesgo para los pequeños cuenta con una serie de peculiaridades.
«Intentamos
que
las películas no tengan grandes estruendos que puedan perjudicar al oído y descanso de los pequeños —apunta
Isaac Dorrego, del departamento de marketing de Cines Dreams —. En una sesión
normal el sonido está a 6 decibelios y en estas filmaciones lo bajamos a 4.5. El aire acondicionado
también lo regulamos. La luz la mantenemos tenue para que las
madres puedan atender a sus bebés o cambiarles el pañal en el cambiador situado
en la misma sala para que no tengan que salir fuera y perder el hilo de la
película»
En estas sesiones, que suelen
programarse los domingos por la mañana, también acuden los padres y niños de hasta un año.
«Es habitual que se escuche el llanto de algún pequeño, pero no molesta al
resto de los asistentes porque están acostumbrados a oír esos lloros también en
casa y porque saben que es lo que se van a encontrar en la sala. También es frecuente ver a
madres o padres de pie meciendo a sus pequeños para clamarles».
Carmen Maderuelo añade que lo
importante «es que, además, se normaliza el hecho de que las mujeres den el
pecho a sus hijos en público y que no tengan que esconderse por
cumplir con la función de alimentar a sus hijos con leche materna».
Laura Peraita@LauraPeraita
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