Las fotogénicas arañas saltarinas Servaea incana son muy comunes en los bosques de eucaliptos de Australia, donde construyen refugios bajo la corteza de los árboles o entre las hojas. En ese escenario templado sucede una historia romántica entre machos y hembras de las que ya no existen. Un equipo de científicos ha observado que la mayoría de las peludas féminas de esta especie solo se aparean una primera y única vez. Inmediatamente después, no son receptivas al cortejo de otros machos y optan por la inhibición sexual, a menudo por el resto de sus vidas.
Un llamativo ejemplar de Servaea incana - Robert Whyte /Flikcr
Las hembras de muchas
especies pueden almacenar espermatozoides, que luego pueden ser desplazados o
diluidos por otros en apareamientos posteriores. Las estrategias para reducir
esta competencia de espermatozoides incluyen la inhibición sexual en las
hembras, un comportamiento que se ha encontrado en muchos insectos y arañas.
Entre estas últimas, las hembras se vuelven poco receptivas y agresivas para
los machos tras aparearse. Sin embargo, se desconocía si ese comportamiento se
prolongaba en el futuro.
Los científicos de la Universidad Macquarie
estudiaron el comportamiento de apareamiento de 89 hembras de Servaea incana
que fueron capturadas cuando todavía eran inmaduras en estado silvestre en
Australia, por lo que eran «vírgenes» cuando participaron en el experimento en
laboratorio. Cada hembra fue emparejada con un macho diferente diariamente
durante los primeros 10 días de su vida adulta, y cada diez días a partir de
entonces por el resto de su vida.
Esperma para siempre
Los investigadores
encontraron que el primer apareamiento indujo una inhibición sexual en
la mayoría de las arañas saltarinas. La mayoría de las hembras probaron el
sexo solo una vez en su vida, y pocas lo hicieron más de dos veces. Después del
primer encuentro, ellas generalmente perdían el interés y no eran receptivas
para otros candidatos amorosos, esquivándolos con las patas y alejándose. Este
efecto fue inmediato y, lo que es importante, a menudo persistió durante toda
su vida. Esto sugiere que las arañas saltadoras pueden ser capaces de almacenar
y usar esperma de su primer apareamiento por el resto de sus vidas.
Si bien la inhibición sexual
inducida por el primer apareamiento desempeña un papel importante en muchas
especies de arañas, los científicos dicen que una investigación adicional es
necesaria para explorar los mecanismos y las implicaciones evolutivas de este
comportamiento.
«Las hembras son los
guardianes de la reproducción masculina: las arañas saltadoras comúnmente se
aparean solo una vez en su vida, por lo que existe una gran competencia entre
los machos sobre las hembras vírgenes», señala Vivian Mendez, responsable del
estudio que publica PLOS ONE.
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