Flores, bombones, una
invitación a cenar o incluso un anillo de diamantes son los regalos clásicos de
cualquier maestro del galanteo que quiera impresionar al sexo opuesto, pero las
muestras tangibles de cariño no son solo propias de nuestra especie. Aunque es
un comportamiento extremadamente raro en la naturaleza, los científicos ya
habían observado que algunas aves se muestran obsequiosas durante el cortejo,
ofreciendo a sus parejas piedrecillas y conchas, mientras que una araña entrega
a sus amantes suculentos insectos envueltos en seda. Ahora, un equipo
internacional de investigadores ha descubierto otra sorprendente especie que
hace regalos para conseguir aparearse:
los delfines
jorobados de Australia.
(a)
El macho presenta una gran esponja marina ante unas hembras. (b) El macho lanza
una esponja hacia una hembra. (c) Un macho (derecha) realiza la «postura de
plátano» cerca de una hembra. (d) Un macho adopta una postura fingida y emite
un sonido de trompeta (durante unos 30 segundos) mientras nada inmediatamente
detrás de una hembra - F. Smith /A.Brown / S. Allen
Según
explican los científicos en la revista Scientifc Reports, los machos de estos delfines
presentan a las hembras grandes esponjas marinas en un aparente esfuerzo por llamar su atención. Ellos
se zambullen y arrancan las esponjas fijadas al lecho marino para luego
equilibrarlas y sacudirlas en su pico ante la audiencia femenina. Los
investigadores creen que semejante exhibición podría ser una demostración de la fuerza
y la calidad del donjuán como compañero de apareamiento.
El regalo va acompañado de
exhibiciones visuales y acústicas. Además de ofrecer obsequios, los machos
también emiten sonidos especiales y hacen una impresionante «postura de
plátano» para llamar la atención. Eso sí, si ellas no quedan impresionadas por
sus habilidades, los machos a veces les tiran las esponjas, lo que quizás
supone una intimidación ante el rechazo y que recuerda un poco a un patio de
colegio.
«Nos quedamos perplejos»
El uso de objetos en
exhibiciones sexuales por parte de mamíferos no humanos no es habitual, por lo
que cuando los investigadores lo observaron por primera vez se llevaron una
auténtica sorpresa. Para Simon Allen, de la facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de
Australia Occidental, estos hallazgos sugieren un nivel aún no reconocido de la complejidad
social en los delfines jorobados. «Al principio nos quedamos
perplejos al presenciar estas intrigantes muestras de comportamiento, pero a
medida que emprendíamos sucesivas visitas a lo largo de los años, la evidencia
aumentó», señala.
«Aquí tenemos a algunos de
los animales socialmente más complejos del planeta que usan esponjas, no como
una herramienta de búsqueda de comida, sino como un regalo, una muestra de su
calidad, o tal vez incluso como una amenaza en los contextos conductuales de la
socialización y el apareamiento», añade el investigador.
Stephanie King, coautora del
estudio, asegura que en ocasiones algunos delfines adultos también parecían
trabajar juntos en parejas. «La formación de alianzas entre machos adultos con
el propósito de obligar a las hembras es poco común, ya que el éxito del
apareamiento no se puede compartir», indica. «Este es un nuevo hallazgo para
esta especie y presenta una vía emocionante para futuras investigaciones».
Los investigadores esperan
determinar próximamente, a través de la observación del comportamiento y la
genética, si la presentación de esponjas y la participación en exhibiciones
sexuales mejoran las posibilidades de éxito del apareamiento de los delfines o
si, por el contrario, tanto espectáculo sirve para poca cosa.
J. DE J.
Madrid
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