«Pescaíto» frito, patatas,
croquetas, empanadillas, aros de cebolla, «nuggets»... No es la pesadilla de un
cardiólogo, sino una posible receta para enfriar el clima. Una reciente
investigación publicada en la prestigiosa revista Nature Communications ha
descubierto que los ácidos grasos presentes en el humo de la fritanga favorecen la formación
de nubes. A causa de esto, un inesperado efecto de las miasmas
de las freidurías es bajar la temperatura del globo.
Los
autores han demostrado que la grasa forma complejas estructuras cristalinas
dentro de las gotas de agua - FOTOLIA
«Lo más probable es que los
efectos perjudiciales para la salud sean más significativos que el efecto de la
emisión de moléculas para formar nubes», reconoció en BBC.com Christian Pfrang, investigador de la Universidad de
Reading, quien se resistió a recomendar el consumo masivo de croquetas y aros
de cebolla para evitar el calentamiento global.
En vez eso, los autores se
han limitado a estudiar unos aerosoles que se comportan igual que las gotitas
repletas de grasa del humo de la cocina. Suspendieron algunas gotas de salmuera
y ácido oleico gracias a una técnica de levitación de ultrasonidos, y después
hicieron pasar un haz láser o de rayos X por la partícula para revelar su
estructura interna.
Así, los autores han
demostrado por primera vez que los ácidos grasos liberados con el humo de las
freidoras forman complejas estructuras tridimensionales en el interior de moléculas
de agua. Y que esto tiene dos importantes consecuencias: por
una parte, que prolonga la vida de estas partículas en la atmósfera y, por
otra, que promueve la formación de nubes, puesto que estas se comportan como
semillas para la condensación del vapor.
Los
investigadores suspendieron gotas de salmuera y ácido oleico a través de
ultrasonidos para analizar su estructura con un láser-Christian Pfrang
«Estas estructuras son muy
viscosas, de forma que en vez de tener una gota de agua tienes algo que se comporta más
bien como la miel, así que los procesos dentro de la gota se
ralentizan», ha explicado Adam Squires en BBC.com. «Son más resistentes a la
oxidación, así que duran más tiempo y por tanto la formación de nubes es más
sencilla».
Esto es interesante porque se
calcula que, por término medio, las nubes reflejan la cuarta parte del calor
procedente del Sol en la atmósfera.
Un fenómeno pasado por alto
«El impacto real de estas
complejas estructuras en el medio ambiente es difícil de medir, porque hasta
ahora nadie las había tenido en cuenta», ha dicho Pfrang en un comunicado de la Universidad de
Reading. «Aún no hay una estimación fiable de cuanto material orgánico muestra un
ensamblaje así en la atmósfera, por lo que es urgente hacer más
investigación».
¿Por qué esta urgencia? Según
este investigador, es probable que estas moléculas, producidas en una escala
masiva en las ciudades, tenga un efecto notable en la llegada de aerosoles a la
atmósfera.
En concreto, observaron que
los ácidos grasos de la fritanga se organizan en unas estructuras muy ordenadas
conocidas como fases liotrópicas. Adoptan la forma de láminas de cristal,
cilindros o esferas, y se caracterizan por influir enormemente en la toma de
agua desde el entorno, lo que afecta mucho a la velocidad de formación de
nubes.
Además, estas estructuras
formadas por la grasa también son capaces de hacer a estos aerosoles
resistentes al ataque químico del ozono, lo que se traduce en que aumenta su
tiempo de supervivencia en la atmósfera.
Hasta ahora, muchas
investigaciones han tenido en cuenta el comportamiento de moléculas orgánicas,
formadas por un esqueleto de carbono, en la atmósfera, pero ninguna ha analizado el
papel de las fases liotrópicas. A la vista de lo analizado en
este estudio, los autores esperan que las investigaciones se fijen en este
detalle para entender el impacto que pueden tener estas moléculas en la
atmósfera.
Los científicos creen que la
cantidad de moléculas de ácidos grasos es relativamente elevada en el aire de
algunas ciudades. En Londres, esta forma de aerosoles constituye el 10 por
ciento de la fracción de partículas finas de la atmósfera, según un estudio
publicado recientemente. Por eso, consideran que es muy importante tener en
cuenta este fenómeno en futuros investigaciones.
ABC.ES
MADRID
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