El chico que no quiso ser futbolista
Álvaro es árbitro de
la Real Federación de Fútbol de Madrid.
A sus 16 años cada fin de semana
dirige encuentros de jugadores mayores que él: "Te ven inferior, pero si
transmites calma te ven fuerte y se puede hacer fácil".
Su padre, Juan Francisco, es
incondicional en los partidos de Álvaro, y ve muy injusto el trato
que se le da, comparando el apoyo que se le transmite a un jugador cuando falla
con el desaire que se transmite hacia al colegiado cuando comete un error.
"Siempre me ha apoyado", sentencia Álvaro.
"Levantarse a las siete de la
mañana para tener que ir a los campos de fútbol y cuando tenga el primer
lío"; esas son las dos fronteras que Juan Francisco pone al devenir de su
hijo en los terrenos de juego. La primera la lleva bien, la segunda todavía no
la ha sufrido. Y para que no la sufra, la
RFFM ha impulsado un sistema
de identificación pionero para los árbitros menores de 18 años. Y es que, como
dice Álvaro,
"si esto no te gusta... no lo puedes hacer", concluye.
Ignacio Ojeda
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