Erosión provocada por el temporal Emma en 2018 en la playa de Camposoto
(San Fernando, Cádiz).Lara Talavera Madrigal/ Universidad de Cádiz
Hagan lo que hagan los humanos con sus emisiones de
gases, la mayoría de las playas de arena del planeta encogerán. En apenas 30
años, el mar le arrebatará hasta 100 metros de media a los arenales por culpa
del cambio climático, según un estudio. Y en el peor de los escenarios
climáticos, la cifra podría más que duplicarse para finales de siglo. Entre los
países que más playa perderán están México, Chile o Argentina. En España, serán
unos 60 metros de media en el mejor de los casos.
Partiendo de la evolución de la línea de costa de los
últimos 35 años medida por los satélites, un grupo de investigadores ha
modelado el impacto que tendrá el cambio climático en las playas de arena para
2050 y en 2100. En la actualidad, y dejando a un lado las regiones antártica y
ártica, el 31% de la costa está formada por arenales. Estudios anteriores han
estimado cuántos están de retirada, por la erosión o por acciones humanas, y
cuántos están creciendo, por la aportación natural o la ingeniería humana.
Ahora, este estudio, publicado en Nature Climate Change, añade a la ecuación los
impactos derivados del calentamiento global, en especial el de los eventos
climáticos extremos (tormentas, inundaciones...) y la subida del nivel del mar.
“En una gran
parte de las playas de España no tenemos anchuras de más de 90 metros, por lo
que en el peor escenario nos quedaremos sin playa seca antes de 2100”
Theocharis Plomaritis, investigador de la Universidad
de Cádiz y coautor del estudio
Las playas van a encoger sí o sí. Pero, según sea el
futuro elegido por los humanos, un escenario de bajas emisiones u otro en el
que no se hace nada contra el cambio climático, encogerán menos o más. En el
último caso, para 2050, los resultados del trabajo muestran que los arenales
perderán hasta 99,2 metros de media. Pero la anchura que les podría arrebatar
el mar podría acercarse a los 250 metros para finales de siglo. Sin embargo, si
se cumpliera con los objetivos de los Acuerdos de París sobre reducción de
emisiones, las pérdidas podrían mitigarse hasta en un 40%.
Aunque la pérdida de litoral arenoso es generalizada,
hay grandes diferencias geográficas. Las playas perderán más de 150 metros en
regiones como el este de América del Norte, las playas amazónicas y el sureste
americano. La retirada superará los 300 metros en las Antillas Menores o el sur
de Asia. Por países, habrá naciones como Gambia, Pakistán o El Salvador que
pederán más del 80% de sus playas. Pero en términos absolutos serán las riberas
arenosas de Canadá y Australia las que más sufrirán. En ambos casos, el mar
avanzará a costa de la arena en más de 15.000 kilómetros de costa. También
aparecen amenazados miles de kilómetros de playas de Argentina (hasta 4.400
kilómetros), México (5.100) o Chile (hasta 7.000).
España no es de los países más afectados pero tiene
una proyección media de retroceso de 86 metros para 2100 en el peor de los
escenarios. La pérdida se reduciría en un 39% en el caso de mitigación del
cambio climático por medio de una reducción significativa de las emisiones de
gases. Así que, en el mejor de los escenarios previstos, los científicos
esperan una retirada media de 27 metros para 2050 y 60 metros para finales de
siglo.
“En una gran parte de las playas de España no tenemos
anchuras de más de 90 metros, por lo que en el peor escenario nos quedaremos
sin playa seca antes de 2100”, comenta el investigador de la Universidad de
Cádiz y coautor del estudio Theocharis Plomaritis. “Hasta ahora, los grandes
causantes del retroceso de las playas eran los embalses y las presas, que
atrapan el sedimento y no dejan que llegue a las playas”, explica Plomaritis.
Pero eso lo está cambiando el cambio climático, que se erige en principal
enemigo de los arenales para el futuro inmediato.
Uno de los efectos del calentamiento global es el
aumento de la frecuencia e intensidad de los eventos climáticos extremos. Como
se demostró en enero pasado con la borrasca Gloria, la erosión costera puede
ser enorme. Los autores del estudio incorporaron a su modelo los datos de unos
100 millones de tormentas marinas para calcular el potencial de erosión de
estos fenómenos. “Su impacto suele ser temporal, la playa se recupera si le
damos tiempo”, asegura Plomaritis. Pero en el futuro un segundo efecto del
cambio climático “bloqueará la recuperación natural”, añade. Se trata del
aumento del nivel del mar.
Si se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero,
la erosión esperada en las playas se reduciría hasta en un 40%
El deshielo de las regiones polares está subiendo las
aguas a un ritmo de unos tres milímetros al año. Además,
el aumento de las temperaturas hace que el agua de mar se dilate y ocupe más
espacio a costa de las playas. Los científicos e ingenieros que estudian la
erosión costera se saben bien una ley natural, la llamada regla de Bruun. En su
versión más sencilla, estipula que, dependiendo de la pendiente de la playa,
esta se retira entre 50 y 100 veces lo que aumente el nivel del mar.
“La subida media global del nivel del mar es
responsable al menos del 73% de los cambios”, responde en un correo el
investigador del Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea y
principal autor del estudio Michalis Vousdoukas. Aunque hay unas pocas zonas
donde el estudio espera la recuperación de playas de forma natural, el escaso
avance playero, como el que se produce en buen parte de la costa de China, está
siendo y será obra de la ingeniería de los humanos.
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