Distintas clases de herramientas
usadas por el 'Homo erectus'. MICHAEL J. ROGERS SOUTHERN CONNECTICUT STATE UNIVERSITY
En cierto sentido, el
Homo erectus ha sido el homínido con más éxito desde un punto de vista
evolutivo. Esta especie extinta que surgió hace aproximadamente 1,8 millones de
años sobrevivió más tiempo que cualquier otra especie conocida, resistiendo y
adaptándose a todo tipo de cambios ambientales.
Fue el primero en
cocinar alimentos y el primero que, partiendo desde África, se extendió por el
Cáucaso, Oriente Medio, China o Indonesia. Ahora, los cráneos de dos individuos
que vivieron hace más de un millón de años en Etiopía pueden ayudar a los
investigadores a iluminar el pasado de esta misteriosa especie, extinta desde hace 100.000 años.
Un equipo
internacional de científicos, en el que participa el Centro
Nacional de Investigación y Evolución Humana (CENIEH), ha analizado estos fósiles, hallados junto
con herramientas de piedra de diferentes tipos. Los resultados se han publicado
en la revista Science Advances.
Los cráneos
(conocidos simplemente como DAN-5 y BSN-12) fueron desenterrados en el
yacimiento de Gona, en la región de Afar, en un radio de apenas seis kilómetros.
Un hombre y una mujer cercanos geográficamente, pero lejanos en el tiempo:
DAN-5 vivió hace 1,26 millones de años, BSN-12 hace entre 1,6 y 1,5 millones.
Sin embargo, ambos parecen haber compartido las mismas capacidades
tecnológicas, ya qué junto a sus restos se encontraron herramientas de dos
tipos claramente diferenciados.
Por un lado, piezas
rudimentarias para hacer bordes afilados, por otro artefactos mucho más
refinados, en concreto bifaces con forma de pera. La teoría más aceptada dice
que las especies arcaicas del género Homo (como el Homo habilis) crearon
los primeros utensilios de piedra (industria olduvayense).
Después, la aparición
del Homo erectus marcaría la aparición de una nueva tecnología lítica
(achelense), aunque el momento y el contexto en el que se produjo esa
revolución técnica aún son objetos de debate. "La mayoría de los
investigadores creen que achelense sustituyó a olduvayense hace 1,75 millones
de años", relata Sileshi Semhaw, arqueólogo del CENIEH y primer autor del
estudio. "Sin embargo, nuestro trabajo demuestra que Homo erectus
continuó usando olduvayense durante más de un millón de años".
Que la tecnología
heredada por Homo erectus de otras especies perdurase en su repertorio
tras la aparición de instrumentos achelenses indica una flexibilidad en el
comportamiento y una historia evolutiva más compleja de lo que se pensaba.
Aunque conocer hasta qué punto llegaba esta sofisticación es complicado; los
vestigios de esta especie son muy escasos y los científicos se ven obligados a
hacer mucho con muy poco.
"Todo lo que
tenemos en el registro arqueológico son herramientas de piedra y fósiles, e
inferimos el comportamiento en base a ello", explica el investigador,
"pero con eso no podemos decir mucho sobre su conducta social o cómo
interactuaban. Por ejemplo, podemos especular que pudieron haber usado alguna
forma rudimentaria de lenguaje, pero no estamos seguros de si era como el que
conocemos hoy".
El cráneo más
reciente -BSN-12- es también el más grande y sólido. El equipo cree que
corresponde a un hombre, mientras que el más antiguo, ligero y estrecho -DAN-5-
es, probablemente, una mujer. Eso significaría que Homo erectus ya
mostraba un claro dimorfismo sexual: esto es, que los machos eran más grandes y
musculosos que las hembras. Aunque, en este punto, los autores reconocen que no
es la única explicación, dada la distancia temporal entre ambos individuos.
En cualquier caso,
BSN-12 es similar a otro cráneo hallado en la Garganta de Olduvai, en Tanzania,
mientras que DAN-5 muestra similitudes con otros ejemplares que se encontraron
en Dmanisi (Georgia) con una antigüedad de 1,8 millones de años.
Distintas clases de herramientas
usadas por el 'Homo erectus'.MICHAEL J. ROGERSSOUTHERN CONNECTICUT STATE UNIVERSITY
"Los fósiles de
Gona son prueba de un grado de diversidad biológica en África que no se había
visto hasta ahora, sobre todo por la reducida talla del cráneo de DAN-5"
indica Scott Simpson, del Museo de Historia Natural de Cleveland, coautor del
estudio. "Y BSN-12 también presenta una relación con fósiles africanos y
del este de Asia".
Estas relaciones con
otros fósiles podrían indicar un regreso a África por parte de descendientes de
poblaciones que habían migrado fuera del continente. Una hipótesis que derribaría
la concepción clásica de que la dispersión era unidireccional. Algunos
científicos venían defendiendo que, una vez se abren rutas que comunican dos
territorios, la expansión de poblaciones puede ser de ida y vuelta.
Por otro lado, la
datación de los isótopos del yacimiento apunta a que ambos individuos llevaban
una dieta variada, con plantas, huevos, insectos y animales herbívoros. Aunque
los autores matizan que necesitan más datos para confirmarlo. "Los grupos
de ambos yacimientos habitaban cerca de ríos, en entornos con bosques de ribera
adyacentes a espacios abiertos", dice Semhaw.
"Junto a DAN-5
se desenterró una falange de elefante con marcas provocadas por herramientas de
piedra, y un hueso de la pata de un antílope pequeño que presentaba una
incisión, lo que significa que descuartizaban a grandes y pequeños mamíferos.
Pero, de momento, no sabemos si cazaban a sus presas o eran carroñeros".
AMADO
HERRERO @AmadoHerrero
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