Un vendedor de push up en el mercado de Treichiville, en
Abiyán. Fotos: AFP
Resulta evidente la
diferencia de cuerpos de hombres y mujeres de todo el mundo. En concreto, el
cuerpo de la mujer africana permite una serie de ventajas que las mujeres
occidentales, por mucho que nos empeñemos, no podemos alcanzar. Por ejemplo, el
llevar a los hijos a la espalda reposados en el trasero como si fuera una silla
para niños. Por mucho que una europea se esfuerce, la comodidad del niño nunca
será la misma. Y no sólo eso, la mujer con buenas curvas es considerada
un
símbolo de fertilidad, y un buen trasero será "un buen asiento" para
criar a su descendencia.
Quizá
el pragmatismo se ha llevado un paso más allá en Costa de Marfil, donde los
traseros grandes se han convertido en toda una moda y donde muchos se
escandalizan al ver a figuras femeninas como los Ángeles de Victoria Secret,
que no han visto un plato de comida desde la última navidad. La carrera para conseguir
marido ha levantado una ferviente guerra entre las mujeres en
edad de merecer que no escatiman en artimaña para conseguir tener una
apariencia 10. Eso sí, lo que pasa cuando se descubre "el pastel"
queda entre ellas y sus hombres.
Tal es la devoción a esta
figura femenina repleta de curvas, que se ha levantado un negocio para
conseguir "grandes" resultados. Una pomada milagrosa que aumenta la
talla del trasero o bien push up que se esconden bajo el pantalón o la
falda. Las propias mujeres admiten que "los hombres las prefieren un poco
rellenitas", con lo cual todo vale. Los push up para las nalgas, al igual
que las pelucas y postizos para el pelo, son un secreto de belleza a voces
entre las mujeres. Si bien hace años la moda no hacía a las féminas ser
esclavas de su aspecto, ahora es necesario que los pantalones vaqueros y las faldas queden
como un pincel y hagan del trasero el centro de atención. Son
discretas y cómodas y están hechas de una tela resistente para levantar y
mejorar la figura. Por unos 13 euros se pueden encontrar en el mercado esos
push up, aunque seguro más de una negará que utiliza. Sin duda, mucho más
barato que hacerse una liposucción y ponerse su propia grasa en el trasero.
Durante una entrevista al
diario francés L'Express, una vendedora del mercado de Treichville, el más grande
de Abiyán, la capital económica de Costa de Marfil, explicó en qué consiste la
milagrosa pomada "grossifesse", que también se denomina "crema
botcho", traducido coloquialmente como "parte trasera ancha".
La pomada está compuesta de aceite de hígado de bacalao, miel y manteca
de karité (un ungüento natural que sirve para nutrir la piel).
La vendedora afirmaba al
medio francés que esta es su mejor venta, y eso que tiene gran competencia:
cremas para agrandar los pechos de las mujeres y pomadas para hacer crecer los
miembros masculinos. El precio del producto oscila entre los 23 y 38 euros la unidad,
lo cual es una fortuna en Costa de Marfil, donde gran parte de la población
sobrevive con menos de un dólar al día y los salarios medios para un trabajador
no superan los 100 dólares al mes. Pese a lo increíble que resulta creer en ese
milagro, la vendedora garantiza resultados en 30 días. Es más,
"no es como las pastillas que hacen un efecto y luego se pierde, de este
producto nadie se ha quejado", cita L'Express.
De lo que no son alertadas
las compradoras es de los efectos secundarios y componentes extra que tiene el
"agrandador" de glúteos. Un especialista en dermatología senegalés
advierte que a menudo las pomadas contienen corticoides que pueden generar en
diabetes, hipertensión e infecciones, incluyendo casos de coma. De hecho, en Dakar, la capital de
Senegal, muchos medicamentos falsos parecidos afectan a un gran número de
personas
al año. Pelucas,
postizos, y ahora alargadores de traseros. Las mujeres africanas son esclavas
de su aspecto.
CAROLINA VALDEHÍTA
Madagascar
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