Esta podría ser una de las frases más
utilizadas por los practicantes del dogging. Esta práctica, cada vez más extendida, consiste en
realizar orgías o actividades sexuales, genitales y grupales, en espacios
públicos, generalmente en lugares apartados y al aire libre, con la idea de que
otros puedan mirar.
Parece que este movimiento
comenzó en los parques de Reino Unido en los años setenta, donde sacar al perro
era la excusa perfecta para contactar con personas, en este caso
heterosexuales, que deseaban practicar sexo genital con desconocidos,
siendo a su vez observados.
Esta práctica, cada vez más extendida, consiste en practicar
sexo al aire libre con la idea de que otros puedan mirar
De ahí su nombre, dogging
o cancaneo, haciendo referencia a este animal. Algunos también lo
han denominado perreo, aunque no suele ser muy utilizado pues genera confusión con el
baile sexual, el cual no tiene absolutamente nada que ver.
El boom cibernético del
'cancaneo'
Internet ha sido sin duda la
clave para la proliferación de esta práctica sexual cada vez más extendida. En
menos de un segundo cualquier buscador de Internet puede localizar unas 107.000 webs sobre
dogging. En ellas se puede contactar tanto con otros doggers,
como son denominados los practicantes exhibicionistas, como con los voyeurs,
testigos o mirones. Tanto unos como otros, disfrutan y generan disfrute al otro bando.
Estas sirven también para
facilitar fecha y hora del evento, así como para localizar los lugares
apropiados para la práctica del cancaneo porque, aunque comenzasen en parques,
actualmente podrían realizarse estas quedadas en baños públicos, jardines o aparcamientos,
entre otros. Estos no son permanentes y las localizaciones van cambiando por
temporadas, entre otras cuestiones para que no estén masificados los
encuentros. Es bastante habitual también que se realice esta práctica dentro de
los coches, de ahí que muchos atribuyan el origen de su nombre, no tanto al
paseo canino, sino a la postura del perrito, que
se suele considerar la más cómoda para practicar sexo dentro de un vehículo.
Igualmente, conocer los
lugares facilita que no exista confusión y nos colemos en el evento que no nos
corresponda. Un picadero sexual habitual, donde suelen reunirse los jóvenes, o
no tan jóvenes, para realizar prácticas sexuales genitales generalmente en
coches, con
una persona conocida y sin desear mirones, en principio, no
sería el lugar más adecuado para un dogger. Al igual que no lo sería
tampoco una orgía de varones homosexuales, denominada como cruising,
por ejemplo.
Pues el dooging,
aunque pudiera parecer a simple vista que es un juego sin reglamento, no es así
y estas webs te lo facilitan.
Otras reglas del juego que
debería conocer
Comunicarse eficazmente es
fundamental para que no existan confusiones y se pueda confiar y disfrutar sin
altercados ni malas experiencias.
Por ejemplo, si el encuentro
fuera en un aparcamiento al aire libre y se llevasen a cabo las prácticas
sexuales dentro de coches, se podría ofrecer
información a los voyeurs que deseen participar en la orgía,
pues no todo tiene por qué estar permitido para ellos.
- Si los doggers
dejasen las luces del coche
encendidas informarían sobre su deseo de ser observados.
- Si quisieran que un tercero
se uniera a ellos y participase del encuentro sexual, dejar la puerta del coche abierta
sería lo idóneo para indicarlo de manera clara.
- Por el contrario, si no
quisieran que nadie mirase ni se acercara o participase en el encuentro sexual,
cerrar las puertas y ventanas del
vehículo sería suficiente para enviar la información y ha de respetarse.
- Por supuesto, el uso del preservativo sería fundamental,
si no obligatorio, para la seguridad de todos los participantes, ya que sería
la única forma de prevenir la mayor parte de las enfermedades o infecciones de
transmisión sexual.
- Otra cuestión de suma
importancia, sería no ofrecer ningún
tipo de dato personal por temas de seguridad, como el teléfono o
la dirección, tanto en la Web
como en persona. Sí se podría facilitar un correo electrónico que no descubra su nombre
y apellidos, pues suele ser la forma más utilizada para concretar nuevas
quedadas.
- Y por supuesto, nunca acuda
a estas citas con objetos de
valor o vigílelos muy bien, en todo caso. Cuando se practica
relaciones sexuales se convierte en presa fácil para los ladrones pues saben
que está entregado al placer.
- Y por último, si piensa
acudir a un evento de dogging, asegúrese de que nadie le sigue al finalizar el
mismo.
¿Es el 'dogging' una
parafilia?
Las parafilias se refieren a
la excitación sexual como respuesta a objetos concretos o situaciones
específicas. Suelen conllevar malestar y dificultad para excitarse si no se dan las
condiciones adecuadas o existe daño a terceros. Si practicar el
dooging, de voyeur o exhibicionista, no conllevase ninguno de estos
aspectos, no tendría relevancia clínica y se consideraría únicamente una
variante sexual.
Hay que matizar que, aunque
hablemos de voyerismo, sería más acertado hablar de escopofilia, escoptofilia,
escoptolagnia o mixoscopía en este caso, pues en estas se mira abiertamente y no
de manera clandestina.
En cualquier caso, nos guste
o no esta práctica, dicen que el saber no ocupa lugar y conocer todo lo
relacionado sobre la sexualidad nos hace más libres para poder elegir. Por
tanto, una vez realizada mi misión informativa...Hasta luego, que voy a sacar al perro )
ANA SIERRA
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