Digamos que #Lovetopía se
aisló durante años del resto del planeta y siguió su curso, a la busca del
"nuevo mundo que llevamos en nuestro corazón" y que da paso a una
sociedad radicalmente distinta. Allí caben desde el "sexo
evolucionado" a la renta básica universal, pasando por la democracia real,
por las energías
renovables y por el cambio interior, acaso lo más fundamental.
A ese territorio ignoto llega
en 2033 un periodista, Rubén González, con la mirada fresca de un Gulliver del
siglo XXI. Poco a poco van cayendo ante sus ojos los mitos que existen al otro
lado y se va dejando seducir no sólo por las mujeres 'lovetopianas', también
por ese imaginario colectivo que ha dado forma a una manera muy diferente de
vivir.
A caballo entre los dos mundos,
Carlos Goga ha escrito #Lovetopía como un homenaje de todo corazón a Ernest
Callenbach, el fallecido autor de 'Ecotopía' (1974). Y ya puestos, como un
guiño lejano a Tomás Moro y su legendaria 'Utopía', ahora que se cumplen 500
años.
"#Lovetopía es una
visualización
de cómo sería una sociedad moderna si apostáramos por una educación orientada
hacia la felicidad,
por una economía basada en el bien común y en la colaboración, y por una
democracia real en la que la tecnología sirviera realmente para empoderar a los ciudadanos",
advierte Goga, ante la tesitura de explicar de un plumazo en qué consiste ese
sueño colectivo.
LIBERACIÓN SEXUAL
"Es extraño",
escribe Rubén González, el protagonista de #Lovetopía, en uno de sus primeros e
insospechados "encuentros" con el otro sexo bajo los renovados
efectos del Mediterráneo. "El rumor de que los 'lovetopianos' eran muy liberados sexualmente
siempre llegaba con fantasías sobre pasarse el día follando. Pero
ahora descubro que han adoptado tradiciones sexuales diferentes, sagradas
incluso. El sexo tiene unas dimensiones de intimidad y placer desconocidas
para mí".
Rubén González aprende de
entrada que la aventura más apasionante es el "viaje interior", y
desde esa nueva perspectiva abre los ojos al nuevo mundo, con anfitrionas como
Nazaret o Lorena, que le rompen todos los esquemas.
#Lovetopía no es el mundo
perfecto: "No podemos, ni de lejos, comparar sus logros con los
nuestros...". Rubén no tardará en descubrir también su lado
"oscuro", ni en reconocer el desafío que serían la "apertura
emocional", la "descentralización extrema" o la
"simplicidad" en una sociedad consumista como la nuestra.
Pero hay un elemento que aprecia por encima de todos: "#Lovetopía es un
país donde las personas aman lo que hacen".
Pongamos que Carlos Goga
nació en un año mítico (1968), en un lugar del Mediterráneo y en una familia de
"empresarios humildes" que le fueron marcando el camino como
"emprendedor de prestigio". Tras subir enteros en el mundo
corporativo, el joven rebelde que llevaba dentro le hizo parar en seco:
"Tenía todo lo que se supone que tenía que tener antes de cumplir los 40,
pero me
sentía vacío y empecé a provocar el
cambio, sin saber muy bien hacia dónde iba".
El Camino de Santiago le hizo
definitivamente cambiar de marcha y seguir el sueño forjado (y aplazado) desde
su estancia en San Francisco: traducir Ecotopía de Ernest Callenbach, que
imaginó un país utópico formado por California, Oregón y Washington y volcado
hacia los principios
ecológicos tomaron cuerpo en los años 70.
No tardó en descubrir que el libro estaba ya traducido
(aunque descatalogado), de modo que al final decidió embarcarse en una aventura
más apasionante: trasplantar la utopía al Mediterráneo y ponerla al día, con un
giro
emocional, social y tecnológico, sin descuidar lo ecológico y
lo económico, que van por fin de la mano.
La elección geográfica tiene
fácil explicación: "Soy valenciano y un enamorado del Mediterráneo".
Cataluña se quedó fuera para evitar confusiones con la cuestión nacionalista.
Se supone que #Lovetopía logra su independencia por cuestiones que van más
allá y que apelan a lo más fundamental...
"¿Es #Lovetopía una
ilusión, un estado salvaje o destello de lo que quizás podemos ser?", se
pregunta el propio Carlos Goga, que pone a bailar juntas todas las tendencias
que han ido tomando cuerpo en esta última década de profunda crisis a todos los niveles.
Su segunda vida como escritor nació precisamente de una crisis personal y dio
pie a dos libros 'Mi caminar: recuerdos de peregrino' y 'Mi caminar: pasos de
libertad', en los que fue fraguando su visión de #Lovetopía, que está pidiendo
a gritos una secuela, fechada en el 2050 y escrita por una mujer (probablemente
la hija de su "alter ego", Rubén González).
Entre tanto, Carlos sueña con
ir ensanchando su comunidad de 'lovetopianos' y seguir trabajando, en su doble
vertiente de buscador e innovador, por lo que él mismo llama "economías
desde el corazón", donde se den finalmente la mano todas las alternativas
que están surgiendo a esta otra economía al borde del infarto con la que
seguimos funcionando mal aquí, al otro lado de #Lovetopía.
Eros y Psique ANDREA IZZOTTI
CARLOS FRESNEDA
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