Foto: Shutterstock
Las esponjas marinas, que
muestran un aspecto áspero y rígido cuando están secas, cambian por completo
cuando se humedecen, volviéndose más suaves y flexibles. Lo que unido a su
capacidad de absorción, se convierte en la herramienta perfecta durante el
período. Además, es reutilizable, ya que pasadas entre tres y ocho horas, se
debe lavar para volver a ser introducida en la vagina, y su vida útil es de
unos seis meses. Por otro lado, existe una versión sintética de la
esponja marina, que sí es desechable. Además, como explica la sexóloga Felipa
Gea López, una de las grandes ventajas de las esponjas es que permiten mantener
relaciones sexuales aun estando con la regla. De hecho, las esponjas vaginales
también son conocidas como método anticonceptivo cuando están recubiertas por
un espermicida.
La colocación es sencilla, ya
que suelen tener un agujero en la base de la esponja para facilitar el proceso.
Y lo más importante es humedecerla antes de insertarla en la vagina. Por otro
lado, para limpiara, solo hay que enjuagarla con agua y escurrirla. Aunque para
una limpieza más profunda, necesaria al finalizar cada período, se puede
recurrir a un limpiador suave, sin químicos agresivos. Aunque eso sí, siempre
con agua tibia, ya que si la temperatura es demasiado alta, estropearía la
flexibilidad de la esponja.
Ventajas de la esponja vaginal
No deja residuos. Al contrario de lo que ocurre con otros productos, la
esponja no deja ningún residuo en la vagina ni promueve la formación de las
toxinas relacionadas con el síndrome del shock tóxico.
Son antialérgicas. Las mujeres que no pueden utilizar algodón o
celulosa no tendrán ningún problema con las esponjas.
Sencillas. Su flexibilidad hace que se adapten perfectamente a
la vagina sin que haya necesidad de elegir una talla, por lo que no hay
equivocación posible respecto a los tamaños.
Se puede dormir con
ella. La esponja tiene una
duración mayor que la de los tampones convencionales, por lo que las noches
dejan de ser un problema. Además es más cómoda, ya que no se mueve al cambiar
de postura en la cama.
Permite mantener
relaciones menstruales. Al adaptarse a la vagina, la esponja se
dilatará también durante las relaciones, por lo que no hay peligro de manchar a
la pareja.
Inconvenientes
Son más engorrosas de limpiar que las copas menstruales.
Las esponjas sintéticas desechables no son
mucho más económicas que los
productos convencionales.
Las esponjas naturales resultan incómodas en
los baños públicos, ya que
hay que lavarlas para poder reutilizarlas.
GALIANA LEGORBURU
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