· La lucha contra la contaminación y los malos hábitos de vida será clave en la evolución de la salud mundial
· La mala vida, la desigualdad y la baja vacunación, amenazas para la salud europea
Ancianos junto a una residencia en Madrid Alberto Di Lolli
España ya es el cuarto país más longevo del mundo, con
una esperanza de vida de 83 años. Y de mantenerse la tendencia actual va camino
de superar a Japón, Suiza y Singapur hasta ocupar el primer puesto en 2040,
gracias a un aumento de 2,8 años. Así lo afirma un estudio elaborado por el
Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) de Washington y publicado
este miércoles en la revista 'The Lancet', en el que se analizan los diferentes
escenarios que puede seguir la salud global en las próximas décadas.
De acuerdo con los autores los seis factores clave que
marcarán la trayectoria de la mortalidad prematura en el mundo son la
hipertensión, el índice de masa corporal, la hiperglucemia, el consumo de
tabaco y alcohol y la contaminación atmosférica. "Este abanico de mejores
y peores escenarios permite a los responsables examinar posibles cambios para
mejorar los sistemas de salud a nivel local, nacional y mundial", explica
Christopher Murray, Director de IHME. "Además ofrece un marco para la planificación,
especialmente en lo que respecta a ese lapso entre la inversión inicial y los
resultados, así como en la investigación".
En base a estos parámetros la esperanza de vida en
España podría aumentar hasta 4,5 años, en caso de mejorar en los indicadores
clave. Sin embargo, los autores señalan que de producirse un deterioro o
retroceso en las condiciones de salud del país el aumento podría quedarse en
menos de un año adicional (0,8). Actualmente las diez principales causas de
muerte prematura en España son la cardiopatía isquémica, el Alzheimer, el
cáncer de pulmón, los accidentes cerebrovascular, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el cáncer de colon y recto,
el cáncer de mama, los suicidios, otras enfermedades cardiovasculares y las
infecciones respiratorias. Entre ellas se espera que en 2040 desaparezca de la
lista el cáncer de mama y aparezcan con más frecuencia las enfermedades renales
crónicas.
En cuanto a las causas que marcan la evolución de la
esperanza de vida, los especialistas recuerdan que no existe una respuesta
única para explicar las diferencias, especialmente entre países con similares
niveles socioeconómicos. Se sabe qué factores como la genética, la eficiencia de los sistemas sanitarios, la
igualdad y los hábitos de vida juegan un papel importante. "En realidad la
esperanza de vida depende muchas cuestiones, fundamentalmente de la evolución
de la población y de las causas de mortalidad, influidas a su vez por los
factores de riesgo", señala el doctor Rafael Lozano, director de Sistemas
de Salud y Análisis Estratégico del IHME.
Enfermedades no transmisibles
A nivel global se espera una evolución en las causas
de mortalidad prematura; se reducirán las enfermedades transmisibles y
aumentarán las no transmisibles, incluyendo una mayor incidencia de dolencias
pulmonares y renales, además de problemas ligados a la obesidad y el sobrepeso.
Los autores llaman la atención sobre estas amenazas, ligadas en gran parte a
los hábitos de vida. "El objetivo del estudio es que se pueda establecer
un diálogo político sobre estas cuestiones", reclama Lozano.
El artículo también apunta a los retos que aún presenta la mortalidad por el VIH, que
podría lastrar o invertir el aumento de la esperanza de vida en varias naciones
del África subsahariana. Además, en muchos países de bajos ingresos es probable
que las enfermedades transmisibles maternas, neonatales y nutricionales sigan
siendo una de las principales causas de muerte prematura, creando así una
"doble carga" en estas regiones.
"Las desigualdades van a seguir siendo
grandes", reconoce Murray, "aunque la brecha entre los diferentes
escenarios se va a reducir. En un número considerable de países, muchas
personas continuarán ganando ingresos bajos, continuarán teniendo una educación
deficiente y morirán prematuramente", advierte", "pero estas
naciones podrían progresar más rápidamente si se ayuda a la gente a afrontar
los principales riesgos, especialmente el tabaquismo y una dieta
deficiente".
Declive de Estados Unidos Japón, clasificado en primer
lugar del ranking (promedio de vida 83,7 años), descenderá al segundo lugar en
2040, a pesar de mejorar su esperanza de vida hasta los 85,7 años. Portugal,
Italia, Israel, Francia, Luxemburgo y Australia completan las diez primeras plazas
entre los países con mayor esperanza de vida de promedio en el futuro. Con la
tendencia actual China, que ocupa el puesto 68º del ranking mundial, podría
subir hasta el 39º en sólo dos décadas, con un aumento de 5,6 años de media
hasta alcanzar los 81,9. En contraste, Estados Unidos que hoy se ubica en el
puesto 43 con un promedio de vida de 78,7 años se prevé que descienda hasta el
puesto 64º, con un aumento de la esperanza de vida de sólo 1,1 años.
Para llegar a estas conclusiones se ha elaborado un
rango de pronósticos y simulaciones relacionados con la evolución de la
población y la mortalidad por 250 causas a partir de datos recogidos en 2016
por el programa Carga Mundial de Morbilidad (GBD). En los mejores escenarios
158 países verán aumentos en la esperanza de vida de, al menos, cinco años, y
en 46 estarán por encima de 10, mientras que en las simulaciones más pesimistas
la esperanza de vida disminuirá en casi la mitad de todos los países a lo largo
de la próxima generación. "Los peores escenarios tendrían que ver con un
posible abandono de las políticas relacionadas con los factores de riesgos,
como las que han hecho bajar el consumo de alcohol o tabaco", explica
Lozano.
AMADO HERRERO
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