Los servicios de emergencias de Nueva York recibieron
este viernes una treintena de llamadas relacionadas con la exposición a lejía,
el desinfectante Lysol y otros productos de limpieza poco después de las
declaraciones del presidente de EE.UU., Donald Trump, en las que sugirió que la
inyección de estos productos en vena podría ayudar a tratar el coronavirus.
De acuerdo con datos provistos a Efe, el departamento
manejó por teléfono nueve casos por exposición al Lysol, diez
relacionados con la lejía y once con otros productos de limpieza del hogar en un período de 18 horas antes de las tres de la tarde de este viernes
(19.00 GMT). El Centro de Control de Envenenamientos no especifica qué tipo de
exposición hubo en estos casos, si fue por contacto con la piel o ingeridos,
pero sí informa que ninguno requirió de admisión a un hospital ni desembocó en ningún
fallecimiento.
Los datos del Centro muestran un importante aumento
con respecto a los que se manejaron en el mismo periodo de 18 horas en 2019, en
el que se atendieron dos casos relacionados con la lejía y trece relacionados
con productos de limpieza del hogar. Los casos de este viernes se producen pese
a la reacción en cadena de la comunidad científica a los comentarios del jueves
de Trump, que han dejado escuchar su voz de rechazo.
Por su parte, el presidente estadounidense, dijo ayer
que estaba hablando «sarcásticamente" cuando sugirió que las inyecciones
con desinfectante podrían ser un tratamiento contra el coronavirus, una idea
que ha generado una fuerte polémica y rechazo entre la comunidad médica en
EE.UU.
«Estaba haciendo una pregunta sarcásticamente a los
reporteros como usted, simplemente para ver qué ocurriría», afirmó Trump al ser
preguntado por esa afirmación durante un acto en la Casa Blanca, en el que
firmó un nuevo plan de rescate de casi 500.000 millones de dólares para ayudar
a hospitales y empresas frente al coronavirus.
La explicación de Trump no encaja con la proporcionada
poco antes por su portavoz, Kayleigh McEnany, quien se limitó a indicar que
eran los medios de comunicación quienes habían «sacado irresponsablemente de
contexto» las palabras del presidente.
Durante su rueda de prensa diaria este jueves, Trump
especuló con la idea de que se pudieran hacer tratamientos con «luz
ultravioleta» a pacientes de COVID-19 y después hizo una sugerencia que alarmó
visiblemente a algunos expertos en salud de su Gobierno. «Además, yo veo que el
desinfectante, que lo noquea (al coronavirus) en un minuto, un minuto, así que
si hay una forma de hacer algo con eso, inyectándolo adentro (del cuerpo) o
casi como una limpieza», afirmó Trump.
«Porque ¿ven ustedes? se mete en los pulmones y genera
un caos tremendo en los pulmones, por eso sería interesante investigar eso.
Para eso habrá que usar a los doctores médicos, pero a mí me suena
interesante», añadió.
El mandatario dijo que había preguntado sobre ese tema
y sobre el uso de luz ultravioleta a William Bryan, el jefe de Ciencia y
Tecnología del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU., que no es médico
pero que estaba presente en la rueda de prensa del jueves.
La afirmación de Trump generó una fuerte controversia
y llevó incluso a la compañía que fabrica el desinfectante de limpieza Lysol a
emitir este viernes un comunicado en el que advierte de que sus productos no
deben ingerirse o inyectarse en el cuerpo humano «bajo ninguna circunstancia».
La portavoz de la Cámara Baja, la demócrata Nancy
Pelosi, tachó de «peligrosa» la sugerencia de Trump e ironizó con que el
mandatario no quiere dar fondos al Servicio Postal de EE.UU., pero sí
recomienda «que te inyectes Lysol en los pulmones».
Preguntado este viernes por si recomienda en efecto
eso, Trump respondió: «Por supuesto que no», pero añadió: «Sí creo que el
desinfectante podría tener un muy buen efecto en las manos». Trump insistió en
que él «no es médico» y eso es algo que los pacientes tienen que tratar con sus
doctores, pero esta no es la primera vez que promueve un posible tratamiento
del coronavirus en sus ruedas de prensa diaria.
Después de que Trump exaltara los buenos efectos de la
hidroxicloroquina, un medicamento contra la malaria que sí se está usando en
algunos pacientes de COVID-19, pero que aún forma parte de ensayos clínicos, un
enfermo de coronavirus murió en Arizona después de ingerir una versión de ese
químico que no estaba diseñada para el consumo humano, sino para limpiar
acuarios.
Tras esta controvertida rueda de prensa, expertos
médicos, marcas de desinfectantes y autoridades sanitarias como las del estado
de Nueva York, han salido al paso para alertar a la población de que, bajo
ninguna circunstancia «hay que ingerir productos desinfectante o de limpieza en
el cuerpo humano para el tratamiento o la prevención» del coronavirus, según un
comunicado de las autoridades neoyorquinas.
El presidente de Estados Unidos ha propuesto en
anteriores ocasiones en sus ruedas de prensa diarias que se utilicen
tratamientos cuya eficacia no está demostrada para luchar contra el
coronavirus, como es el caso de la cloroquina.
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