La actriz Daryl Hannah en la versión original de '1, 2, 3... Splash' y en
la versión de Disney
Ahora que sufrimos en nuestras carnes un efecto
mariposa a escala planetaria (un murciélago en una sopa en Wuhan y el colapso
mundial, ya saben), el ojo parece más entrenado para captar paradojas
similares. En 1950, una joven mexicana de 21 años doblaba una película. Tal
hecho provoca que miles de españoles se tiren de los pelos siete décadas
después cuando buscan evadirse durante el confinamiento provocado por el
coronavirus.
La chica es cuestión era Evangelina Elizondo, quien
ignoró la prohibición de su padre y se presentó a un concurso para ser la voz
española de La Cenicienta, la gran producción de dibujos animados que
preparaba Walt Disney. Elizondo ganó y se convirtió en la princesa de los
zapatos de cristal para millones de espectadores de varias generaciones, muchos
de los cuáles se han llevado un buen disgusto cuando han ido a buscar la
película en la recién estrenada plataforma Disney+ y se han encontrado con que
no hay ni rastro de las voces clásicas. Y lo mismo pasa con otras películas
como Blancanieves, donde la voz del enanito Mocoso es la de Juan
Perucho, la misma que la del incorregible Peter Griffith, protagonista de la
provocadora serie de animación Padre de familia.
Este sensación de "pérdida de la infancia"
responde a un motivo: a mediados de la década de los 90, Elizondo demandó a
Disney por no haberle pagado los derechos por usar su voz en las versiones de
formato doméstico de La Cenicienta, razón por la cual les pidió millones
de dólares de compensación. Sentó así un precedente, pero al mismo tiempo su
voz desapareció de la película y nunca más se volvió a utilizar. Esto provocó
que tras la muerte del VHS, las nuevas ediciones de los clásicos Disney en DVD
y Blue Ray se doblaran con voces españoles... Despertando las iras de los
aficionados y obligando a la compañía a introducir en las nuevas ediciones una
tercera pista con las voces originales a las que se había llegado a un acuerdo
contractual.
Uno de los mayores temores antes del estreno de la
plataforma en streaming se encontraba en La Sirenita y su
celebérrima canción Bajo del mar, ganadora de un Oscar a Mejor Canción
Original gracias a la actuación del cangrejo Sebastián, interpretado en versión
original por Samuel Eduardo Wright, un cantante estadounidense de ascendencia
caribeña, africana y europea. La película se estrenó en 1989, época en el que
el doblaje de las películas Disney seguía centralizándose en Los Ángeles,
haciéndose la misma versión para España que para el resto de países
hispanoamericanos (de hecho, fue la última en hacerlo: La Bella y la Bestia
tendría doblaje "castellano" tres años después). El elegido para dar
vida al cangrejo fue Michael Cruz, quien popularizó la canción creada por Alan
Menken y Howard Ashman hasta límites insospechados. Por eso el nuevo doblaje
dirigido en España por José Luis Gil en 1998 desató la ira de los más puristas
cada vez que era emitido en alguna televisión en abierto. Pero esta vez Disney+
no se ha complicado: se pueden escuchar ambas versiones, con Sebastián cantando
tanto "nadie nos fríe ni nos cocinan en un sartén" como "en la
sartén" (en el también reseñable doblaje ade Vicente Borland).
Pero
no es este el único incidente con sirenas de la plataforma impulsada
por el saliente CEO de Disney, Bob Iger. El filme 1, 2, 3 Splash (1984) reunió varios hitos en el
momento de su estreno: catapultó a la fama a Tom Hanks y Daryl
Hannah, los protagonistas, y supuso el primer éxito de Ron
Howard como director tras su etapa de estrella infantil. La película
fue una de las primeras producciones de Touchstone Films, compañía subsidiaria
de Disney que se especializó en películas destinadas a un público más adulto.
Por eso nadie se sorprendió cuando Hannah aparecía en la Isla de la Libertad de
Nueva York completamente desnuda. La cámara la seguía de espaldas, pero su culo
ha desaparecido de la versión de Disney+, que enfoca a la intérprete de Chicago...
de cintura para arriba.
Eso
sí, todos los cambios de metraje son avisados al inicio de la reproducción,
como pasa en las películas que emiten las compañías aéreas en los vuelos
comerciales. "Esta película ha sido modificada de su versión
original. Su contenido ha sido editado" indican unas letras
blancas sobre fondo negro. Del mismo modo, también se avisan de las obras en
las que aparecen personajes fumando, como La película de los Teleñecos.
La ausencia de
varias series de animación que sí están presente en el catálogo de Estados
Unidos también ha sido recibida con estupefacción. Es el caso de
las series de animación de Marvel, la editora de cómics que durante décadas
malvendió los derechos televisivos de sus personajes a distintas productoras. Algunas
son de dudosa calidad, pero presentan una innegable carga nostálgica. Es el
caso de, por ejemplo, Spider-Man and His Amazing Friends. O para ser
exactos, tal y cómo se estrenaron en España (con doblaje latinoamericano, cómo
no), El Hombre Araña y sus sorprendentes amigos. Quienes quieran
reencontrarse con los 24 episodios emitidos por la NBC entre 1981 y 1983, donde
el Trepamuros compartía aventuras con el Hombre de Hielo y Estrella de Fuego
tendrán que esperar. Lo mismos pasa con las aventuras noventeras del
Lanzarredes que estrenó con gran éxito Antena 3 en los 90; y con las aventuras
de los mutantes de la Patrulla-X que se podían ver en la competencia,
Telecinco. No obstante, Disney+ asegura que todas ellas irán
apareciendo poco a poco en la plataforma. La que no está (ni se le
espera) es Canción del Sur, la película maldita de la compañía, ya
considerada racista en su estreno en 1946 y que lleva décadas descatalogada...
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