sábado, 31 de agosto de 2019

Fusiles y chalecos antibalas para proteger las joyas naturales de Costa Rica

El Gobierno compra rifles para que los guarda parques enfrenten las amenazas en áreas protegidas del país centroamericano, que cubren el 26% del territorio y que son clave en la industria turística
Vista aérea del parque de Corcovado, un parque nacional que concentra el 2,5% de la biodiversidad mundial. Getty
En Corcovado, un parque nacional ubicado al sur de Costa Rica, es fácil ver dantas en los bosques o tiburones toro en las aguas del Pacífico que bañan este reducto salvaje que concentra el 2,5% de la biodiversidad mundial en un territorio más pequeño que Andorra. Con mucha suerte se puede captar a un jaguar en plena cacería y, con mucha menos, a un miembro de las redes de narcotráfico que llevan cocaína desde Colombia hasta Estados Unidos y que usan los humedales o los bosques como una suerte de bodegas. Para hacerles frente, el Gobierno tico ha tomado la decisión de armar a sus guardaparques.
Ahí queda playa Llorona, una zona casi virgen en medio de cascadas y bosque primario, donde en la madrugada del 10 de mayo cayó herido un guardaparques que colaboraba con la policía en la captura de dos narcotraficantes cuyo barco semisumergible quedó encallado con más de dos toneladas de cocaína. Lo pudieron sacar por aire al día siguiente para que le atendieran tras haber sufrido un disparo en el abdomen. La información aparece fácil al buscar “playa Llorona” en un buscador digital, como si el narcotráfico fuera una especie más.
Los decretos de este país centroamericano que protegen más de la cuarta parte de su territorio, una proporción similar a la de Brasil, el mayor pulmón del planeta, pero con solo un guardaparques por cada 4.000 hectáreas protegidas, al Estado le resulta imposible custodiar sus tesoros naturales sobre los que se edifica tanto su imagen de país conservacionista como la poderosa industria turística, que aporta divisas, el 8% del PIB a una economía renqueante y supone una importante inyección de recursos para unas arcas públicas que no pasan sus mejores años. “Andan muy mal. La protección es pésima”, dice a EL PAÍS Mario Boza, uno de los padres del programa de parques nacionales que Costa Rica comenzó en la década de los setenta y que desde entonces no ha parado de crecer, hasta llegar a las actuales 143 áreas protegidas, 13 de ellas bajo administración privada. Este año, el Ejecutivo de Carlos Alvarado (centroizquierda) creó una reserva alrededor del volcán Miravalles (noroeste) con solo dos funcionarios y sin presupuesto asignado.
Es una de las luchas del actual ministro de Ambiente, Carlos Manuel Rodríguez, que lamenta no disponer de recursos mínimos para atender a bosques que tantos recursos genera. El sábado se celebró el día de los parques nacionales con un anuncio de inversión de 300.000 dólares en fusiles para los guardaparques y la donación estadounidense de chalecos antibalas que podrían evitar a otros guardaparques recibir un balazo en el abdomen como el que hirió al funcionario en playa Llorona. “Puedo decir que en Costa Rica hacemos un manejo aceptable de las áreas protegidas y las reservas biológicas. No es algo que se quede en el papel. Nuestra gran ventaja es que el tema de conservación es defendible también por la vía del negocio”, explica Rodríguez a este diario. Boza dice, por su parte, que son 23 millones de dólares por año lo que se puede atribuir directamente a las áreas protegidas.
“Aquí son los ciudadanos los que nos traen denuncias de caza, de tala o de destrucción del bosque o los manglares, de contaminación de aguas… El país tiene la conciencia de que es más rentable el árbol en el bosque que un árbol talado”, rescata el ministro Rodríguez. Esas denuncias, sin embargo, casi no existen en las zonas más despobladas, que suelen coincidir con las más ricas en naturaleza. Es lo que ocurre en Corcovado o en el Parque Internacional La Amistad que Costa Rica comparte con Panamá. O lo que pasa en Tortuguero, junto al mar Caribe, cerca de donde en 2013 mataron a un conservacionista llamado Jairo Mora que luchaba contra los saqueadores de huevos de tortuga.
De luchar contra cazadores a hacerlo contra narcotraficantes
“Hay áreas protegidas que son ejemplo de buena gestión, pero no son todas. El mayor problema es la falta de recursos, a pesar de que los parques generan mucho dinero”, agrega el ministro Rodríguez, que se lamenta de la política de recortes que rige para todo el Gobierno por la crisis fiscal que vive el país. “Llevamos cinco gobiernos (20 años) sin invertir en los parques y cada vez tenemos más temas complicados, como el narcotráfico”, agrega. La precaria situación ha despertado el malestar en el gremio de los guardacostas, que se ha negado a participar este sábado en las celebraciones oficiales.
Los guardaparques, vistos como héroes protectores del tesoro natural, trabajan en desventaja. En otros tiempos luchaban contra un pobre hombre que intentaba cazar un tepezcuintle con una escopeta. Ahora pueden verse solos y rodeados por comandos narcotraficantes que tampoco tienen ninguna sensibilidad ambiental. Si hay que incendiar un bosque para distraer a las autoridades, lo hacen. Si hay que contaminar un manglar con combustible de las lanchas, ningún problema. Si tienen que sobornar o disparar, tampoco. “Aquí se ha visto de todo y o hemos denunciado”, dice sin querer dar su nombre una mujer que trabaja en Corcovado, en uno de los abundantes servicios de hospedaje de pequeña escala.
Boza lo tiene claro: ya no hay marcha atrás. "Costa Rica ha sido muy exitosa conservando bosques y más recientemente los mares. Eso implica una tarea más: cuidarlos. Ya no podemos permitirnos retroceder y empezar a recortarle pedazos a las zonas protegidas, como en Brasil", dice. "Por suerte aquí aún hay conciencia ciudadana, hay desarrollo científico y una industria turística que, en general, ayuda a paliar esa falta de dinero para la protección y que hace que este país siga siendo un modelo".
San José (Costa Rica)

viernes, 30 de agosto de 2019

Un campeón del mundo de Muay Thai fractura el cráneo a un carterista

Youssef Boughanem, fue seis veces campeón del mundo de peso mediano
Youssef Boughanem Instagra,
Youssef Boughanem, se ha coronado seis veces como campeón del mundo de peso mediano de Muay Thai. Algo que no sabía el atracador que intentó robarle el teléfono en una calle de Bélgica el pasado 11 de agosto.
Según la información del diario La Dernière Heure que ha recogido el canal galo France 3. el ladrón fue a por el luchador para hacerse con su móvil mientras éste comía patatas fritas esperando a un amigo en Ixelles, cerca de Bruselas. Primero, el luchador belga le propinó un par de bofetadas para alejar, pero tras el segundo intento del atracador por hacerse con su teléfono, Boughanem le tiró al suelo provocándole una fractura de cráneo que le mandó al hospital.
En su testimonio, el luchador con más de 200 victorias a las espaldas, aseguró que reaccionó así porque creía que le iba a sacar una navaja, algo que no le ha servido para evitar ser acusado de agresión.

jueves, 29 de agosto de 2019

Se cae desde 25 metros practicando yoga extremo en un balcón y se rompe 110 huesos

Alexa Terrazas se colgó de la barandilla del balcón boja abajo y se precipitó al vacío desde el piso 8
Se cae desde 25 metros desde un balcón practicando yoga extremo y se rompe 110 huesos
Alexa Terrazas, una joven de 23 años conocida por practicar el arriesgado 'yoga libre' o 'yoga extremo', sufrió una caída desde 25 metros de altura al practicar una arriesgada postura colgada boca abajo en la barandilla de un balcón de un edificio de ocho pisos.
El accidente ocurrió en una torre de apartamentos de San Pedro Garza García (Nuevo León, México).
Terrazas, que se precipitó al vacío desde 25 metros, sobrevivió al terrible impacto pero tuvo que pasar 11 horas por el quirófano tras sufrir fracturas en 110 huesos de su cuerpo (piernas, brazos, cadera y cara).
Según publica 'Canalnet.tv' Alexa Terrazas, hija del famoso empresario Alberto Terrazas Seyffert, podría tardar tres años en volver a andar.

miércoles, 28 de agosto de 2019

Cómo la industria de los audiolibros está rescatando a los lectores perdidos: "Si no consigo que en el metro te metas en la historia..."

Las líneas narradas al oído buscan recuperar a quienes no tienen tiempo o capacidad de atención para la palabra escrita. El 50% de los consumidores de audiolibros no había leído ningún libro en los últimos 12 meses. La literatura se reinventa en sonido para detener la sangría de lectores en la era de la multitarea.
«Me fui a la cama con la voz de Germán Gijón». Al propio Germán Gijón casi le da un soponcio cuando leyó la frase en una revista. «Menos mal que no lo ha visto mi mujer...», recuerda risueño entre calada y calada de un cigarrillo electrónico de olor dulzón. Y sin embargo, cada vez más y más lectores se acuestan, efectivamente, con su voz grave y su locución pausada. Con ella en el oído, se entiende.
Germán Gijón es uno de los pocos privilegiados que sabe ya cómo termina la saga Millennium, que se estrena este martes tanto en libro como en audiolibro a través de la plataforma Storytel. No en vano, lo ha sido todo en el noir nórdico desde que tomara el relevo David Lagercrantz: de la estrafalaria Salander al siempre comedido Blomkvist, pasando por el propio escritor. Desde hace algún tiempo, Gijón combina el doblaje intensivo de telenovelas turcas con la lectura de libros en voz alta. Como un cuentacuentos de la era moderna, a Gijón lo podemos escuchar desentrañar el perfil menos conocido de Steve Jobs como poner voz a Tolstói en una reflexión sobre la ambición.
En realidad, el propio Lagercrantz confiesa que le encantaría poner voz a la narración de La chica que vivió dos veces. "Siempre he soñado con hacer teatro, así que para mí, poner voz a mis propios personajes habría sido maravilloso", reconoce en conversación con PAPEL via correo electrónico, "aunque me enorgullece ver que mis audiolibros cruzan fronteras".

Germán Gijón pone voz, entre otros libros, a las últimas entregas de 'Millennium'.
"Es maravilloso ver cómo los audiolibros están devolviendo a la gente a la literatura", reflexiona el escritor sueco, que se confiesa audiolector: "He escuchado cosas fantásticas y otras menos fantasticas", bromea. Él mismo lee en voz alta durante el proceso de escritura, porque para él "escribir es como la música": "Tu prosa tiene que ser como una pieza musical. Tiene que funcionar".
El audiolibro llegó a España por Valencia a bordo de un estudio que mira al Palau de la Música desde el otro lado de una avenida que hoy está achicharrada por la ola de calor. Y lo hizo impulsado por el instinto de supervivencia de una profesión ahogada por el cierre de Canal 9. Corría el año 2014 y aquello era renovarse o morir; y fue renovarse.
Todo comenzó con una lluvia de ideas. Benjamín Figueres y Milton Font, dos hombres del cine y del doblaje, se asomaban al abismo de tener que cerrar su estudio y decir adiós a 25 años de carrera. Miraron al otro lado del charco y atisbaron una tabla de salvación: allende los mares despuntaba una industria inexplorada en España; es más, crecía a un esperanzador 20% anual. El gigante Amazon hacía gala allí de su propia plataforma de audiolibros, Audible -que por cierto traerá a nuestro país el próximo invierno- y Figueres y Font arrancaban aquí su propia aplicación, una incipiente audioteca de clásicos cuyos derechos negociaban con los traductores a puerta fría.
De aquello hace algo menos de cinco años y algo más de medio millar de audiolibros, en un estudio que rebosa actividad pese a la quietud estival. Kilohercios y Decibelios arrancó una industria que no ha hecho más que crecer en un país en el que, en cambio, el 32,8% de la población reconoce que no lee «nunca o casi nunca», según el Barómetro de hábitos de lectura y compra de libros de 2018 elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España.
El 48% de los audiolectores tiene menos de 35 años y el 52% de las escuchas se realizan 'in itinere'
«No leemos porque no tenemos tiempo, o porque nos hemos ido hacia otras formas de entretenimiento», apunta Maribel Riza, publishing manager de Storytel, algo así como el Netflix sueco de los audiolibros. Dice Riza que el 50% de sus usuarios no había leído ningún libro en los últimos 12 meses, «eran lectores que ya habíamos perdido». Así que el audiolibro se presenta no ya como alternativa a la letra impresa, sino como complemento para la agitada vida moderna, en la que eso de centrar la atención en una única actividad sin atender al mundanal ruido es un lujo casi inconcebible, máxime para las nuevas generaciones criadas en la constante multitarea. Lo confirman los datos: el 48% de los audiolectores tiene menos de 35 años y el 52% de las escuchas se realizan in itinere, en el transporte público o en el coche camino al trabajo.
Riza es el eslabón que une a la plataforma con las editoriales, así que ha visto de primera mano cómo crecía el interés de un sector en plena sangría. Penguin Random House, el primer sello que apostó por la literatura narrada, no contaba ni 60 títulos en Español en 2016; terminará el año con alrededor de 1.000. Además de servir de escaparate, Storytel actúa también como productora: «El retorno del audiolibro está estimado en unos cinco años ahora mismo», expone su publishing manager, «es una inversión a medio plazo que los medianos o pequeños no pueden asumir».
Storytel aterrizó en el mercado español en octubre de 2017 con su sistema de suscripción con tarifa plana mensual y su combinación de estrenos y clásicos de ayer y de hoy. Pero mucho antes de eso, mucho antes de que un número creciente de españoles (no dan cifras regionales, pero acaban de superar el millón de suscriptores en todo el mundo) se echaran un libro a los oídos al bajar al metro, Benja y Milton sudaron tinta china para demostrar que sí, se podía. A principios de los 2000 habían hecho sus pinitos con obras de autoayuda que se editaban en casete o en CD y que, recuerdan, no tenían demasiado éxito. Pero ahora tocaba otra cosa, y con su app todavía en pañales apuntaron alto, más alto imposible, y escribieron un mail a Audible. «Y oye, pues sonó la campana».
Allí estaban ellos, dos valencianos enamorados de la voz, sentados frente a un jefazo de Amazon que pasó de un desconfiado «ojo, que esto no es ponerse delante del micro y leer» a un «hablemos de números» con un ligero vistazo al material que habían grabado. «¿Queréis trabajo? Pues toma», recuerdan ahora. «Nos pidió 16 libros en un mes». Traducción: 160 horas sólo de grabación, con su preproducción y su postproducción, jornadas de 24 horas en las que se grababa por el día y se editaba por la noche. «Con la Pascua y las Fallas en medio, pero lo hicimos». Todavía les sale una risilla nerviosa. Hoy todo ese proceso, ya más estudiado y con plazos algo más humanos, representa el 60% de su volumen de negocio.
Cada libro es un mundo y cada historia implica unos retos diferentes. Hay autores como Fernando Aramburu o Almudena Grandes que eligen a sus narradores, y otros que se encomiendan a los designios editoriales sin prestar mayor atención. Hay idiomas y acentos y canciones y hay que aprender a hablar como se habla en ese pueblo, no vale el de al lado. Hay subordinadas y paréntesis y frases de medio minuto. Hay fórmulas matemáticas y gráficas y hasta recetas de cocina. Efectivamente, lo de producir un audiolibro no era, ya lo dijo aquel jefazo de Amazon, ponerse delante de un micro y leer.
La idea es una traslación del texto al audio de una manera amena, como si alguien te lo estuviera leyendo al oído por las noches
«No se adapta nada», dice Milton Font, «la idea es una traslación del texto al audio de una manera amena, como si alguien te lo estuviera leyendo al oído por las noches. Un poco el concepto de tener un amante lector». Un amante lector como Germán Gijón, ¿recuerda?, con el que nos acostábamos al principio de este artículo. El que narraba audiolibros entre telenovela turca y telenovela turca. De su faceta literaria lo que más le gusta son los personajes, claro, «porque le puedes imprimir carácter». Eso sí, sin exagerar: «A veces te dicen: 'Quieto, campeón, que nos hemos pasado'». Lo de llamarlo narrador no le termina de convencer a Gijón. Él no locuta, no narra, él cuenta. «Si cuando me escuchas en el metro no consigo que te metas en la historia...», tuerce el gesto. Aunque no pueda explayarse como le pide el cuerpo a un actor tanto como le gustaría, al valenciano lo de los audiolibros le gusta. «Solamente depende de ti», explica. «En el doblaje formas parte de un engranaje, pero aquí eres tú traduciendo el libro a quien lo escucha. Es mucho más personal, más directo, y el usuario final es mucho más dependiente de ti, de cómo lo hagas, de cómo transmitas, de qué es lo que logres hacer con el texto».

Estudio de doblaje Kilohercios y Decibelios.
Dicen los productores de audiolibros que nada de guerra de formatos, que aquí lo importante es consumir literatura, que lo que cuenta son las historias. Dos noticias trae este verano que parecen empeñados en confirmarlo. Uno, la publicación simultánea del final de Millennium, oral y escrito, el próximo miércoles; el otro, la aparición del primer libro escrito primero para audio.
A Renato Cisneros lo llaman en su Perú natal el Vargas Llosa 2.0. A lo Michelle Obama, acaba de lanzar Algún día te mostraré el desierto, donde cuenta de viva voz que eso de ser padre no son sólo alegrías. Tenía que parar de vez en cuando porque lo que decía era tan personal que se emocionaba, y eso ha imprimido en su texto algo que jamás tendrá la palabra escrita: «El que escucha una historia no subraya, no huele el libro, no toma notas, pero lee con el oído, y eso revela cosas de la historia que otros sentidos no pueden». Palabra de audioescritor.
Así se graba un audiolibro
«Si fuera una carrera, el doblaje sería una de 400 metros y el audiolibro un maratón. Lees, lees, lees, te paras; lees, lees, lees, te paras». Y así, en turnos de cuatro horas, que en una cabina de grabación dan para mucha anécdota. «Las tomas falsas son muy peligrosas, me consta que hay por ahí archivos que no me gustaría que escuchara mi hija...», reconoce Germán Gijón. De su garganta han salido decenas de audiolibros, pero él es un eslabón más de una larga cadena. Todo arranca con un PDF y una primera lectura de reconocimiento. «Se anota todo lo que presente dificultades: nombres, imágenes, fórmulas matemáticas... Y se propone una solución», explica Bejamín Figueres. Es sólo la primera carrera de obstáculos, hay días que entra en el estudio y no es capaz de llegar hasta su mesa: jefe, ¿y esto cómo lo hacemos?
En Kilohercios y Decibelios se han tomado muy en serio el aprovechamiento del espacio. Uno encuentra cabinas de locución por todas partes, hasta por el pasillo. De vez en cuando se asoma alguien: «¿Podéis bajar la voz, por favor?». Han pasado el cásting de voces y graban libros a destajo:45 páginas por sesión, 140 palabras por minuto si el factor humano lo permite. De las cuatro horas de cabina diarias, con suerte una y media serán aprovechables.
De la cabina, el archivo se distribuye entre editores para una primera limpieza. «Al final es un trabajo artesanal, por muchas herramientas digitales que tengas», apunta Milton Font, la otra mitad del estudio. El editor tiene la misión del corte fino, tiene que eliminar cualquier ruidito, respiración, saliva, porque al final lo que se escucha es la voz del narrador... y nada más. Una voz perfecta pero humana, lo suficientemente potente como para sobreponerse al ruido del metro, del motor o, también, de las olas en la playa.
Después de años de ajustes, los valencianos han encontrado un protocolo en cadena que les funciona. Y tiene como momento crucial el siguiente paso:la revisión. El revisor escucha absolutamente todo el libro y va leyendo al mismo ritmo y tomando nota:esto no se entiende bien; aquí hay una entonación cambiada; uy esta 'erre', qué mal suena... «Necesitas a gente con un nivel de cultura general muy grande porque tienen que saber un poco de todo», cuenta Font. Sus equipos suelen ser intergeneracionales: «Unos conocen los clásicos, otros saben qué es eso de Tinder».
Pasamos a los 'retakes' y volvemos al narrador.Toca regrabar todo lo que no funcionaba, pero sin que se note: misma sala, voz colocada en el mismo sitio, prácticamente mismo momento del día. «Si no, suena como un pegote». Y hasta aquí las sesiones de trabajo en cadena, que al final esto son libros y los libros se dividen en capítulos, ¿no?
El último eslabón viene regido por la experiencia de escucha y por una meticulosidad que raya en lo obsesivo compulsivo: Entre el inicio y la entrada de voz, medio segundo; entre el título y el inicio del capítulo, dos segundos y medio; desde la última palabra del capítulo hasta siguiente, tres segundos y medio. Son instantes de silencio que crean un todo y de los que el usuario final no es consciente, pero que le enganchan o le hacen abandonar.
«Algunas veces tenemos el orgullo de decir que la editorial no nos ha enviado ninguna rectificación, es el caso de 'Millennium'», dice Figueres, «20 o 21 horas de narración sin un solo error de pronunciación, ni una coma mal puesta. Es una fiesta». ¿Y luego? «Luego, a por el siguiente. Grabamos hasta 15 libros a la vez, figúrate».
SARA POLO @SaraPolo
FOTOS: BIEL ALIÑO

martes, 27 de agosto de 2019

Un oso grizzly mata a un músico mientras grababa sonidos de la naturaleza en Canadá

Julien Gauthier se encontraba en la zona del río Mackenzie preparando un proyecto musical
Julien Gauthier, un músico canadiense-francés de 44 años de edad, murió la semana pasada al ser atacado por un oso grizzly, una de las subespecies del oso pardo más grandes del planeta, según informa BBC.
Gauthier fue sorprendido por el animal mientras dormía. Se encontraba en la zona del río Mackenzie grabando sonidos de la naturaleza para un proyecto musical. La bióloga, Camille Toscani, fue quien dió la voz de alarma asegurando que su compañero había sido arrastrado por un oso en mitad de la noche. La Policía canadiense después de ser avisada envió un helicóptero al área de Tulita en el río Mackenzie, un área a la que solo se puede acceder por aire o mar. El cuerpo de Gauthier fue encontrado al día siguiente.
«Me había pedido formar parte de esta aventura, la estuvimos planeando durante tres largos años. Estábamos muy felices por hacerla. Era un artista único que encontraba la inspiración en los espacios abiertos y la naturaleza», asegura Toscani.
La víctima, compositor y músico, había planeado bajar en canoa el río Mackenzie desde Ford Providence a Inuvik, según indicó en una plataforma crowdfunding donde explicaba su proyecto. Nació y creció en Canadá junto a sus padres franceses y se transladó a Francia con 19 años. La Brittany Symphony Orchestra, donde Gauthier era compositor desde 2017, asegura que era un hombre «sensible, generoso, con mucho talento y un espíritu aventurero».
El año pasado, viajó a las islas Kerguelen en la Antártida durante cinco meses para grabar sonidos de la naturaleza. Como resultado de esta viaje nació la conocida como Symphonie australe, emitida en la radio francesa.

lunes, 26 de agosto de 2019

Se compran amigos y abrazos: la epidemia de soledad en EE UU ya es un negocio

Las autoridades alertan de que sentirse solo es tan dañino como fumar 15 cigarrillos diarios. El problema ha alumbrado a una pequeña industria para combatirlo
Una fiesta de abrazos en un domicilio particular en California. daily breeze Getty
Un fin de semana de verano, Tracy Ruble, acompañada de otras 20 personas, se instaló con sillas vacías en una esquina de una calle de San Francisco para hablar con desconocidos. Chuck McCarthy ofreció entrevistas en Los Ángeles sobre el éxito que ha sido su aplicación The People Walker, en la que “paseantes” cobran entre siete y 21 dólares (entre seis y 19 euros) por acompañar a caminar a otra persona. Adam Paulman, de 65 años, asistió a una fiesta de abrazos en San Diego. Una treintena de personas pagaron 20 dólares para tocarse unos a otros sin intenciones sexuales. Mientras proliferan este tipo de iniciativas, las autoridades de la salud de Estados Unidos alertan de que hay una “epidemia de soledad”, una condición más dañina que la obesidad y tan perjudicial como fumar 15 cigarrillos diarios. Las cifras les dan la razón. Más de la mitad de los adultos de este país consideran que nadie los conoce realmente y un 46% reconoce sentirse solo a veces o siempre, según la última encuesta de Cigna e Ipsos.
No importa el género o la ascendencia, la diferencia la determina la edad. La llamada generación centenial (de 18 a 22 años), nativos digitales, es la que se siente más solitaria. Una conclusión obvia sería responsabilizar a la hiperconectividad, pero según la muestra mencionada, no existe una variación relevante entre quienes usan mucho o poco las redes sociales. El factor que define que una persona se sienta más o menos sola es la frecuencia con que sostiene relaciones personales cara a cara. Lo grave del aislamiento es que puede tener consecuencias mortales, como advirtió Julianne Holt-Lunstad, profesora de la Universidad Brigham Young, durante una declaración ante el Senado en 2017, en la que advirtió que este problema es tanto estructural como psicológico.
Desde hace dos años, CareMore Health ofrece en los planes de salud para adultos mayores y personas de escasos recursos un programa llamado Unidos, que trata la soledad como una condición de salud que se puede diagnosticar, prevenir y tratar. En la práctica, consiste en llamadas telefónicas semanales, visitas al hogar del paciente, estímulo personal y programas comunitarios.
Como apunta la máxima de los emprendedores, donde existe un problema, hay una oportunidad de negocio. Chuck McCarthy, creador de The People Walker en 2016, explica que su servicio de cobrar por pasear acompañado es una respuesta a las compañías que invierten miles de millones de dólares “para que las personas se sienten solas delante de una pantalla”. “Si alguien está caminando, no está en las redes sociales, no está viendo servicios de streaming, no está jugando videojuegos y no está comprando online”, afirma. Todos los “paseantes” pasan por un proceso de solicitud y verificación de antecedentes penales. Además, se hace un seguimiento de la ubicación durante el recorrido del usuario.
Un Tinder de amigos
Rent a Friend, fundada en 2009 en EE UU, cuenta con más de 600.000 “amigos de alquiler” en varios países del mundo. Los usuarios, que pagan entre 10 y 50 dólares la hora, también deben seguir un protocolo: reunirse en un lugar público, tener el móvil a mano, decirle a un conocido dónde va a estar y a qué hora planea regresar, entre otras. El emprendedor Scott Rosenbaum se inspiró en una aplicación japonesa, donde la gente pagaba para que un desconocido los acompañara a un funeral o a una cena familiar tras un divorcio. Sin embargo, en EE UU funciona como un Tinder de amigos. Rosenbaum explica que los usuarios hablan con varios candidatos y cuando encajan con uno, contratan su servicio, aunque entre las opciones que ofrece el sitio web aparece “actividades familiares”. A diferencia de las fiestas de abrazos, el contacto físico está prohibido. En este tipo de encuentros nocturnos, creados hace 15 años, el objetivo es “conocerse y crear lazos”, explica Adam Paulman, quien hace de participante y vigilante en estas fiestas desde hace cinco años.
Voluntarias de Sidewalk Talk, sentadas, se ofrecen a charlar en Fairfax. Bill O'Leary Getty
Para la terapeuta Tracy Ruble, el hecho de que haya tantas iniciativas para combatir la soledad “demuestra lo grande que es el problema”. En 2015 fundó Sidewalk Talk: junto a unos amigos se sentó en la calle frente a sillas vacías, desplegadas para que quienes quisieran conversar con ellos, lo hicieran. Fue tal el éxito que lo transformó en una organización, que ahora funciona en más de una docena de países. De los más de 4.000 voluntarios que participan, un cuarto conocieron el proyecto porque fueron “escuchados” y ahora quieren devolver la ayuda recibida. Los voluntarios son capacitados sobre las nociones básicas de las crisis mentales y la empatía. En los cuatro años que llevan funcionando, solo han tenido dos episodios negativos, según Ruble.
En cuanto al lucro que están generando algunos emprendimientos con lo que ahora se considera una enfermedad, la terapeuta responde que no quiere juzgar a los clientes dispuestos a pagar, pero que cuando lo haces, “hay una dinámica de poder que no existe en las actividades gratuitas, donde todos somos lo mismo”. Para ella, si bien estos proyectos son parte de la solución, lo que hay que lograr es que las personas reciban sueldos dignos. “Cuando tienes tres empleos para poder subsistir quedas agotado y no tienes ganas de juntarte con nadie. Además, tenemos que construir una infraestructura para la gente necesitada. No puede ser el nivel de mendigos que hay en la calle”, alerta la mujer de San Francisco, donde el número de personas sin hogar ha crecido un 17% en los dos últimos años, alcanzando los 8.011. Un habitante de cada 100 no tiene techo. La encuesta no incluye la pregunta sobre si se sienten solos, pero la respuesta se puede intuir.
Un país sin cultura del tacto
“En Estados Unidos no existe la cultura del tacto, que es un tipo de comunicación más allá de las palabras. En las fiestas de abrazos puedes pedir que te toquen y aprender cómo te gusta que lo hagan”, sostiene Adam Paulman, un participante. Los asistentes, que acuden en pijama para no potenciar el deseo sexual, suelen tener entre 35 y 70 años. Sostiene que, desde que comenzó a ir, nunca ha presenciado una situación de abuso. “Puedes encontrar a alguien atractivo y que te despierte una energía sexual, pero al igual que en un aeropuerto, aquí tampoco haces nada al respecto”. Antes de empezar la fiesta, se reúnen en círculo para presentarse y compartir por qué han asistido. En esa conversación se explica que no puede haber un tipo de contacto sexual. “Si hay alguien muy entusiasmado, le pedimos que se siente”, concluye.

domingo, 25 de agosto de 2019

El primer desnudo integral de la historia del cine vuelve a las salas

El festival de Venecia proyecta para su preapertura la versión restaurada de 'Extasis', la película de Gustav Machatý que en 1934 conmocionó a La Mostra y convirtió a Hedy Lamarr en icono erótico
Hedy Lamarr nada desnuda en un fotograma de 'Extasis'. SLAVIA-MACHATY PRODUCTION
Hasta Mussolini quiso saber qué ocurría. Hora tras hora, el clamor en Venecia no cesaba, y acabó llegando hasta los oídos del Duce. Así que el dictador exigió a Luciano de Feo, uno de los organizadores de La Mostra, que cogiera de inmediato un avión y fuera a referirle en persona a qué se debía tanto barullo en el festival. El hombre, cómo no, cumplió: voló hasta la capital, con una copia del escándalo en cuestión bajo el brazo. Y se dispuso, pues, a entregar el destino de la obra a esa proyección privada. “Se rumoreó mucho sobre este escrúpulo de Mussolini de reservarse el juicio final. Se dijo que, en el fondo, no era más que una excusa para gozar de esa secuencia”, contó un cronista años más tarde.
Porque, en La Mostra, no se hablaba de otra cosa. Era el 7 de agosto de 1934 cuando el director checoslovaco Gustav Machatý sacudió el festival, y la historia del cine, con la atrevidísima Éxtasis: en la película, una joven Hedwig Kiesler (antes de convertirse en la estrella de Hollywood Hedy Lamarr) mostraba el primer desnudo integral femenino del séptimo arte. Su personaje, además, alcanzaba el orgasmo en una secuencia de sexo, aunque el cineasta mantenía la cámara solo sobre su cara. Michelangelo Antonioni, entonces treintañero crítico de cine, escribió: “Aquella tarde, en el jardín del hotel Excelsior, se oía la respiración de los espectadores atentísimos, se escuchaba un escalofrío que corría por la platea”.
Mussolini, en su sala personal, debió de sentir algo parecido. Al parecer, ese día, el Duce llegó enfurecido. Sin embargo, desde que empezó el filme, no soltó ni una palabra. Y, cuando terminó, tan solo concedió: “Desde luego, es una mujer muy bella”. Éxtasis se salvaba así de la primera censura, como rememora Flavia Paulon en el libro La dogaressa contestata. Y empezaba su leyenda.
La semana próxima, el mito escribirá otro capítulo. La 76ª edición del festival de Venecia, 85 años después, ha escogido Éxtasis para su preapertura: el martes 27 de agosto, la película será proyectada por primera vez en calidad 4K y restaurada, tras una odisea liderada por la Cineteca de Praga, en la que colaboraron varias instituciones fílmicas europeas. Tal vez el público recuerde así que la obra de Machatý es mucho más que la principal razón por la que es recordada. “Cuando ves el filme, te das cuenta de que esas imágenes no son tan importantes”, defiende Michal Bregant, director del Archivo Cinematográfico Nacional de República Checa y responsable del rescate. Éxtasis ofrece sutileza, arte y talento, una trama moderna y una belleza que algunos compararon con la pintura. “El director toma por asalto a los estetas del cine”, sentenció la reseña del 8 de agosto de 1934 del Gazzettino di Venezia.
“Tal vez no fuera la intención original del autor, pero Éxtasis cuenta también con una perspectiva feminista. La protagonista no es solo un personaje romántico, sino que toma sus decisiones y descubre el precio de la independencia en una sociedad dominada por los hombres”, asevera Bregant. Porque Eva (a la que encarna Lamarr) agarra con firmeza las riendas de su vida: recién casada con el anciano Emil, la joven descubre el desinterés y la inconsistencia de su marido. Por tanto, no pierde más tiempo y se separa de él. En su huida hacia adelante, encuentra a Adam, con quien empieza un romance. Ningún cuento de hadas espera sin embargo a la pareja. Éxtasis es mucho más sofisticada.
 Hedy Lamarr y Aribert Mog, en un fotograma de la película.
“Machatý quería rodar una película con atractivo internacional y desde su anterior obra, Erotikon, había aprendido que títulos así obtienen mucha atención”, agrega Bregant. Lo cierto es que el cineasta dio en el clavo. Muchos se sorprendieron de que la comisión del festival de Venecia hubiera dejado pasar tan arriesgada obra, pero el palmarés confirmó el acierto: la dirección de Machatý fue galardonada y el público consideró Éxtasis el mejor filme extranjero. Luciano de Feo, dos décadas después, le atribuyó incluso un empujón definitivo para la supervivencia y el éxito de La Mostra.
No todos, sin embargo, apreciaron la película. Varios países la censuraron, incómodos ante tal exceso de erotismo. Y se cuenta que Fritz Mandl, marchante de armas y primer marido de Lamarr, intentó en balde adquirir todas las copias del largo para que nadie descubriera el cuerpo de su esposa. “Éxtasis es una amplia fuente de leyendas. Es complicado establecer cuántas son ciertas, operaciones de marketing o directamente inventadas”, sostiene Bregant.
Él mismo, por ejemplo, se encontró con un señor que afirmaba haber sido el encargado de masajear los pies de la actriz durante la secuencia en la que su rostro interpretaba el orgasmo.
La propia restauración de la película parece prolongar su epopeya. Bregant y compañía pretendían recrear el filme original que se proyectó, en checo, en Venecia en 1934. Sin embargo, ni un solo elemento de aquella copia se conserva hoy en día. De ahí que recurrieran a otras más recientes, o en alemán y francés. “Visionamos muchas versiones, en archivos cinematográficos por toda Europa. Fue como un puzle”, relata Bregant. El aspecto de la imagen y el sonido pusieron más obstáculos en su carrera. “Era el principio de la era sonora y no hay pruebas de cómo se escuchaba la película en las salas en los treinta”, incide el experto. Por lo menos, se encontraron con una ayuda inesperada para reconstruir la película: en aquellos tiempos, muchos proyeccionistas conservaban los trozos de celuloide con sus imágenes favoritas. La de Lamarr bañándose desnuda estaba en todas las colecciones.
Un escándalo que lanzó dos carreras
Éxtasis marcó, a la vez, el punto más alto en la carrera de su director y el trampolín desde el que su protagonista saltó a la gloria.
La secuencia de desnudo convirtió a Hedwig Kiesler, con menos de 20 años, en un icono erótico. A partir de ahí, la actriz aterrizó en Hollywood, de la mano del productor Louis B. Mayer (quien le cambió el nombre a Hedy Lamarr), y compartió películas con Charles Boyer, Clark Gable o Spencer Tracy. Su vida personal fue más compleja: tres matrimonios, y una relación cada vez más tensa con sus tres hijos; en sus últimas décadas, Lamarr se obsesionó con su declive físico, resultó implicada en varios episodios de cleptomanía y en pleitos de distintos tipos, como recuerda un comunicado de La Mostra de Venecia.
A la vez, la actriz cultivó su otra extraordinaria faceta: la de inventora. En plena Segunda Guerra Mundial, concibió un sistema que impidiera a los alemanes prever la trayectoria de los torpedos estadounidenses para interceptarlos. El Gobierno de EE UU, sin embargo, no reconoció su utilidad hasta la crisis de Cuba, dos décadas más tarde. Y eso que, hoy en día, se considera que tecnologías como el bluetooth o el wifi son evoluciones del proyecto de Lamarr.
Para Gustav Machatý, en cambio, Éxtasis supuso el último filme en su tierra y su idioma natal, el checo. Junto con su anterior obra, Erotikon, la película disparó su fama de cineasta libre y arriesgado y le llevó a rodar entre Austria, Italia, EE UU y Alemania películas como Nocturno, Ballerine o Jealousy.

sábado, 24 de agosto de 2019

La sequía deja al descubierto un dolmen milenario en Cáceres

·       Los vecinos de la zona piden a la Junta de Extremadura que lo saque del pantano para que no se siga deteriorando.  
 Raíces de Peraleda. La sequía y el calor extremo se perciben ya en los embalses y pantanos
Hacía décadas que los vecinos de Peraleda de la Mata (Cáceres) no veían al completo el llamado «dolmen de Guadalperal». El monumento megalítico data de entre el III milenio y el II milenio a.C., según los datos del Ayuntamiento, pero en 1963 la creación del pantano de Valdecañas provocó que las 140 piedras que estaban en pie quedaran sumergidas bajo el agua. Este año la sequía y una serie de desembalses a Portugal han provocado que la zona haya quedado completamente seca. Y los vecinos, ante la posibilidad de que el monumento funerario siga deteriorándose bajo el agua, piden que sea trasladado.
«La piedra aún está bien, pero el granito está más poroso, hay grietas... Pero lo más importante es que había un menhir esculpido con una serpiente, y se nota ya muy erosionado, no aguanta más tiempo sumergido», asegura a ABC Ángel Castaño, presidente de Raíces de Peraleda, una asociación cultural del municipio que está luchando para que la construcción no se pierda bajo el agua.
La Junta de Extremadura se ha puesto en contacto con la asociación, mientras los vecinos han aprovechado para visitar el monumento megalítico, formado por una cámara en óvalo de 5 metros de diámetro y un pasillo de acceso que tenía 21 metros de largo. Al final de este corredor es donde se encuentra el menhir. Además, rodeando la cámara hay otro anillo exterior de piedras que sostenían el túmulo, que según los expertos formaba una falsa cúpula, aunque hoy la cubierta ha desaparecido.
El monumento megalítico - Raíces de Peraleda
«Se trata de un dolmen megalítico de gran valor que ahora, por primera vez, y quién sabe si última vez, es accesible por completo y nuestra asociación quiere lanzar la voz de alarma a las autoridades competentes para que aprovechando la ocasión, lo rescaten de las aguas, pues aún está bien conservado pero ya muestra signos muy claros de deterioro y puede que la próxima vez que las condiciones permitieran un rescate fuese ya demasiado tarde», dice Castaño.
El monumento megalítico fue descubierto en 1925 por el sacerdote alemán Hugo Obermaier, que también era arqueólogo, y que pasó una etapa invitado a la finca de Guadalperal del Duque de Peñaranda. En los terrenos que entonces formaban parte de la finca se encontraban los restos. «Todo el mundo en la zona sabía que había unas piedras ahí, pero no que valieran algo», cuenta Castaño. Obermaier lo tuvo claro al verlas e inició unas excavaciones que duraron hasta 1927. «Todo lo que encontró, se lo llevó a Alemania. Están en un museo de Munich», cuenta el presidente de la asociación cultural. «A este paso tendremos que lamentar que no se llevaran las piedras también, al menos se habrían conservado». 
Raíces de Peraleda

viernes, 23 de agosto de 2019

Sapiosexuales: cuando lo único que te excita sexualmente es la inteligencia

·       Se estima que un 8% de los adultos son sapiosexuales, es decir, el factor que más les excita sexualmente son las neuronas.
Que la gente prefiera y elija personas inteligentes como pareja no debería ser noticia ni materia para escribir artículos. Que lo sea, además de provocar una cierta inquietud, puede ser indicativo de que la inteligencia es un bien cada vez más escaso, que abunda menos que la belleza, el carisma o la personalidad y que, precisamente por eso, es más preciado.
Sin embargo, a la pregunta, ¿con quién preferiría acostarse una noche, con alguien con un alto coeficiente intelectual o con alguien con un cuerpo y un físico envidiable?, no estamos muy seguros de que la mayoría eligiera las neuronas. Es probable que muchos se quedaran con las hormonas o feromonas. En el mejor de los casos, ya habrá tiempo al día siguiente para leer a Byung-Chul Han.
El dramaturgo Arthur Miller y Marilyn Monroe estuvieron casados de 1956 a 1961. Foto: Getty
Los sapiosexuales, sin embargo, no solo admiran la inteligencia sino que está cualidad es la que más les excita sexualmente en un potencial compañero/a, por encima de las ya tradicionales y clásicas cuestiones estéticas, monetarias, de estatus social o poder. Algo que ha ocurrido siempre pero que nunca había sido bautizado con un nombre tan rimbombante. Como mucho, antes a uno le ponían la etiqueta de que era raro o le gustaban los friquis y en un segundo se zanjaba la cuestión. Hoy, sin embargo, se esgrimen todo tipo de teorías para explicar este ‘raro’ fenómeno. Hay test para detectar si eres sapiosexual, como este de Buzzfeed, y existe hasta un portal de citas, Sapio, para que los inteligentes, o los que erotizan esta cualidad, encuentren a su media naranja.
Por qué unas personas se sienten atraídas hacia un determinado tipo de cualidades y no hacia otras, ya trató de explicarlo en su día el psicólogo y sexólogo neozelandés John Money (1921-2006),  con su teoría sobre el ‘mapa del amor’. Este condiciona nuestra atracción sexual, pero no se trata de un mapa al uso sino de uno que se dibuja en nuestra mente y que constituye una representación compleja de nuestro amante idealizado, de aquello que nos erotiza y de las prácticas que consideramos más estimulantes. Algo así como la personalidad erótica. Este mapa se proyecta en el imaginario mental y se expresa a través de sueños, fantasías y actos y cada mapa es único, aunque comparta rasgos comunes con otros individuos.
Según Money, los mapas del amor comienzan a formarse desde que nacemos, con toda la información, experiencias y estímulos que recibimos. Las vivencias infantiles dejan una huella en nuesto lovemap y las negativas tienen la capacidad de imprimir una mancha que puede entorpecer en el futuro la formación de vínculos afectivos y eróticos armoniosos.
La historia nos ha dejado famosos sapiosexuales como Marilyn Monroe  (tal vez el papel donde la encasilló Hollywood, el de rubia tonta, la hizo huir de la tiranía de la belleza y refugiarse en la materia gris), que en una ocasión reconoció que Albert Einstein era el hombre más seductor que le habían presentado nunca y no dudó en proponerle, “deberíamos tener un hijo juntos para que tuviera mi físico y su inteligencia”. John Waters aconsejaba: “si vas a casa de alguien y no tiene un solo libro, no te acuestes con él”; y el personaje de Eusebio Poncela, Dante, en la película Martín Hache (1997), abogaba por “follarse a las mentes”.
La inteligencia, la segunda cualidad más erótica
En realidad, todos somos un poco sapiosexuales; o eso es lo que reveló un estudio llevado a cabo por Gilles E. Gignac, profesor titular de la Universidad de Western Australia junto a otros colegas. Se entrevistaron a 383 adultos para conocer los rasgos que más valoraban en sus parejas y los resultados fueron que la inteligencia era la segunda característica más demandada, después de la amabilidad y la comprensión, siempre y cuando ésta no fuera demasiado elevada. Así, descubrieron que la relación entre el cociente intelectual y el atractivo es curvilínea. Es decir, alcanza su punto máximo al llegar a un CI de 120, pero decae si éste es ya de 135.
Algunos apuntan también a que los sapiosexuales pueden relacionar de manera inconsciente la intelectualidad del otro con una relación más segura y estable. De algún modo asocian la inteligencia con una buena toma de decisiones y con una especie de ‘seguro’ para la relación.
Como explicaba Lora Adair, profesora de psicología evolutiva en la Universidad de Lyon, en la revista Vice, “los hombres y las mujeres siempre han deseado la inteligencia en sus compañeros, tanto si llegan a identificarse como sapiosexuales como si no. Esto sucede en todas las especies, aunque en los animales no humanos la inteligencia o capacidad cognitiva se mide morfológicamente”.
Lyon pone el ejemplo del macho del ave de emparrado, que construye elaboradas nidos adornándolos con objetos brillantes que encuentra en su entorno para atraer a las hembras más selectivas. “La capacidad de encontrar esos objetos excepcionales y de protegerlos del robo o el sabotaje de otros machos puede servir como indicador de una capacidad cognitiva y de una idoneidad genética”. Si la inteligencia ayudó a nuestros antepasados a solucionar problemas y a evolucionar, no es extraño que se siga considerando una cualidad que puede reportarnos una vida más desahogada, una mejor situación económica o incluso una pareja más saludable. Pero, además, hay otro estudio que llevó a cabo el psicólogo evolucionista Geoffrey Miller, de la Universidad de Nuevo México, que relaciona un alto coeficiente intelectual con una buena calidad de semen, y que hizo entre 400 veteranos de la Guerra de Vietnam, a los que sometió a estos dos test.
“Tradicionalmente se ha tenido la idea de que la atracción sexual tiene mucho que ver con el físico, con lo corporal, más que con lo mental. Pero la atracción es algo más heterogéneo que integra muchas cosas: sentido del humor, capacidad de comprensión o la manera de expresar el sentimiento, y todas estas cualidades tienen mucho que ver con la inteligencia”, señala la psicóloga y sexóloga Gloria Arancibia Clavel.
Así pues, los sapiosexuales no suelen ser personas de amor a primera vista ni de flechazos, ya que descubrir si alguien es inteligente o no lleva su tiempo y, generalmente, sus relaciones empiezan como una amistad para ir desembocando en atracción sexual, a medida que el cerebro se va desnudando. Para este grupo la seducción entra más por la palabra y por el oído, a través de conversaciones o puntos de vista interesantes, que por la vista; por eso se suele decir que las mujeres son más sapiosexuales que los hombres. “En realidad esta es una afirmación que entronca con los problemas de género y los clichés que aún siguen definiendo a hombres y mujeres”, señala Arancibia, “las dificultades de algunos hombres a la hora de reconocer a una mujer más inteligente que ellos o la idea, de algunas féminas, de que para ligar conviene hacerse un poco las tontas o, al menos, no parecer demasiado listas”.
Pero, ¿qué es la inteligencia?
Claro que a día de hoy muchos tienden a confundir la inteligencia con la acumulación de datos (como la capacidad de un disco duro), la capacidad para venderse (entonces los tímidos pasan por tontos) y hasta la arrogancia. Durante muchos años esta cualidad estuvo relacionada con la capacidad numérica, más que con otras, lo que a mí me hizo rozar el límite entre una persona normal y un borderline al sacar una baja calificación en un test que me hicieron en el colegio para determinar mi coeficiente intelectual.
Afortunadamente no le hice mucho caso, contrariamente a otros que si se lo hicieron cuando los resultados los etiquetaban de superdotados, para su desgracia. La cuestión es que esos test ya no se hacen, porque se sabe que hay muchos tipos de inteligencia: la emocional, la social y hasta la erótica; aunque todas comparten rasgos comunes: el sentido del humor, la empatía y, sobre todo, la capacidad de solucionar problemas en situaciones nuevas. La atracción por la inteligencia puede conllevar también ciertos peligros, “en la consulta pasa mucho”, apunta Gloria Arancibia, “se pasa de la admiración a la idealización de la persona y de ahí a la dependencia. Y esto refuerza aún más la falta de autoestima en personas muy poco seguras de sí mismas y puede derivar en la dominación del que se supone más inteligente y la sumisión del otro/a”.
La erotización de la neurona desemboca también en todo un imaginario de prototipos para los sapiosexuales, entre los que destacan el profesor/a, los escritores/as, los científicos/as y sobre todo las bibliotecarias, según apunta Bix Warden en su libro The Sexy Librarian’s Big Book of Erótica. Lo bueno de sentirse eróticamente seducido por la inteligencia es que a este tipo de atracción no le afecta el paso del tiempo, ni le salen arrugas ni flacidez. Más bien lo contrario, gana con los años. Ya dijo Platón que  “el amor es como una escuela de graduación que empieza con la belleza del cuerpo, para después acercarse hacia las ideas y a la gente que muestra una inteligencia privilegiada”.