martes, 28 de julio de 2020

La indignación de una madre tras ser expulsada de la piscina por amamantar a su hijo: "Todavía se ve como algo sucio"


Sandra Zamorano explica que un responsable de la piscina la amonestó por dar el pecho a su hijo al borde de la piscina y la mandó al vestuario. "No te sacas el pecho para exhibirte", insiste.
Durante su estancia en la piscina municipal de Montcada i Reixac, en Barcelona, Sandra Zamarano sufrió un desagradable momento cuando el recepcionista de la misma la amonestó por amamantar a su bebé en el bordillo de la piscina, por lo que le pidió que fuera a el vestuario para seguir dando el pecho a su hijo. "Me quedé muy sorprendida cuando me pidió que fuera al vestuario a darle el pecho y no supe reaccionar", explica la joven en una entrevista a 'Espejo Público'.
Eso sí, tras salir del vestuario Sandra decidió acercarse al recepcionista para mostrarle su desacuerdo: "Le dije que en pleno siglo XXI no me parecía bien que se intentara tapar algo tan natural como la lactancia materna", afirma la joven, que destaca que hasta el momento en el que el recepcionista le habló, "nadie se había quejado ni había mirado mal".
Sobre las explicaciones que el recepcionista le dio para obligarla a amamantar al bebé en el vestuario, Sandra explica que le dijo que "tenían una imagen que guardar". Así que, indignada, la mujer puso una hoja de reclamación y, además, decidió no dejarlo ahí y lo publicó en sus redes sociales, ya que considera que "es una cosa muy importante".
"El chico me dijo que nadie se le había quejado, pero que lo hacía para evitar las quejas", recuerda Sandra, que explica cómo al día siguiente la chica de recepción que la atendió "se disculpó": "Me dijo que era una acción unilateral del trabajador ya que en las normas de la piscina no prohibían dar el pecho del bebé". Por su parte, "la empresa ha sacado un comunicado diciendo que el recepcionista malinterpretó las medidas de seguridad frente al COVID-19", declara Sandra, que afirma que, de todas formas, no lo entiende ya que "en el vestuario hay mayor peligro" de contagio "al ser un lugar cerrado".
Sandra destaca que ella amamantó a su hijo "de la forma más natural". "Estaba hablando con mi madre y, por no dejar la conversación, me puse en el bordillo a darle le pecho, "recuerda y lamenta” que en pleno siglo XXI todavía hay gente que al ver dar el pecho se escandaliza y lo ve como una cosa sucia, cuando en realidad es un momento bonito con tu hijo".

Detenido un fetichista por robar más de veinte bragas de una vecina en Conil

La Guardia Civil pilló in fraganti al arrestado a pesar de que la víctima había instalado cámaras de seguridad
La Guardia Civil ha detenido en Conil de la Frontera a un vecino de la localidad como presunto autor de un delito continuado de robo con escalo, todo ello al introducirse de forma reiterada en el patio de una vivienda para sustraer prendas de ropa interior de la víctima. A pesar de que la víctima tuvo que instalar cámaras de seguridad en la vivienda, fue la Guardia Civil quien detuvo la pasada noche a esta persona de manera in fraganti.
Los hechos se desarrollaron después de que se presentara denuncia por parte de una vecina de Conil de la Frontera, en el sentido de que sospechaba que alguien se estaba colando en el patio trasero de su vivienda para robar prendas de ropa interior, ya que echaba en falta algunas de ellas después de tender la colada.
Tras esta primera denuncia, se interpusieron varias ampliaciones por hechos similares, siendo sustraídas más de 20 prendas íntimas de la víctima, hasta el punto de que se instalaron cámaras de seguridad en la zona trasera de la vivienda, las cuales recogieron cómo un individuo se introducía saltando el muro perimetral de la vivienda para llevarse ropa del tendedero.
Las imágenes sin embargo no sirvieron para identificar al autor de los hechos, por lo que tras el último episodio, la Guardia Civil organizó un dispositivo de vigilancia discreta, que dio como resultado la detención de P.G.R., de 52 años de edad vecino de la localidad y sin antecedentes, cuando acababa de acceder a la vivienda e inspeccionaba el tendedero.
El detenido fue trasladado a dependencias de la Guardia Civil de Conil de la Frontera para la confección de las oportunas diligencias, siendo puesto a disposición del Juzgado Mixto en funciones de Guardia de los de Chiclana de la Frontera.

lunes, 27 de julio de 2020

Autoridades sanitarias en Canadá sugieren usar paredes con agujeros para tener sexo seguro ante el Covid-19

Las autoridades sanitarias de Canadá dan recomendaciones sexuales, alguna cuanto menos, chocante
La prevención ante el coronavirus llega al extremo. Toda precaución es poca, también en las relaciones sexuales, impactadas por el virus. Las autoridades sanitarias de Columbia Británica, provincia occidental de Canadá, han publicado nuevas recomendaciones para mantener relaciones sexuales más seguras en tiempos del covid-19, entre las que incluyen el consejo de hacer uso de "barreras" —como, por ejemplo, a través de un agujero en la pared— para evitar el contacto cara a cara. 
No deja de ser chocante pero este consejo se encuentra entre otros más 'razonables' como es lavarse con agua y jabón, tener los juguetes sexuales en estado óptimo o usar mascarillas. Los besos quedan relegados a un era de normalidad absoluta. Las recomendaciones también incluyen apostar por posturas sexuales que no sean cara a cara  y el uso de condones para reducir riesgos.
Por otro lado, recuerdan que "usted es su pareja sexual más segura", pues la masturbación "no propagará covid-19". Otra apuesta segura, según el centro, es el sexo virtual, mientras que tener una o pocas parejas sexuales regulares también puede ayudar a reducir las posibilidades de contraer el coronavirus. 
Dejan claro las autoridades que el sexo es clave para el bienestar mental, social y físico y más en una situación de estrés y ansiedad como la que se vive ahora en el mundo que puede disparar los casos de depresión. Animan las autoridades a seguir teniendo relaciones sexuales durante la pandemia de COVID-19.  

El virus COVID-19, recuerdan las autoridades sanitarias, se transmite por gotitas de líquido en la saliva y los fluidos respiratorios cuando una persona tose, estornuda y, a veces, cuando una persona habla o canta. Se puede transmitir a personas que se encuentran a menos de 2 metros  de una persona con el virus si las gotitas se inhalan o aterrizan en la boca o la nariz de alguien cercano, ya sea que esté involucrado en una actividad sexual o no. Recuerdan que también se puede pasar tocando superficies contaminadas y luego tocando la cara, los ojos, la nariz o la boca.
Los prevenciones tienen su importancia y no se hacen al azar porque el virus se ha encontrado en semen y heces. Todavía no se sabe si el virus se encuentra en la sangre o en los fluidos vaginales y no está claro si el virus puede transmitirse a través del sexo. Por eso, prevenir en este caso, es curar.

sábado, 25 de julio de 2020

Coronavirus: ¿se contagia o no por el aire?

En medicina nunca hay una respuesta simple
Esta pregunta acerca del mecanismo de transmisión del virus ha sido objeto de un intenso debate en la comunidad científica desde el inicio de la pandemia, a veces con posiciones contradictorias. Pero, como siempre en medicina, nunca hay una respuesta simple.
Dos tipos de gotas
Empecemos por una cuestión sencilla: ¿cómo puede transmitirse una infección por el aire? Al hablar, toser, estornudar o simplemente respirar con la boca abierta, expulsamos dos tipos de gotas que contienen saliva y otros fluidos respiratorios.
Las de mayor tamaño reciben el nombre de gotas de Flügge, en honor del higienista alemán Karl Flügge, que las describió a finales del siglo XIX, y a veces son fácilmente observables. Estas gotas permanecen en suspensión un tiempo limitado y no se dispersan más allá de 1,5 o 2 metros del emisor. De ahí que se haya establecido esta separación entre personas como distancia de seguridad.
Al ser relativamente grandes, pesadas y con un buen contenido hídrico, las gotas de Flügge tienden a caer en unos minutos, depositándose en las superficies durante tiempos relativamente largos. En el caso del SARS-CoV-2, los virus contenidos en estas partículas pueden permanecer viables, según el tipo de superficie, desde horas a días. Eso sí, la cantidad de virus se reduce rápidamente con el tiempo, lo que limita la posibilidad de infección. Por esta razón debemos extremar las precauciones de higiene y limpieza general. Y, por supuesto, lavarnos las manos, ya que podemos haber tocado objetos contaminados.
Lo que sucede es que, además de las gotas de Flügge, también emitimos un segundo tipo de gotas mucho más pequeñas. Son prácticamente inapreciables, por debajo de las 5 micras, y se dispersan como los aerosoles.
Y ahí surge la polémica. Porque mientras que el papel de las gotas de Flügge como elemento de transmisión de la enfermedad nunca ha estado en duda, el papel real de los aerosoles en la transmisión de la enfermedad ha sido muy controvertido. Ya en el mes de marzo se publicó un estudio en el que se demostraba la presencia del virus en estos aerosoles durante bastante tiempo. Entonces, ¿por qué las dudas? Pues porque para que desarrollemos la enfermedad es necesario que una cantidad de virus suficientemente alta penetre en nuestras vías respiratorias.
En otras palabras, no vamos a enfermar porque nos invada una sola partícula de virus. Se necesitan muchas más, y los expertos cuestionaban si esta dosis mínima infectiva se podía alcanzar en situaciones de la vida diaria. Las dudas empezaron a despejarse en abril cuando el estudio detallado de tres brotes epidémicos originados en un autobús, en un centro de atención telefónica y en un restaurante reveló un clarísimo patrón de diseminación por aerosoles.
Al reconstruir el lugar en que cada infectado se encontraba con respecto al paciente 0 de cada brote (u originario del mismo), así como el tiempo en que había permanecido en contacto, se comprobó que todos los episodios tenían en común tres cosas. A saber: un espacio confinado, un prolongado y cercano contacto, y la presencia de aire acondicionado, que agitaba el aire.
¿Aclarado entonces? No del todo. Aún quedaban dudas porque desde hace muchos años se ha pensado que esta posibilidad no suponía un mecanismo de transmisión viral significativo en circunstancias reales. Es más, en ninguna otra situación se había establecido un patrón tan claro de transmisión, o incluso aparecían datos claramente en contra.
Estudios que se contradicen
A mediados de mayo se hizo público otro revelador estudio sobre un importante brote (119 infectados, 39 de ellos pacientes y 80 sanitarios) ocurrido en un hospital de Sudáfrica. Los epidemiólogos consiguieron reconstruir con precisión detectivesca la cadena de transmisión del virus dentro de cada una de las unidades del hospital. En aquel momento quedó muy claro que el método de transmisión principal habían sido los objetos contaminados, llamados fómites, y no la vía aérea.
Es más, en su informe los epidemiólogos se mostraban sorprendidos de que la transmisión por aerosoles parecía no haber tenido ningún papel relevante. Ni siquiera en una situación en la que se hubo de realizar una intubación de urgencia a un paciente con Covid-19 y en la que los sanitarios no tenían los equipos de protección individual apropiados. Por tanto, el debate en cuanto al efecto real de los aerosoles como mecanismo de transmisión siguió vivo.
El último capítulo de este debate lo protagoniza una carta publicada por dos expertos y avalada por otros 239 científicos en la que se insiste en que la transmisión por gotas o por fómites no explica suficientemente todos los contagios, proponiendo un modelo de dispersión del virus en espacios cerrados. Estas evidencias acumuladas, unidas a la permanencia del SARS-CoV-2 en aerosoles y la demostrada participación de esta vía en la transmisión de virus similares, como el de la gripe o el respiratorio sincitial, han hecho que la Organización Mundial de la Salud modifique su posición inicial en relación con la importancia de este mecanismo de transmisión en la actual pandemia.
Ventilación y aire acondicionado
El cambio de posición de la OMS implica que, a partir de ahora, deberíamos extremar el uso de las mascarillas, de la distancia social y del lavado de manos y la higiene general. Pero, además, nos insta a prestar una atención adicional a los patrones de circulación del aire en interiores.
Si, en efecto, el virus viaja en cantidades suficientemente infectivas más allá de los 2 metros de distancia de seguridad, la única respuesta posible pasa por implementar urgentemente dos medidas fáciles. La primera es una ventilación frecuente de los espacios interiores, para asegurar la renovación del aire (aunque esto suponga una pérdida de climatización de los edificios públicos). La segunda, un mantenimiento riguroso de los filtros de aire acondicionado. Así como, por supuesto, reducir al mínimo el aforo de personas en estos espacios cerrados.
Deberíamos tener claro que cada una de las posibles vías de transmisión no es ni más ni menos importante, sino que las circunstancias de cada momento son las que inclinarán la balanza hacia una de ellas.
Ignacio J. Molina Pineda de las Infantas. Catedrático de Inmunología, Centro de Investigación Biomédica, Universidad de Granada.