Varios estudios demuestran
que dormir acompañado aumenta la fase REM y que los movimientos no afectan el
cerebro
Una pareja durmiendo.Willie B. Thomas / Getty Images
El sueño ocupa un tercio de la existencia y afecta
directamente a la salud y el bienestar. “Existen más de 90 enfermedades
relacionadas con ello y otras muchas que empeoran porque dormimos mal”, asegura
Joaquín Durán Cantoll, director de la Unidad de Trastornos del Sueño del
hospital Txagorritxu de Vitoria, que lleva más de 30 años trabajando en esto.
Pero quizá no le damos la importancia que realmente tiene, asociando el sueño
con debilidad, explica por su parte Wendy Troxel, investigadora sobre comportamiento
y ciencias sociales en el laboratorio de ideas RAND (Research And Development)
y profesora de psiquiatría y psicología en la Universidad de Pittsburgh
(Estados-Unidos).
Un estudio
reciente publicado en la revista Frontiers in Psychiatry demuestra que dos personas, en función del tipo de relación que tienen,
consiguen sincronizar su arquitectura del sueño y eso provoca el aumento de la
fase REM en un 10%, que a su vez beneficia el
sistema cognitivo, la memoria, la regulación
de emociones, la interacción social y la creatividad. El primero que habló del
incremento de la fase REM por dormir junto a otra persona fue Lawrence
J. Monroe en 1969, pero esta teoría muy pronto se dejó de lado.
“Cualquier cambio de ambiente o persona puede
perjudicar esta sintonía”, advierte Hennings Drews, autor principal del nuevo
estudio e investigador del departamento de Psiquiatría y Psicoterapia en la Universidad Christian-Albrechts de Kiel (Alemania). También explica que, por eso, estos datos no se pueden generalizar ni
extrapolar a parejas que se conocen desde hace poco, que no duermen nunca
juntas o a relaciones de una noche. Otro estudio llevado a cabo por
Troxel confirmó que las características de la relación están
estrechamente vinculadas con la sincronización del sueño. “Seguimos minuto a
minuto durante 10 noches a las parejas y sus gestos y encontramos un 75% de
sincronía. Además, es mucho más fuerte en parejas consolidadas”, cuenta.
Seguimos minuto a minuto
durante diez noches a las parejas y sus gestos y encontramos un 75% de
sincronía. Además, está es mucho más fuerte en parejas consolidadas
El equipo observó a 12 parejas sin trastornos del
sueño, jóvenes, heterosexuales y que llevaban mínimo tres meses durmiendo
juntas a lo largo de cuatro noches. El método utilizado fue la polisomnografía
dual simultánea, un método que captura, durante el sueño, las ondas cerebrales,
los movimientos, la respiración, la tensión muscular y la actividad cardíaca.
Hasta ahora, se utilizaba, principalmente, la actigrafía que analiza la
estructura del sueño a través de la actividad del cuerpo del paciente. En varios
trabajos, se vinculó la cantidad de movimientos con una
alteración del sueño y se dedujo que era mejor dormir solo.
Sin embargo, los resultados del nuevo estudio dicen lo
contrario. “Me sorprendió mucho ver que la presencia de movimientos y gestos
durante el sueño no afectaban el cerebro”, cuenta. Por su parte, Troxel
reconoce la calidad de este método que supone un avance para la investigación:
“Lo que han hecho y encontrado es muy interesante. Ver que el cuerpo de la otra
persona no es una carga adicional como se podía pensar, pero más bien un
beneficio, es importante”.
Una de las principales
causas del insomnio de personas es que duermen con alguien que no quieren. Es
importante ver cómo están ellos además de mirar el resto de causas
Además, la calidad del sueño va de la mano con la
calidad de la interacción social. “Es como estar en un círculo vicioso. Si
duermes mal, tu relación con tu pareja es peor, y, por lo tanto, la noche
siguiente te cuesta conciliar el sueño y así una y otra vez”, cuenta Drews. La
próxima etapa es hacer la misma experiencia con personas mayores, parejas
homosexuales o de diferentes culturas, para obtener más variedad de muestras.
“Así tendremos una mejor visión del conjunto y un mayor conocimiento. No
siempre es mejor dormir con alguien y depende mucho de la gente”, justifica
Drews.
Necesidad de conexión e insomnio
Por otro lado, como dice la doctora Troxel, el sueño
es una posición de vulnerabilidad. En ese momento del día, es crucial sentirse
seguro para que no perjudique la noche ni la salud y, para ello, algunas
personas necesitan contacto. “Tener a tu pareja cerca transmite seguridad y te
ayuda a conciliar el sueño”, explica Troxel. “Pero, cuidado, si tienes una mala
relación, puede ocurrir lo contrario y alterar tu tranquilidad”, advierte la
experta. Uno de los focos del trabajo de la científica se centra en la influencia de la cultura y de la
historia occidental que afectan la imagen que se tiene del sueño y de la cama
matrimonial. “La gente se ha metido en la cabeza que dormir
separado es una señal del mal estado de la relación y crea frustración. Es un
error pensar así”, explica.
Para solucionar este tipo de problemas, Durán Cantoll
sugiere “olvidarse de los mitos”. Bajo su punto de vista, el estudio es
importante porque es más preciso que los anteriores y establece el nivel de
relación de las parejas. “Los exámenes psicológicos que han hecho son objetivos
y muy útiles porque hay parejas que no saben que se llevan bien o mal ni el
impacto que tiene”, añade. Cuando sus pacientes llegan a consulta, Durán
intenta descifrar el tipo de relación que tienen para curar el trastorno de
sueño, como el insomnio, por ejemplo: “Una de las principales causas del
insomnio es que la persona duerme con alguien que no quiere. Es importante ver
cómo están ellos además de mirar las otras causas”. Del lado opuesto, el hecho
de que las parejas se lleven bien y sincronicen su sueño ayuda a tratar dicha
enfermedad. Un estudio de
2011 apoya esta teoría y demuestra que dormir con su
pareja reduce el insomnio, el estrés, la ansiedad y con ello, las posibles
enfermedades mentales, depresiones, frustración y malestar.
Frente a todas estas dudas, variables y posibles
malentendidos, la doctora Troxel aconseja que cada pareja haga lo que mejor le
convenga, pero que, sobre todo, comunique. En ello, Durán también insiste: “Hay
que identificar el problema, romper los mitos y, por supuesto, hablarlo”.
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