La
mayoría de nosotros hemos aprendido todo tipo de cosas sobre el sexo, ya sea
hablando con los amigos o a través de la televisión. Algunas incluso las hemos
deducido gracias a la experiencia. Pero de entre toda esta información la
mayoría es errónea. De hecho, la mayoría de gente cree todo tipo de cosas
acerca del sexo que simplemente no son ciertas.
Ésta
es la verdad que se esconde tras los mitos sexuales más populares y frecuentes,
sometidos a estudios científicos para arrojar un poco de luz sobre ellos y
probar si el pensamiento popular es verdadero o falso. Lo cierto es que los
estudios sobre este tema son más comunes de lo que parece, y en muchas
ocasiones las evidencias científicas pueden resolver claramente si estas
creencias arraigadas sobre el sexo son ciertas o no.
El sexo antes de
practicar deporte es malo
A
muchos atletas se les dice que no deben tener relaciones sexuales la noche
antes de un partido importante. Se piensa que es porque van a tener menos
fuerza o que no tendrán testosterona suficiente para alimentar un buen
desempeño físico después. Pero contrariamente a lo que se piensa, la ciencia
parece indicar que lo que ocurre en el cuerpo durante y después del sexo en realidad
podría favorecer una mejor condición física si los deportistas hubieran tenido
relaciones la noche anterior. Hay estudios que recogen niveles más altos de
testosterona al día siguiente en hombres que tuvieron sexo la noche antes de un
evento deportivo que los que no. Por otro lado, también se ha demostrado que el
sexo no produce ningún impacto negativo en la fuerza muscular de las piernas,
el tiempo de reacción o la flexibilidad. Parece que la prohibición de las
selecciones de fútbol de practicar sexo durante el Mundial de Brasil se debe
más a tema de concentración que a un estado físico.
A pies grandes, grandes…
Existe
una creencia popular que sostiene que podemos aventurar el tamaño del miembro
viril de un hombre observando el tamaño de sus pies, manos, e incluso su nariz.
Curiosamente, la conexión entre el tamaño de pies y penes tiene sus raíces en
la ciencia. Se trata de un gen llamado gen ‘Hox’, que juega un papel en el
desarrollo de los dedos de los pies y los dedos, así como el pene. Si se trata
del mismo gen, cabría pensar que los hace creer a todos por igual. Sin embargo,
un pequeño estudio que analizó la longitud del pene y el número de calzado de
104 hombres no encontró ninguna relación. Por lo tanto, fijarse en los pies de
los hombres no nos dará otra información que su gusto sobre calzado.
El sexo ayuda a perder
peso
Suena
convincente, pero lo cierto es que de media el acto sexual dura aproximadamente
cinco minutos y solo se consumen entre 25 y 125 calorías, lo que no es gran
cosa. A menos que se prolongue mucho más tiempo y se realice con mucho más
vigor que el promedio, no alcanza ni de lejos la cantidad recomendada de
ejercicio diaria para bajar de peso.
Los hombres piensan en
el sexo cada 7 segundos
Esta
es otra creencia popular muy extendida. Pero si hacemos el cálculo, eso
significaría que piensan en el acto sexual más de 6.000 veces al día, más o
menos cada vez que respiran. Esto no solo volvería loco a cualquiera, sino que
además les impediría realizar cualquier actividad. Aunque ciertos datos si
reflejan que los hombres piensan más en el sexo que las mujeres y los estudios
en este campo sí sugieren que piensan en ello varias veces al día, la
diferencia entre ambos sexos es mucho menos dramática de lo que se piensa, y
esta creencia es solo un mito popular erróneo. De hecho, según los estudios
casi la mitad de los hombres piensan en este tema menos de una vez al día, muy
lejos de la frecuencia que se les atribuye.
El acto sexual conlleva
riesgos de sufrir un ataque al corazón
Todo
el mundo ha escuchado historias en las que personas mueren de un ataque al
corazón mientras practicaban sexo, y para aquellos que padecen enfermedades de
este tipo puede provocar particular miedo a que esto les suceda. Sin embargo,
la probabilidad de que esto ocurra es muy baja y según los estudios, el riesgo
es sólo de uno entre un millón. Aunque las personas que han sufrido alguna vez
este tipo de ataques deben cuidarse y ser precavidas a la hora de retomar sus
actividades normales, no existe fundamento para pensar que las relaciones
sexuales puedan ser una situación de riesgo ya que se calcula que el esfuerzo
físico que supone es similar al de subir dos tramos de escaleras.
Los anticonceptivos engordan
Casi
todos los medicamentos tienen efectos secundario, pero no es más que un mito
que la píldora provoca aumento de peso. Puede que esta creencia popular antes
tuviera cierta base, ya que las primeras versiones de estas pastillas que
salieron a la venta contenían altos niveles de estrógenos y progestina (una
versión sintética de una hormona involucrada en el ciclo menstrual femenino)
que podrían haber causado aumento de peso en quienes las tomaban. Pero hoy en
día la píldora contiene niveles mucho más bajos de hormonas, y los estudios
sostienen que no hay ninguna relación con el aumento de peso.
Las ostras son
afrodisíacas
Durante
milenios los seres humanos hemos atribuido propiedades afrodisiacas a cierto
tipo de comidas o bebidas. Las otras han sido el favorito desde la mitología
griega, que representaba a su diosa del amor Afrodita surgiendo de una concha
de ostra, hasta Casanova, del que se decía que comía varias ostras al día para
aumentar su atractivo y apetito sexuales. Aún así, ningún estudio ha demostrado
nunca este efecto potenciador sexual que se les atribuye. Aunque contienen
zinc, un elemento químico que favorece la salud de los espermatozoides, las
ostras son principalmente agua, carbohidratos y algunos minerales, y no se han
encontrado ingredientes especiales que sustenten esta teoría.
¿Qué pasa con el
chocolate?
Esta
idea ha sido explotada en numerosas ocasiones por campañas publicitarias, como
la de Axe Dark Temptation, que sugería que el desodorante despertaba la
atracción en las mujeres por su aroma a chocolate. Por su lado, es cierto que
el chocolate contiene compuestos que tienen propiedades antioxidantes y son
buenos para el cuerpo, y hay estudios que relacionan el cacao con un mejor
funcionamiento de los vasos sanguíneos y mejoras de la presión arterial, lo que
podría tener un efecto positivo en la erección masculina. Pero aparte de esto,
no hay evidencia científica que vincule cualquier alimento con el deseo sexual
mejorado o el placer.
Los testículos cuelgan
más con la edad
La
mayoría de los hombres piensan que sí. Sin duda, el aparato reproductor
masculino, sufre una serie de cambios con la edad: los testículos producen
menos espermatozoides, y éstos son menos capaces de fertilizar un óvulo. Los
pequeños tubos donde se produce el esperma comienzan a deteriorarse y en
general los testículos también tienen un aspecto más pequeño, lo que puede
parecer que cuelgan más bajo, pero esto solo es debido a que están un poco más
vacíos. Aunque puede haber un cierto debilitamiento de la piel de la bolsa
escrotal, el músculo liso que controla el movimiento sigue funcionando toda la
vida, es poco probable que ese tipo de músculo acabe cediendo mucho.
El exceso de actividad
sexual agranda la vagina
Aunque
es un pensamiento muy extendido entre las mujeres, no es el exceso de actividad
sexual lo que produce agrandamiento o ensanchamiento de la vagina, sino
situaciones como por ejemplo los partos, que pueden disminuir la tonicidad de
los músculos que rodean la entrada de la vagina o producir desgarros en los
mismos. Varios médicos sostienen que es más bien al contrario: tener relaciones
sexuales frecuentes mantiene la vagina tonificada y saludable, y el ejercicio
continuado le permite estar más elástica y firme.
http://www.lasprovincias.es/sociedad/201406/18/falsos-mitos-sobre-sexo-20140618110502.html
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