viernes, 6 de marzo de 2020

Yvonne Farrell y Shelley McNamara, cuarto Pritzker para unas arquitectas

Fundadoras del estudio Grafton Architects, el jurado del premio destaca de ellas «su infatigable compromiso con la excelencia» y su «capacidad para crear espacios innovadores a la vez que con historia y tradición»
Yvonne Farrell (izquierda) y Shelley McNamara - Alice Clancy
«La integridad con que plantean sus edificios así como la forma en que encaran el desarrollo de su práctica de la arquitectura, su fe en la colaboración, la generosidad hacia sus colegas, que se ha hecho especialmente patente en eventos como la Bienal de Venecia de 2018 [de la que fueron directoras]; su infatigable compromiso con la excelencia en la arquitectura, su actitud responsable respecto al entorno, su capacidad para ser cosmopolitas abrazando simultáneamente la singularidad de cada uno de los lugares en los que trabajan», entre otras cualidades, ha hecho a las arquitectas irlandesas Yvonne Farrell y Shelley McNamara ser las galardonadas con el premio Pritzker de este año.
Farrell (1951) y McNamara (1952) se conocieron durante sus años en la Escuela de Arquitectura del University College Dublin (UCD). En su carrera, la dedicación a la docencia precede a la creación de su despacho. En 1976, recién licenciadas, fueron invitadas a ejercer como docentes en la misma universidad donde se habían formado y, dos años después, en 1978, y junto a tres socios más, establecieron en Dublín su despacho, Grafton Architects. 
Obra de Yvonne Farrell y Shelley McNamara
La enseñanza ha constituido una parte fundamental de su trayectoria. Han enseñado en la UCD durante más de tres décadas y en 2015 fueron nombradas profesoras adjuntas. Asimismo, fueron titulares de la Cátedra Kenzo Tange en la Graduate School of Design de la Universidad de Harvard en 2010 y de la Cátedra Louis Kahn de la Universidad de Yale en 2011, además de haber impartido clase en prestigiosos centros, como la École Polytechnique Féderale de Laussane y la Academia di Architettura di Mendrisio. «Enseñar ha sido para nosotras siempre una realidad paralela. Y es una manera de destilar nuestra experiencia y ofrecerla a las nuevas generaciones de forma que jueguen un papel en el crecimiento de la cultura.
Obra de Yvonne Farrell y Shelley McNamara
Lo comprendemos como algo que funciona en dos direcciones: aprendemos de los estudiantes y deseamos que los estudiantes aprendan de nosotras», afirman.
Bautizaron su despacho con el nombre de la calle donde éste se ubicaba, a fin de anteponer la idea de la existencia del lugar sobre la de los individuos. Ésta es la concepción que reviste el discurso que describe su práctica. Definen la arquitectura como «una estructura para la vida urbana, que nos arraiga y nos conecta al mundo de una manera en la ninguna otra disciplina creadora de espacio puede hacerlo.» 
Obra de Yvonne Farrell y Shelley McNamara
Medalla de Oro del RIBA este año
Con un carácter versátil, que les ha llevado a trabajar desde la pequeña a la gran escala, gran parte de su obra construida se encuentra en su país, donde destacan proyectos como el edificio de viviendas en la calle North King (Dublín, 2000), el Instituto Urbano de Irlanda (Dublín, 2002), el Centro de Artes Solstice (Navan, 2007), las oficinas para el Departamento de Finanzas (Dublín 2009) y la facultad de medicina de la Universidad de Limerick (2012). En el exterior, han desarrollado proyectos en Italia, Francia y Perú.
Farrell y McNamara, que han sido galardonadas también este año con la Medalla de Oro del RIBA, insisten en que un esfuerzo constante de su arquitectura ha sido el de tratar de introducir valores como el humanismo, la artesanía, la generosidad y de conectar culturalmente con cada lugar y contexto. Ahondando en ello, el jurado del premio señala la capacidad de Farrell y McNamara para crear espacios innovadores a la vez que considerados con historia y tradición, a la vez que poniendo de manifiesto un sólido dominio de la artesanía constructiva y del entorno urbano, fruto esto último de una profunda comprensión del «espíritu del lugar» que deriva de su trabajo de investigación, firme capacidad de observación y de la curiosidad y apertura con que exploran, así como de su constante respeto a la cultura y el contexto de éste.
Obra de Yvonne Farrell y Shelley McNamara
«Sus edificios son ‘buenos vecinos’ que quieren aportar algo más allá de los límites de lo construido y contribuir a hacer de la ciudad un lugar mejor. Equilibrando fuerza y delicadeza, sus edificios académicos, cívicos y culturales, así como sus bloques de viviendas, son obras modernas e impactantes que nunca repiten ni imitan, y son sin duda alguna expresión de su propia voz arquitectónica».
Obra de Yvonne Farrell y Shelley McNamara

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