jueves, 13 de agosto de 2015

Decirte adiós con un 'te quiero'

Decir adiós con un te quiero es una de esas cosas que quien más y quien menos ha tenido que hacer alguna vez. Despedirse de alguien por culpa de la distancia o de las circunstancias. Simplemente, lo vuestro era una de esas historias imposibles y, en algún momento, la razón tuvo que mandar sobre el corazón. Dejarse queriéndose es una de las cosas que más duelen, aunque nunca sepamos si va a ser definitivo.
 

Detalle de portada de la novela 'Decirte adiós con un te quiero'
Yo misma he tenido que decir adiós con un "te quiero", varias veces. Todas acertadas, pero no por ello menos dolorosas. Entre otras cosas, porque una de las claves de esas historias, a las que a una le cuesta renunciar es el sexo. No hay nada que encadene tanto a una persona con otra como la química en la cama. Ese placer único que te hace pensar que todo lo malo puede merecer la pena, ese placer al que cuesta decir basta.
Sin embargo, cuando me he sumergido en las múltiples novelas eróticas que he tenido que leer, tanto por trabajo como por placer, no me he encontrado con ninguna de estas historias. Cuando había enganche sexual, por norma, la cosa acababa en matrimonio formal y, generalmente, incluso con la felicidad de la maternidad.
¿De verdad, los que han vivido historias de adicción sexual han acabado en un armonioso matrimonio y nunca en una complicada despedida? La sabiduría popular suele contar que los amores más intensos, lo son, precisamente, porque no duran el tiempo suficiente como para instalarse en la rutina. 
No creo ser la única que lo piensa. Cuando escribí aquí el post ‘Adictas a los amores interminables’, muchos y muchas de vosotras compartisteis conmigo vuestras historias, y me di cuenta de que ese sentimiento, lejos de ser algo particular, era algo casi general.
¿Por qué solo hablar, entonces, de las historias en las que siempre se acaba comiendo perdices? ¿Por qué no hablar también de las simplemente marcaron un antes y un después en nuestra vida? Porque de esas todos hemos tenido. 
Esas fueron las ideas, los impulsos, con los que me enfrenté al papel en blanco de nuevo. Y entonces nació mi historia, que no es sino la historia de muchas y de muchos. Por eso pensé que no podía tener una única protagonista. Porque hay muchas formas de decir "adiós", pero también hay muchas formas de decir "te quiero".
Así, las letras fueron narrándome la historia de tres amigas, que se reencuentran en un momento de su vida. Es el momento de crecer, de madurar, de asumir que, también, debemos despedir nuestra etapa de juventud, para poder convertirnos en las personas que queremos ser en el futuro. Porque renunciar a lo que se quiere, cuando no conviene, también forma parte del proceso de crecer.
Decirte adiós con un te quiero (Editorial Versátil) es para mí más que una novela erótica, o romántica porque aunque tiene escenas de sexo, y muchas, y escenas románticas, también unas pocas, es sobre todo una forma de hablar de la vida. De lo que es para la mujer la amistad, el amor, el sexo, la familia, la realización profesional, la necesidad de conseguir sueños, y la necesidad de despedirse de algunas cosas para conseguir otras.
Es una forma de abrirse a las diferentes formas de amar, y de entender el amor físico, hacia el otro sexo, el propio y sobre todo, hacia una misma. Es una novela que habla de atreverse, de vivir, de darse segundas oportunidades. Es un relato en el que aparecen juguetes eróticos, viajes, escenas divertidas, y datos curiosos que no sabías. Es una historia para disfrutar y para pensar, y es, espero, uno de esos libros que, cuando acabas, cierras con una sonrisa.
Es mi paso de los relatos cortos al género de la novela y, por tanto, mi forma de hacerme mayor, también como escritora. Es parte de mi alma al desnudo, y no podía deciros ‘te quiero’, de mejor forma que esta. Lo que no hago es deciros adiós, porque como en el libro algunos amores sí que son para siempre.
Por: Silvia C. Carpallo

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