jueves, 6 de febrero de 2020

El desnudo masculino en el cine del sigo XXI

Mientras que el cuerpo femenino sin prendas es una constante en el cine clásico, esta era se ha visto caracterizada por la presencia del desnudo masculino.
© Fox
El desnudo masculino no existía en el cine. Un 7 de agosto, el director checoslovaco Gustav Machatý sacudió el verano de 1934 con la cinta Éxtasis y su estrella, Hedwig Kiesler (futura Hedy Lamarr tras mudarse a Hollywood) cuando los dos fueron responsables del primer desnudo integral femenino en la historia del cine. Claro, el director marcaba la narrativa desde una óptica masculina y el desnudo tocaba a la actriz. Pero mirado con justicia, en muchos casos no solo era colocar una mujer en pantalla para complacer a los "machos" del auditorio, sino complementar un guion que lo requería. Todo eso se complicaba más cuando había que desnudar a un varón. Eso requirió muchos años más. 
Primero fue mostrarnos de espaldas. Aparentemente las nalgas no son tan ofensivas para el “pudorímetro” de los espectadores ni tan agresivas para el machismo. Luego, en los 80’s, los directores y distribuidores se atrevieron esporádicamente como con Richard Gere en American Gigoló y con Kevin Bacon en Wild Things. Ya en los 90, Ewan McGregor entre los actores y películas como Boogie Nights comenzaron una tendencia liberadora de los desnudos frontales masculinos, que seguiría con las producciones a partir del 2000.
Javier Barden
A veinte años de este milenio, la desnudez se va haciendo finalmente más equitativa en tiempos del #MeToo y, de alguna manera, eso se debe a que tanto la óptica narrativa como el público receptor femenino son finalmente más tenidos en cuenta. Por ejemplo, en Savages, de Oliver Stone, los actores Taylor Kitsch y Aaron Johnson aparecen desnudos en las escenas de sexo, mientras que la protagonista no. En Shame, de 2011, Michael Fassbender se gana el título de objeto sexual (dentro de un contexto oscuro) y en Bronson, Tom Hardy no se viste ni para armar una bronca en la cárcel.
Cris Evans
Claro, persiste una diferencia notable: En casi todas las películas con desnudos femeninos, la connotación es erótica. Cuando un actor se desnuda en la pantalla, lo justifica una acción psicológica poderosa o la violencia extrema. Esa sigue siendo una manera de “objetificar” el cuerpo de la mujer y no el del varón. Pero hay excepciones que también llegaron en la primera veintena de los 2000, entre las más importantes está The Crying Game… y la historia del desnudo masculino no va a quedarse ahí.

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